Sigue el hurac¨¢n Bebeto
El Compostela no pudo con el Deportivo en el primer duelo gallego de la Liga
Ha vuelto como un hurac¨¢n enfurecido, que arrasa vidas y haciendas de sus rivales. En una semana, Bebeto se ha hecho otra vez el amo del Deportivo. No es que los dem¨¢s no cuenten, pero cada vez que aparecen las dificultades, el equipo se encomienda a su genio para intentar salir del laberinto. Los coru?eses se encontraron en Santiago a un rival con pocos recursos futbol¨ªsticos, aunque lleno de te y blindado con acero defensivo. Durante una hora, los blanquiazules corretearon con poca fortuna por la cancha, sin ideas para superar una presi¨®n asfixiante. Hasta que lleg¨® Bebeto y en un instante lo arregl¨® todo, por tercera vez en siete d¨ªas.
El Compostela tuvo el m¨¦rito de llevar el encuentro a su terreno. Se lanz¨® a deg¨¹ello sobre los hombres m¨¢s creativos del rival y ¨¦ste tuvo enormes problemas para sacar el bal¨®n con limpieza. La mitad de los jugadores de ambos equipos quedaron comprimidos en unos cuantos metros alrededor del, c¨ªrculo central. Entre esa espesura, era muy dificil que emergiese algo de f¨²tbol. El partido qued¨® a expensas del pelotazo y el cuerpo a cuerpo, un escenario con poco margen para las exquisiteces, donde el Compostela pod¨ªa compensar mejor su evidente inferioridad t¨¦cnica.
El Deportivo se parti¨® en dos: tan encajonados estaban sus volantes, que apenas pudieron apoyar las acciones de ataque. Todo el peligro que fueron capaces de generar los coru?eses en la primera parte, estuvo en pies de Julio, Salinas, el hombre im¨¢n. Cada vez que la pelota entra en el ¨¢rea parece seguir una misteriosa trayectoria para buscar siempre su bota. Al borde del descanso, el jugador del Barcelona hasta la pasada temporada, incluso Marc¨® un gol, anulado por fuera de juego. El Compostela sudaba a mares en la zona ancha pero su ataque era insignificante.
El partido acab¨® tomando el mismo aspecto intrascendente de todos los derbys gallegos de las ¨²ltimas temporadas. Es decir, un c¨®ctel de miedos, lucha sorda y f¨²tbol especulativo, salpicado de ocasionales sobresaltos. El empate colmaba las aspiraciones del Compostela y en ese sentido su trabajo fue irreprochable. Los santiagueses incluso acariciaron el gol en el minuto 63, en un minuto a bocajarro de Christensen, que salv¨® Canales con un alarde de reflejos.
De la par¨¢lisis del Deportivo, s¨®lo pod¨ªa salir con el genio de Bebeto. Y como siempre, el brasile?o apareci¨® en el momento justo, cuando el Compostela ya empezaba a aventurarse en el ¨¢rea de Canales. El primer bal¨®n limpio que recibi¨® en el ¨¢rea lo convirti¨® en gol. Fue un tiro cruzado, uno de esos tantos que parecen sencillos, pero que requieren de una ejecuci¨®n impecable. Dos mi nutos despu¨¦s, Bebeto ayud¨® a romper definitivamente el par tido, con una pared de tac¨®n hacia Djukic, que oblig¨® a Villena a derribar al serbio cuan do ¨¦ste ya encaraba a Iru. El defensa compostelano se fue a la caseta y el Deportivo ech¨® el cerrojo al encuentro. Convertido en hombre providencial, Bebeto est¨¢ convirtiendo en seres an¨®nimos a sus compa?eros.
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