La oportunidad de asegurar la paz
Las relaciones anglo-irlandesas han llegado a un punto decisivo, afirma el autor, quien insta a las partes a esforzarse para que el proceso de paz sea r¨¢pido e ininterrumpido.
Hay dos frases que definen la situaci¨®n actual de Irlanda. Una es el viejo clich¨¦: "Una semana es mucho tiempo en pol¨ªtica". La otra es una l¨ªnea de apertura del diario de Bobby Sands durante la huelga de hambre: "Me encuentro en el umbral de otro a?o tembloroso".Creo que hasta cierto punto existe esta misma sensaci¨®n en Irlanda. Me refiero, por supuesto, al actual frenes¨ª de especulaciones sobre lo que va a ocurrir ahora, tras el cese de hostilidades del IRA y a las esperanzas y expectativas que se han creado en todos los sectores de nuestro pueblo y, estoy seguro, tambi¨¦n en el Reino Unido. Esto result¨® palpable ante Connolly House en Andersonstown (Belfast) tras el anuncio delIRA, cuando se reunieron miles de personas para saludarnos a m¨ª, a Bairbre de Brun, Pat Doherty, Martin McGuinnes y otros, seg¨²n ¨ªbamos llegando para reunimos con los medios de comunicaci¨®n. Tambi¨¦n, con todo merecimiento, se estaban aplaudiendo a s¨ª mismo y a otros que hab¨ªan dedicado su tiempo con devoci¨®n al proceso de paz.
As¨ª que, ?qu¨¦ hay que hacer ahora? Existe la urgente y apremiante necesidad de no desperdiciar esta nueva situaci¨®n. Albert Reynolds, John Hume y otros han respondido positiva y adecuadamente al anuncio del IRA. Igualmente el presidente Clinton y otros en Estados Unidos. Se lo alabo a todos ellos y a otros de la Am¨¦rica irlandesa.
Queda mucho m¨¢s por hacer. Existe la responsabilidad onerosa -puede que algunos digan que siempre ha existido- por partede todos los que tienen influencia para que aprovechen las nuevas oportunidades y hagan avanzar esta situaci¨®n. Los republicanos irlandeses han demostrado su voluntad y flexibilidad para avanzar. Esto debe equipararse con la voluntad de otros de avanzar. Dentro de Irlanda, los campeones de la libertad y la justicia han desempe?ado un encomiable papel durante d¨¦cadas promocionando la causa de la paz en Irlanda. Otros deben un¨ªrseles ahora. Tenemos que ganar la paz.
As¨ª que ?qu¨¦ hay que hacer si queremos un acuerdo de paz? Yo soy un republicano irland¨¦s. Creo que el pueblo irland¨¦s tiene el talento, la inteligencia y el derecho para gobernarse a s¨ª mismo. Creo que el Gobierno brit¨¢nico es la causa y ra¨ªz del conflicto en este pa¨ªs. Creo que ese Gobierno no tiene derecho a interferir en los asuntos irlandeses. Entiendo los temores e inquietudes de los unionistas. Tengo mi opini¨®n de la responsabilidad del Gobierno brit¨¢nico por esta situaci¨®n y de la necesidad de que Londres represente un papel constructivo para resolver estas dificultades. Si el plan de paz tiene ¨¦xito, el Gobierno brit¨¢nico deber¨¢ dejar a un lado los fracasos del pasado.
Debe haber un nuevo comienzo. No hay que permitir que las consideraciones pol¨ªticas del partido conservador, los problemas de liderazgo en Westminster o los pactos con los unionistas impidan la creaci¨®n de una sociedad total y pac¨ªfica en Irlanda. El se?or Major debe adoptar medidas inmediatas para salir de este callej¨®n sin salida, creando la atm¨®sfera adecuada para una negociaci¨®n completa y seria.
Habr¨ªa que cambiar r¨¢pida y dr¨¢sticamente la forma que tiene el Gobierno brit¨¢nico de abordar la cuesti¨®n de las negociaciones con el Sinn Fein. Y la ret¨®rica no ser¨¢ suficiente. Tambi¨¦n tiene que haber un cambio fundamental, pol¨ªtico y constitucional. Pero ¨¦ste no es el momento para que yo denigre al Gobierno de Londres por su pol¨ªtica con Irlanda o con el Sinn Fein o con aquellos que representa. Y a pesar de la amenazadora reacci¨®n refleja de los unionistas a los actuales acontecimientos ¨¦ste no es el momento de ser despectivos con ellos. Es el momento de extender la mano de la amistad y de instar al di¨¢logo y a la reflexi¨®n tranquila. Tambi¨¦n es el momento de que los se?ores Molyneaux y Ian Paisley (dirigentes protestantes) aprovechen la oportunidad y se unan al resto de nosotros para transformar Irlanda en una sociedad justa y pac¨ªfica.
Las relaciones anglo-irlandesas han llegado a un punto decisivo. Insto a todos a que el proceso hacia la democracia sea r¨¢pido e ininterrumpido. Hemos esperado demasiado tiempo para nuestra libertad. No podemos esperar m¨¢s. Cejar en nuestros esfuerzos ahora ser¨ªa un error que las generaciones venideras no podr¨¢n perdonar. ?Aproveche el momento, se?or Major!
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