La conciencia de los 'capos'
Media docena de madres iniciaron hace 10 a?os en Vigo un movimiento que hoy suma ya m¨¢s de 6.000 asociados
Se han convertido en la sombra p¨²blica de los capos. En Madrid, en San Sebasti¨¢n o en cualquier lugar de Galicia, los encausados por narcotr¨¢fico saben que no s¨®lo se enfrentan a un juez y a un enjambre de c¨¢maras. Decenas de Madres contra la Droga les emboscan entre una lluvia de imprecaciones, lloran ante ellos, les insultan y les recuerdan que sus hijos est¨¢n en la c¨¢rcel o han muerto por la droga. Son la mala conciencia de los capos, las encargadas de mostrarles descarnadamente las profundidades del dolor que les abate. Media docena de mujeres empezaron hace 10 a?os en Vigo haciendo pintadas en bares donde se trapicheaba. Hoy, m¨¢s de 6.000 personas de la provincia de Pontevedra est¨¢n integradas en este movimiento asociativo.Vestido con un traje gris a rayas , como si le hubiese aconseja do el peor asesor de imagen del mundo, Laureano Oubi?a compareci¨® en 1989 para un juicio menor en Pontevedra. Las preguntas del fiscal no lograron quebrar su altivez, pero los estridentes gritos de las madres hicieron desbordar toda la zafiedad del capo arosano. "Son unas putas", bram¨® amenazante ante los micr¨®fonos de una emisora de radio.
Pocas semanas antes, Oubi?a ya hab¨ªa tenido que soportar una manifestaci¨®n en Vilagarc¨ªa, organizada por los colectivos antidroga, que se mofaba p¨²blicamente de su autoproclamada condici¨®n de laborioso empresario. Aquellas madres iracundas ya no se separar¨ªan de ¨¦l nunca m¨¢s: lanzaron cohetes de feria el d¨ªa que le detuvieron en la Operaci¨®n N¨¦cora y le persigu?eron hasta Madrid para seguir llam¨¢ndole asesino en sus narices y en las de su esposa, Esther Lago, durante el juicio. Tampoco Luis Falc¨®n, Falconetti, pudo librarse de este avispero de mujeres a pesar de que su caso -tr¨¢fico de hach¨ªs- se juzg¨® en San Sebasti¨¢n.
En 1984, el l¨¢tigo de la droga azotaba a decenas de j¨®venes en los barrios obreros de Vigo. Uno de ellos, el de Lavadores, un reducto izquierdista, llamado en su tiempo la peque?a Rusia, contaba con algunas mujeres aguerridas y emprendedoras, como Carmen Avenda?o, militante del PSOE y ex presidenta de la asociaci¨®n de vecinos. De la noche a la ma?ana, Carmen y otras madres del barrio se hab¨ªan encontrado con sus hijos enganchados a la aguja y no estaban dispuestas a permanecer impasibles.
As¨ª naci¨® ?rguete, como un peque?o grupo de mujeres que se dio a conocer organizando manifestaciones ante los bares donde se vend¨ªa droga. "Se trataba de dar la cara", indica Carmen Garc¨ªa, actual secretaria de la organizaci¨®n, "no avergonzarse de tener un hijo drogadicto, como hac¨ªan muchos, ayudarles y, al mismo tiempo, denunciar a los responsables".
Hoy la asociaci¨®n tiene m¨¢s de 300 miembros, la mayor¨ªa padres de drogadictos, pero tambi¨¦n otras personas desinteresadas. Posee un local propio que atiende a diario cientos de consultas. Carmen Avenda?o se ha convertido en un personaje muy popular en Galicia. Es recibida a menudo por el juez Baltasar Garz¨®n y se esfuerza por moderar los ¨¢nimos de las madres m¨¢s radicales. "Nosotros queremos justicia, no venganza", advierte Carmen Garc¨ªa.
?rguete fue el embri¨®n de un movimiento que se ha extendido por pueblos de toda la provincia. Con el tiempo, hasta ha podido llegar a la r¨ªa de Arosa, el coraz¨®n del narcotr¨¢fico gallego.
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