Una familia de joyeros de la Gran V¨ªa ocultaba en una fundici¨®n ilegal miles de alhajas robadas

El cielo de los peristas se ocultaba en el chal¨¦ de la familia Rubio en Los Molinos (2.500 habitantes). El inmueble guardaba el mayor alijo de joyas robadas descubierto en la d¨¦cada en Madrid. Un tesoro libre de impuestos con el que la Guardia Civil llen¨® m¨¢s de 500 bolsas, muchas de ellas repletas de diamantes -m¨¢s de 400-, rub¨ªes, piedras preciosas, lingotes de plata y filigranas de oro. Todo una fortuna, junto a la que tambi¨¦n se descubri¨® una lechera o fundici¨®n ilegal en cuyos recipientes cubiertos de oro se reconvert¨ªan las alhajas robadas en lingotes.

El inmueble era propiedad de una familiar de Francisco R. A., alias El Rubio, quien, junto a sus hijos Ricardo, de 24 a?os, y Francisco, de 31, regentaba una joyer¨ªa de la Gran V¨ªa, 44. Un lugar -del que tambi¨¦n se retiraron numerosas piezas- que se hab¨ªa convertido en el m¨¢s importante punto de compra de joyas robadas de Madrid, seg¨²n los investigadores. All¨ª acud¨ªan a vender el bot¨ªn, siempre seg¨²n la Guardia Civil, las grandes bandas que esquilman los pisos y comercios de la Comunidad.

Fruto de este trasiego es el inmenso tesoro, cuya tasaci¨®n a¨²n no ha podido ser completada dadas sus proporciones (el trabajo de dos d¨ªas de los expertos en metales preciosos de la Comunidad s¨®lo dio para valorar dos bolsas en cinco millones). La primera pista de este espectacular hallazgo surgi¨® de la detenci¨®n en junio en el aeropuerto de Barajas de un colombiano que intentaba sacar joyas. Las investigaciones condujeron, en sucesivos golpes, hasta otros 11 colombianos, todos de una misma banda de ladrones. Su perista, seg¨²n los agentes, era El Rubio.