Procesado el ex primer ministro franc¨¦s Fabius por complicidad en envenenamiento
El esc¨¢ndalo de la sangre contaminada con sida se ha cobrado ya 300 muertos
El caso de la sangre contaminada se ha convertido en uno de los procesos m¨¢s largos y complejos de la historia judicial francesa. Ayer engull¨® al ex primer ministro socialista Laurent Fabius, quien fue proce sado por "complicidad en envenenamiento", un cargo que puede conllevar una, pena de hasta treinta a?os de c¨¢rcel. Durante esta semana fueron igualmente en causados Georgina Dufoix, ex ministra de Asuntos Sociales, y Edmond Herv¨¦, ex se cretario de Estado para la Salud. El presunto delito, por el que han sido ya condenadas tres personas, se produjo en 1985: sabiendo que hab¨ªa sangre contaminada con sida, las autoridades sanitarias siguieron administr¨¢ndola en transfusiones.
Laurent Fabius fue convocado a las 9,30 de la ma?ana ante el Tribunal de Justicia de la Rep¨²blica, una instancia especial de instrucci¨®n creada el a?o pasado para ocuparse de los delitos cometidos por los ministros en el ejercicio de sus funciones. El caso de la sangre contaminada con sida, que contagi¨® a m¨¢s de 1.200 hemof¨ªlicos y causado 300 muertos, cuya complejidad y dimensi¨®n pol¨ªtica no han dejado de crecer, fue uno de los elementos que aconsejaron la instituci¨®n de este tribunal especial, compuesto por tres magistrados.Fabius lleg¨® con aspecto sereno y dispuesto a prestar "toda su cooperaci¨®n a la justicia", seg¨²n hab¨ªa anunciado anteriormente. Respondi¨® a las preguntas de los jueces durante cuatro horas. Finalmente se le comunic¨®, tal como estaba previsto, el procesamiento por "complicidad en envenenamiento", un cargo mucho m¨¢s grave que el de "complicidad en el suministro de sustancias t¨®xicas" que se preve¨ªa hasta hace una semana. Los tres jueces decretaron su libertad sin fianza.
A la salida del tribunal, Fabius ley¨® una declaraci¨®n en la que afirmaba su inocencia. "Abordo este procesamiento con mucha compasi¨®n hacia los enfermos y sus familias", dijo, "pero tambi¨¦n determinado a conseguir que la verdad se manifieste". Recalc¨® que fue precisamente ¨¦l quien introdujo la obligatoriedad de la prueba del sida a los donantes de sangre, "en una ¨¦poca en que se subestimaba el alcance de la enfermedad".
La carta misteriosa
Entre las decenas de miles de p¨¢ginas del sumario, que se bifurca en dos jurisdicciones y ha hecho historia en el derecho procesal, destaca una fecha de arranque: la del 9 de enero de 1985. Ese d¨ªa, los doctores Pinon y Leibovitch advirtieron por escrito a sus superiores sobre el riesgo de que la sangre almacenada en los hospitales de Francia pudiera estar masivamente infectada por el virus del sida, una enfermedad de la que se sab¨ªa muy poco. La carta fue transmitida a la Direcci¨®n General de la Salud por el doctor Brunet, jefe de Pipon y Leibovitch. El 12 de marzo, tres meses despu¨¦s, el escrito de advertencia s¨®lo mereci¨® una anotaci¨®n de visto por parte de Jacques Roux, director general de la Salud, quien sin embargo lo remiti¨® al gabinete del ministro. Los miembros de ese gabinete juran no haber recibido la carta ni noticia de ella.S¨ª recibi¨® una copia el doctor Michel Garretta, a la saz¨®n director del Centro Nacional de Transfusiones Sangu¨ªneas. Su reacci¨®n fue de un cinismo exquisito. Emiti¨® una circular afirmando que "la distribuci¨®n de productos no calentados [la sangre] seguir¨¢ siendo el procedimiento normal, mientras dispongamos de reservas". O sea: acabemos con las existencias, y luego ya se ver¨¢. No fue la reacci¨®n de un m¨¦dico, sino la de un tendero sin escrupulos. Garretta es una de las personas ya condenadas, a cuatro a?os de c¨¢rcel, por los tribunales ordinarios, y a¨²n tiene pendientes dos sentencias relacionadas con su actuaci¨®n en el asunto.
El otro momento crucial, seg¨²n el sumario, se produjo el 19 de junio de 1985. Con esa fecha, el primer ministro orden¨® que se hiciera obligatoria la prueba de. VIH a todos los donantes de sangre a partir del siguiente 1 de agosto. La orden no se cumpli¨®: el ¨²nico sistema de an¨¢lisis disponible en el mercado era de fabricaci¨®n estadounidense, y se decidi¨® esperar otros tres meses, hasta que el Instituto Pasteur comercializara un m¨¦todo franc¨¦s. Todo por la industria nacional. Los criterios comerciales primaron sobre los sanitarios. Nunca se sabr¨¢ cuantas personas contrajeron sida en esos meses.
A principios de 1986, dos hermanos hemof¨ªlicos, Jean y Gabriel P¨¦ron-Garvanoff, presuntamente contaminados en una transfusi¨®n, se querellaron contra los responsables. Otros cinco enfermos se les unieron dos a?os despu¨¦s. Desde entonces, el asunto ha rebotado entre una decena de jueces, ha cambiado tres veces de jurisdicci¨®n y ha estado a punto de entrar en v¨ªa muerta varias veces.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Sangre contaminada
- Contagio
- Negligencias m¨¦dicas
- Laurent Fabius
- Francia
- Diagn¨®stico m¨¦dico
- Transmisi¨®n enfermedades
- VIH SIDA
- Enfermedades infecciosas
- Personal sanitario
- ETS
- Europa occidental
- Gobierno
- Enfermedades
- Europa
- Delitos
- Sanidad
- Medicina
- Administraci¨®n Estado
- Administraci¨®n p¨²blica
- Salud
- Pol¨ªtica
- Sociedad
- Justicia