Desleales a la Constituci¨®n

Con mayores o menores tarascadas, el PSOE y el Partido Popular se hab¨ªan puesto de acuerdo en los ¨²ltimos 10 a?os para la provisi¨®n de plazas de los ¨®rganos ahora en entredicho. El sistema de cuotas funcionaba entre los dos partidos mayoritarios, siempre complementados por CiU, que lograba incluir a alg¨²n patrocinado suyo.La ruptura del consenso empez¨® simult¨¢neamente al ascenso electoral del PP y el consiguiente declive del PSOE. Los populares han querido hacer valer su nueva situaci¨®n y los socialistas se resisten a reconocer que su situaci¨®n dista ya mucho del poder omn¨ªmodo que tuvieron hasta 1993.

El resultado del enfrentamiento ha supuesto un aut¨¦ntico bloqueo, con diferentes consecuencias en cuanto a la gravedad, que ha provocado la irritaci¨®n p¨²blica del presidente del Congreso, F¨¦lix Pons, y la indignaci¨®n del presidente del Consejo General del Poder Judicial, Pascual Sala.

El principio del enfrentamiento puede encontrarse en marzo de 1992 cuando el PP rechaz¨® de plano la renovaci¨®n de ?lvaro Gil-Robles al frente de la oficina del Defensor del Pueblo. La causa que, se esgrimi¨® fue su negativa a recurrir ante el Tribunal Constitucional la ley Corcuera.

Durante un tiempo se olvid¨® al Defensor del Pueblo y se puso todo el ¨¦nfasis en ¨¦l Consejo de Administraci¨®n de RTVE. Ahora se ha vuelto al principio. Ma?ana mismo, ambas fuerzas intentar¨¢n dejar fuera al Defensor y pactar el resto. Pero la visi¨®n partidista no se pierde; los populares sienten aut¨¦ntico regocijo ante la perspectiva de ver votar a los socialistas en contra de Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn Pall¨ªn, un hombre de clara trayectoria progresista.

Ante las acusaciones de "deslealtad constitucional", como ha sintetizado el jurista Javier P¨¦rez Royo en este peri¨®dico, los dos grandes partidos siguen culpando al adversario, aunque cada vez con m¨¢s sonrojo.