Sostenes
Dicen que los antiguos aires feministas, que proclamaban la huelga de sostenes ca¨ªdos en nombre de la androginia y la libertad sexual, est¨¢n en decadencia, y que ahora regresa el culto sexista al pecho femenino. ?Significa esto que nos invade una nueva ola de machismo, dispuesta a volver a poner a las mujeres en su lugar? Quiz¨¢, pero realmente la misoginia nunca lleg¨® a abandonarnos. En cambio, lo que s¨ª es nuevo es el retorno de la natalidad: en Norteam¨¦rica y el norte de Europa se hallan ahora en pleno baby boom, con alzas sostenidas de la fecundidad que podr¨ªan explicar que de nuevo se impongan como modelo a imitar las im¨¢genes de las mujeres hipermaternas, dotadas con abundante generosidad pectoral. Y por eso regresar¨ªa el sost¨¦n: para apuntalar las reservas de los lactantes, al igual que ya sucedi¨® durante el anterior baby boom, cuando imperaban reinas del busto como la Bardot, Jane Russell y Marilyn.Pero como es sabido, la historia no se repite nunca: y este nuevo baby boom no parece que vaya a suponer ninguna regresi¨®n hacia aquel modelo de familia patriarcal (la mujer, la pata quebrada y en casa) que hac¨ªa las delicias de la vieja misoginia. Puede que ahora regresen las madres pechugonas. Pero desde luego no parece que vayan. a regresar las santas esposas sacrificadas y sumisas. En cambio, este ascenso de la fecundidad viene acompa?ado de una mutaci¨®n en el modelo de familia, que ahora ya no ser¨ªa patriarcal sino matrifocal. As¨ª lo revela el ejemplo de Suecia, cuyo boom de natalidad est¨¢ compuesto por una mayor¨ªa de nacimientos producidos fuera del matrimonio, con madres profesionales mayores de treinta que sostienen su hogar como ¨²nicas cabezas de familia. Esto no es todav¨ªa el matriarcado, como se temen los mis¨®ginos, pero s¨ª es, desde luego, la consolidaci¨®n de una reciente tendencia familiar: la basada en la figura del padre ausente.
Este A?o Internacional de la Familia ha visto multiplicar los congresos, simposios, seminarios y cursillos de verano sobre la familia. Y en casi todos los que asist¨ª surgi¨® como tema central la figura del padre ausente. Esta tendencia tendr¨ªa dos causas principales. Ante todo, la p¨¦rdida de propiedades familiares a causa de la progresiva salarizaci¨®n: los patriarcas se despreocupan de su prole cuando no tienen herencia que transmitirles. Y en segundo pero m¨¢s importante lugar, la creciente probabilidad de divorciarse, que desvincula a los hijos de sus padres para quedar casi siempre a cargo de las madres (lo que no debe ser atribuido tanto al af¨¢n posesivo de ¨¦stas como al desinter¨¦s de aqu¨¦llos). Ahora bien, ¨¦sta es la mejor (aunque parad¨®jica) realizaci¨®n pr¨¢ctica del modelo cristiano de sagrada familia, centrada en la relaci¨®n del Ni?o-Dios con la Virgen-Madre, quedando la figura masculina relegada al papel perif¨¦rico de padre nutricio o padre ausente.
?A qu¨¦ intereses obedece esta nueva tendencia? Algunos sospechan conspiraciones feministas, pero los m¨¢s claros beneficiarios parecemos los varones, que preferir¨ªamos desentendernos de la carga de los hijos dejando que sean las mujeres quienes la costeen con su propio trabajo. Y la raz¨®n ser¨ªa la conveniencia de financiar nuestra vejez, anta?o confiada a los hijos y hoy a nuestras cotizaciones. Y as¨ª, en lugar de invertir nuestros recursos en mantener hijos, los varones preferimos ahora financiar nuestra jubilaci¨®n, permitiendo que las mujeres reduzcan su maternidad al no poder costearlas solas.
El debate parlamentario sobre los Presupuestos del Estado debe abordar la cuesti¨®n. Como aqu¨ª no hay (todav¨ªa) baby boom, sino todo lo contrario, parece prioritario proteger el derecho a formar familia, lo que exige incentivar indirectamente la maternidad subvencionando parte de su sost¨¦n, Pero eso pudiera reforzar la cada vez m¨¢s irresponsabilizada figura del padre ausente, ahora suplido por el Estado marido o el Estado nutricio. Y si los varones contin¨²an delegando en el Estado su responsabilidad progenitora, pronto habr¨¢ que subvencionar con fondos p¨²blicos hasta la lencer¨ªa de los sostenes.
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