Bares de partido
En el barrio viejo de Bilbao hay unas cuantas calles absolutamente recomendables. A saber: Somera, Artecalle, Tenderia, Belosticalle, Carnicer¨ªa Vieja, Barrencalle, Barrencalle Barrena, La Ronda y sus aleda?os. Es la toponimia del tapeo, una manera particularmente agradable de reunirse con la peque?a tribu de uno y en la que cada cual puede encontrar el bar que le conviene. Dif¨ªcilmente un se?or cincuent¨®n se meter¨¢ en un cub¨ªculo donde reina sin contemplaciones el decibelio, y la muchachada, aunque tambi¨¦n la hay de muchas maneras, no pasar¨¢ demasiado rato en una tasca de abueletes. Es una mezcla pac¨ªfica donde cada cual vive y deja vivir al resto de la humanidad.Hay bares casi tan peque?itos como un nido de hormigas (uno de ellos se llama nada menos que Zulo) y otros cuyo principal encanto es el polvo de los a?os. Muchos tienen televisi¨®n, enchufada a una emisora -en ¨¦sos, cuando hay toros o f¨²tbol, toda la clientela mira calladamente a la esquina- o como una l¨¢mpara en la que una ronda de videoclips acompa?a el zumbido de los bafles.
De los que no hacen caso al televisor y, en consecuencia, m¨¢s amigos de la charla, hay dos muy especiales. El batzoki del PNV y la Herriko Taberna de Herri Batasuna. Por haber estado un rato tom¨¢ndose unos chatos no se puede hacer sociolog¨ªa parda, pero tampoco debe ser mucha casualidad que ni el decorado ni sus pobladores se parezcan demasiado. En el del PNV, donde est¨¢ muy recomendada su tortilla de pata tas, todo lo preside la ikurri?a y la efigie del patriarca. Se nota que es la casa del partido porque en una pizarra sint¨¦tica est¨¢n anotados los deberes de la militancia. Por ejemplo, que d¨ªa y d¨®nde alistarse para hacer buzoneo electoral. Uno puede tomarse un taco de su acreditada tortilla, entre gentes de toda edad y condici¨®n, sin mayor incomodidad que la de no poder sentarse, como en tantos otros, cosa que evita el apalancamiento. En la Herriko Taberna de HB hay donde sentarse y la clientela es principalmente joven que habla de sus cosas. Ah¨ª es m¨¢s dif¨ªcil tomarse un chato sin tener la sensaci¨®n de que te apuntas a algo. Todo el local est¨¢ lleno de mensajer¨ªa abertzale, paneles con las fotos de los terroristas presos y el dibujo de una paloma de la paz que no parece desconcertar a nadie. Hay quien va porque es amigo de la casa y quien no va porque no quiere saber nada con HB. M¨¢s complicado de explicar es quien entra pensando que todo eso es s¨®lo decoraci¨®n del hogar.
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