El Rayo se encuentra al fin con la victoria
La salida de Visjnic rescata a su equipo de un nuevo tropiezo en Vallecas
El Rayo salv¨® el cuello. Andaba sumido en el f¨²tbol tedioso de costumbre, con el marcador en contra como tantas otras veces y, lo que es peor, con el p¨²blico de espaldas (por entonces ya se o¨ªan gritos de fuera, fuera), cuando surgi¨® el milagro. Primero, la volea magn¨ªfica de Calder¨®n que supuso el empate, y luego, la aparici¨®n de Visjnic. Salt¨® el serbio al campo, se coloc¨® como falso punta y el Rayo encontr¨® la luz. Y los goles. David Vidal respir¨®: acarici¨® al fin su primera victoria.El partido naci¨® con mala pinta para el Rayo, con s¨ªntomas desoladores. Sin saber qu¨¦ hacer con el bal¨®n cuando lo ten¨ªa en sus pies, ni c¨®mo recuperarlo cuando no lo ten¨ªa. Sin acertar a romper la zona del rival, ni c¨®mo atajar sus combinaciones cuando se estiraba a la contra. En esas, lleg¨® el gol del H¨¦rcules y volvi¨® el desencanto por Vallecas. El personal, cada vez m¨¢s escaso por estos lares, mostr¨® su descontento con ciertos jugadores, dej¨® recordatorios para algunos de sus familiares y expres¨®, ya al filo del descanso, que est¨¢ hasta la coronilla. La bronca con la que despidi¨® de la primera mitad a su equipo vino a decir m¨¢s o menos eso.
El aficionado se aburre. En realidad, as¨ª ha vivido desde que Vidal lleg¨® al club. Para colmo, como en esta categor¨ªa las c¨¢maras no abundan, el entrenador ni siquiera se levanta del banquillo. Y no hace gestos, no pone caras raras, no monta su particular espect¨¢culo. Las ¨²nicas sonrisas del Rayo las arranca On¨¦simo, de vez en cuando, con su cuidada colecci¨®n de regates. Poco material para un conjunto que quiere regresar a Primera cuanto antes.
Y as¨ª de triste estuvo el personal durante una hora, la que dur¨® el H¨¦rcules al mando del partido. Todo estaba bajo su control, favorecido incluso por el clima depresivo de las gradas [s¨®lo transmit¨ªa ambiente un sector del lateral poblado por unos 30 aficionados alicantinos]. Luego, todav¨ªa en fase de dominio visitante, lleg¨® el zapatazo de Calder¨®n, una espl¨¦ndida volea desde el borde del ¨¢rea que equilibr¨® la contienda.
Pero la mala pinta no se iba. Parra segu¨ªa gobernando el encuentro sin que nadie le reprochara nada. Hasta que apareci¨® Visjnic. El serbio trabaj¨® entre l¨ªneas, mitad falso delantero, mitad supuesto centrocampista, y oscureci¨® al futbolista que hab¨ªa liderado hasta el momento la contienda. El Rayo tuvo m¨¢s presencia en el ¨¢rea rival y as¨ª, sin grandes alardes, puso las cosas de su lado. Al fin la afici¨®n puso buena cara, aunque s¨®lo por el resultado. Abandon¨® Vallecas reclamando el juego que a¨²n le falta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.