"El sistema auton¨®mico no tiene cierre"
Ma?ana debaten, por vez primera en la historia democr¨¢tica de Espa?a, el presidente del Gobierno y los de todas las comunidades aut¨®nomas, excepto la vasca, sobre el futuro del Estado, y lo hacen en el Senado.Pregunta. ?Por qu¨¦ ha tardado tantos a?os este debate? ?Qu¨¦ significado pol¨ªtico tiene ahora?
Respuesta. El reglamento del Senado no posibilitaba un debate como el que se va a producir ma?ana y la Constituci¨®n de 1978 no dio funciones territoriales al Senado. Ahora es posible ese debate porque ha habido una reforma reglamentaria que lo permite. Es un avance en la configuraci¨®n de la C¨¢mara alta como C¨¢mara auton¨®mica. Su funci¨®n consiste en abrir un di¨¢logo multilateral y permanente entre las autonom¨ªas y el Estado e integrar los nacionalismos mediante la apertura de esta oportunidad nueva y distinta para el di¨¢logo.
P. ?Pero no es pura apariencia de integraci¨®n cuando el lehendakari no acude?
R. No me extra?a nada su inasistencia. Cuando le visit¨¦ en 1991 me manifest¨® sus reticencias hacia cualquier foro multilateral. Hubiera sido ¨²til que el lehendakari hubiera aprovechado este debate para exponer las quejas que sobre el desarrollo estatutario me expon¨ªa en su carta. De todos modos, el PNV participa en la Comisi¨®n General de Comunidades Aut¨®nomas, el foro donde se celebra el debate.
P. ?Y no cree que Pujol asiste porque est¨¢ comprometido en un pacto con el Gobierno?
R. El presidente Pujol participa en este debate por las mismas razones que, cuando en la pasada legislatura le visit¨¦ en la Generalitat, ya dio. No hay ning¨²n pacto del Gobierno con Pujol sobre esta cuesti¨®n, y quiero denunciar la teor¨ªa seg¨²n la cual la pol¨ªtica se mueve desde esta legislatura a base de pactos oscuros entre CiU y PSOE. CiU, con un apoyo claro a la Constituci¨®n de 1978, ha sido un factor importante para la consolidaci¨®n de nuestro, r¨¦gimen parlamentario y auton¨®mico. Veremos si ma?ana se sostienen en el Diario de Sesiones cosas que se han dicho sobre Catalu?a estos ¨²ltimos meses.
P. ?Cree que ha avanzado desde 1978 el compromiso de los nacionalistas con el Estado?
R. Si nos atenemos a los discursos que se pronuncian en los momentos electorales podemos tener la impresi¨®n de que nada ha cambiado en relaci¨®n a 1978. Pero en 16 a?os Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco son las comunidades que han alcanzado mayor nivel de descentralizaci¨®n de Europa. El avance ha sido notable, y no s¨®lo en la eficacia de la gesti¨®n. Es patente que la colaboraci¨®n existente entre la comunidad vasca y el Estado ha crecido. La prueba del 9 es tal vez que en una materia tan sensible como el terrorismo, que en otro momento fue elemento de enfrentamiento entre los Gobiernos central y vasco, la colaboraci¨®n y el grado de confianza son muy altos.
P. El debate de ma?ana va a ser una oportunidad para hacer balance de 14 a?os de Estado de las autonom¨ªas. ?Cu¨¢l es el suyo?
R. El Estado de las autonom¨ªas es un hecho irreversible. Resulta muy ¨²til que hayan sido las sentencias del Constitucional las que han delimitado las competencias entre el Estado y las autonom¨ªas. El ¨¦xito es superior, al previsto hace 17 a?os.
P. El PP defiende el cierre del modelo auton¨®mico.
R. No comparto esa tesis. El PP cree que con ello la conflictividad pol¨ªtica podr¨ªa acabar y yerra. ?C¨®mo puede cerrarse? ?Por una igualaci¨®n mec¨¢nica de las competencias entre las comunidades? ?Con una f¨®rmula que superase la diferencia entre nacionalidades y regiones? El sistema no tiene cierre. Lo que no quiere decir que est¨¦ permanentemente abierto a las reivindicaciones competenciales. Lo que necesitamos es mejorarlo y para ello necesitamos una C¨¢mara territorial que funcione.
P. ?La conversi¨®n del Senado en C¨¢mara territorial conlleva una reforma constitucional?
R. Sin duda. Pero no podemos hacerla sin definir qu¨¦ tipo de Senado queremos. La experiencia de la reci¨¦n creada Comisi¨®n General de Comunidades Aut¨®nomas nos podr¨ªa indicar el camino de la reforma del Senado y eso nos puede llevar la legislatura. El primer requisito es el consenso no s¨®lo entre partidos, sino entre los presidentes auton¨®micos. El segundo es que la reforma constitucional no puede ser un pretexto para abrir el t¨ªtulo octavo de la Constituci¨®n, de las autonom¨ªas.
P. ?Cu¨¢l debe ser el contenido de la reforma?
R. No sirve una mera modificaci¨®n del sistema electoral. Debe asumir las funciones que hoy tienen ¨®rganos de encuentro de los Gobiernos como el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera, las conferencias interterritoriales, etc¨¦tera. Las tensiones auton¨®micas las han resuelto los acuerdos entre partidos. Pero esto ya es insuficiente hoy. Hay que abrir un espacio parlamentario para responder institucionalmente a las necesidades que el funcionamiento estatal plantea.
P. ?La generalizaci¨®n del proceso auton¨®mico, con 17 presidentes que miran por su territorio, no lo hace ineficaz?
R. Nuestra memoria hist¨®rica tiene dificultades para comprender que un Estado de las autonom¨ªas es m¨¢s democr¨¢tico. En EE UU no alarma a nadie que en unos Estados haya pena de muerte y en otros no. El desorden es un nuevo orden que nos sorprende, dijo Hegel. El riesgo consiste en que la pol¨ªtica de las comunidades responda exclusivamente a impulsos electorales. Para evitar a?oranzas del nacionalismo espa?ol, tenemos que hacer un esfuerzo para que desaparezca la tendencia a refugiarse en lo propio. No quisiera que el debate de ma?ana lo fuera para la galer¨ªa. Lo que interesa al final son las resoluciones de la C¨¢mara. Es una oportunidad distinta para hacer propuestas concretas de mejora del funcionamiento de este Estado plural.
P. Hay una idea generalizada de que el Estado de las autonom¨ªas es muy caro. ?Compensa sus beneficios pol¨ªticos?
R. No comparto la idea de que el Estado de las autonom¨ªas haya producido un crecimiento del gasto. El Estado ten¨ªa que crecer en 1978 porqu¨¦ ten¨ªa que responder a nuevas demandas sociales, educativas, inversoras. Y lo ha hecho espectacularmente, pero sin que en la misma medida se haya reforzado el centralismo. Pero necesitamos abrir un debate riguroso sobre la corresponsabilidad fiscal.
P. Un sector de opini¨®n atribuye al Estado de las autonom¨ªas una p¨¦rdida de la identidad de Espa?a. ?Qu¨¦ opina usted?
R. Esta Espa?a democr¨¢tica que la Constituci¨®n del 78 ha refundado seguramente tiene m¨¢s elementos de identificaci¨®n secular con Espa?a que lo tuvo el Estado centralista o el nacionalismo espa?ol de Franco. Como dice Francisco Ayala, la generaci¨®n de 1971, con la asunci¨®n de la cultura plural y de la descentralizaci¨®n pol¨ªtica, tiene que hacer posible lo que la generaci¨®n de la II Rep¨²blica no pudo hacer: construir un pensamiento sobre Espa?a que incorpore los elementos hist¨®ricos y los conjugue con los democr¨¢ticos. No es s¨®lo cosa de pensadores. Tiene mucho que ver el prestigio de las instituciones. Por eso la reforma del Senado debe salir bien. Superaremos psicol¨®gicamente la herencia franquista de aislamiento cuando asumamos que somos historia europea en todo.
P. ?Los ¨²ltimos brotes de anticatalanismo obedecen a mero partidismo o a un sentimiento de rechazo entre comunidades?
R. Soy optimista por naturaleza. Cualquier naci¨®n europea tiene estas rivalidades que se convierten en emulaciones, pero que deber¨ªan estar ausentes de la lucha pol¨ªtica. Si se instrumentalizan se abre el paso, no a una fractura de la naci¨®n espa?ola, pero s¨ª a fuerzas pol¨ªticas que hacen de la demagogia el ¨²nico cartel electoral.
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