Vuelve 'Barrio S¨¦samo', el popular programa que acaba de Cumplir 25 a?os
Los ni?os se tragaban los anuncios como rosquillas, se sab¨ªan de memoria sus mensajes y sus pegadizas sinton¨ªas. Entonces, ?por qu¨¦ no utilizar las t¨¦cnicas de la publicidad para ense?arles letras y n¨²meros? As¨ª empez¨® hace ahora 25 a?os Sesame Street, el primer programa que se propuso convertir la televisi¨®n en l¨²dica y provechosa guarder¨ªa para los ni?os de preescolar, y que ha llegado a emitirse en 40 pa¨ªses. Barrio S¨¦samo volvi¨® ayer a la La 2 (17.00), con 130 nuevos episodios.
La primera vez que los americanos vieron a la troupe de la rana Gustavo fue un 10 de noviembre de 1969, en la cadena p¨²blica estadounidense PBS (Public Broadcasting Service). Un estudio titulado Los potenciales usos de la televisi¨®n en la educaci¨®n preescolar fue el punto de partida del taller de programas infantiles Children Television Workshop (CTW). El resultado fue Barrio S¨¦samo, una verdadera novedad en su ¨¦poca, y muy superior al ni vel de entretenimiento infantil que entonces se usaba. Desde el principio, el pro grama incorpor¨® un reparto regular de adultos y ni?os, adem¨¢s de los famosos mu?ecos, los muppets de Jim Henson, y filmes de animaci¨®n e imagen real. Y la f¨®rmula funcion¨®. Recibi¨® cr¨ªticas entusiastas (51 emmys a lo largo de estos 25 a?os) y se hizo enseguida con una audiencia regular, que hoy es de unos once millones de ni?os. en EE. UU.
El experimento gust¨® tambi¨¦n a la mayor¨ªa de los padres, encantados de poder enchufar al ni?o a la tele sin culpabilidades. Pero no le han faltado las cr¨ªticas a este programa, que figura probablemente entre los m¨¢s analizados e investigados, con resultados muy contradictorios respecto a sus valores educativos. Ya durante el primer a?o, y ante la reticencia de ciertos sectores de educadores, el equipo de Barrio S¨¦samo tuvo que explicar que la televisi¨®n era "una caja grande y fr¨ªa" que no podr¨ªa nunca sustituir a un padre o a un maestro. Tambi¨¦n hubo quien lo tild¨® de "demasiado americano y demasiado autoritario".
La CTW no s¨®lo se ha ganado clientela en casa, sino que viene exportando con ¨¦xito el programa a pa¨ªses donde se emite el original o su adaptaci¨®n. En este segundo caso, la CTW funciona como asesor y coproductor. Alguna imposici¨®n en cuanto al contenido, como la de que no se introduzcan cuestiones religiosas (aunque pueden inculcarse "valores espirituales") y que no se muestren productos t¨®xicos en la cocina, forma parte de la supervisi¨®n. El programa ha tocado temas de concepto vol¨¢til y arduo, como la muerte o el racismo, pero nunca ha quedado claro si los ni?os entend¨ªan lo que quer¨ªa decir la rana Gustavo cuando cantaba aquello de "lo verde es bello".
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