La tropel¨ªa de Colubi

Alejandro Colubi, empresario del teatro Marquina, que impidi¨® la entrada al estreno de la obra de Antonio Gala Los bellos durmientes al cr¨ªtico Eduardo Haro Tecglen, se ha desmarcado de su acci¨®n afirmando que el cr¨ªtico no fue al teatro y que ¨¦l no le prohibi¨® entrar. Dado que soy el mensajero al que ahora pretende matar Colubi, quien no asume las consecuencias de su error (por su escaqueo colijo que ambos pensamos que lo fue), desear¨ªa recordar que la tropel¨ªa fue cometida ante bastantes testigos, y que este se?or alquila el teatro a la compa?¨ªa, por lo que como casero y arrendador no puede decidir sobre los invitados al estreno.Colubi, cuando supo que yo ced¨ªa mis entradas a Haro (¨²nico profesional al que se le impidi¨® hacer su trabajo), me pidi¨® a grito pelado que avisara al cr¨ªtico que si acud¨ªa a la sala iba a crear una situaci¨®n muy violenta; que estaba dispuesto a echarle a patadas y empujones, ya que no le importaba montar un esc¨¢ndalo en el estreno. ?sas y otras barbaridades hicieron que Pedro Larra?aga, empresario de la obra y hermano e hijo de las dos protagonistas, huyera "abochornado" (lo ha dicho ¨¦l, no yo); que el cr¨ªtico radiof¨®nico Florentino Negr¨ªn afirme que pocas veces hab¨ªa visto algo tan violento, y que el catedr¨¢tico Miguel ?ngel Conejero, que oy¨® las voces cuando estaba en la cafeter¨ªa del teatro, viniera a defenderme y sin saber de qu¨¦ iba el asunto me preguntara: "?A qui¨¦n hay que pegar?". Le hice repetir a Colubi tres veces, tres, su mensaje (ante los ya mencionados y otras cinco o seis personas m¨¢s) y, siempre fue el mismo.

Me sorprende la cobard¨ªa de Colubi al negar estos hechos y especialmente su falta de honestidad, ya que le he visto aludiendo a los sacramentos y yo cre¨ªa que los cat¨®licos no ment¨ªan.-

Periodista.