Sorpresa

El art¨ªculo de la se?ora Betty Mahmoodi, Retroceso en el mundo musulm¨¢n, en la p¨¢gina 35 del cuadernillo extra de su diario del pasado 29 de septiembre, me ha sorprendido enormemente. Mi triste sorpresa no es fruto de las mentiras baratas de la autora, sino m¨¢s bien al comprobar c¨®mo un peri¨®dico prestigioso se presta a servir de instrumento hostil contra un Estado y una naci¨®n cuyas m¨¢ximas aspiraciones son el progreso, la convivencia pac¨ªfica y el fomento de la dignidad humana.Cr¨¦ame, la mujer iran¨ª ha dado y da grandes pasos en pro de su liberaci¨®n y la de su pa¨ªs. Aun siendo odiosa toda comparaci¨®n, el lugar que la mujer ocupa en el Ir¨¢n isl¨¢mico raramente se observa en muchos pa¨ªses de nuestro entorno. La mujer iran¨ª est¨¢ presente en el Parlamento, en la universidad, en la vida p¨²blica. Los estudios primarios son obligatorios sin distinci¨®n de sexo. La Constituci¨®n garantiza por igual los derechos de los seres humanos: hombres y mujeres. La salud femenina e infantil est¨¢n entre las prioridades gubernamentales. En virtud de nuestra Carta Magna no puede encausarse a nadie por el inexistente delito de opini¨®n. Por tanto, reitero mi sorpresa por la inclusi¨®n de este art¨ªculo en EL PA?S y creo que, equitativamente, me reconocer¨¢ el derecho a expresarle la m¨¢s en¨¦rgica protesta del pueblo iran¨ª por ello- embajador de la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n. .