El precio de la fama
Ma Junren suma y sigue ¨¦xitos, pero comienza a crearse enemigos
![Santiago Segurola](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe505581b-3596-4161-bc77-1816c8c68bf7.png?auth=d22627484165dfcb062103e8d1fdebeb92a54c13220f4fd6553111e786e168fa&width=100&height=100&smart=true)
Ahora es el ataque colectivo de apendicitis, antes la p¨®cima m¨¢gica, y siempre las victorias de sus atletas. Ma Junren se ha convertido en una leyenda instant¨¢nea. Un a?o le ha servido para levantar las cejas de los expertos, de los atletas, de los periodistas y de los dirigentes de la Federaci¨®n Internacional de Atletismo. Todo el mundo habla del t¨¦cnico que ha llevado a las atletas chinas del anonimato a la celebridad. Son el ej¨¦rcito de Ma, con todo lo que eso significa: un general y sus soldados obedientes. ?Pero hasta qu¨¦ punto obedientes? Los esc¨¦pticos hablan de la obediencia ciega a m¨¦todos intolerables: un sobreesfuerzo brutal y la sospecha de la utilizaci¨®n de drogas.El primer dato relevante de los Juegos Asi¨¢ticos es el descenso de las marcas entre las protegidas de Ma. Despu¨¦s del hurac¨¢n de r¨¦cords mundiales protagonizado por las chinas el pasado a?o, se esperaba con atenci¨®n el curso de la temporada 94. Bien, ha sido un a?o casi sab¨¢tico. Qu Yunxia, Wang Junxia y el resto de estrellas chinas s¨®lo han aparecido a ¨²ltima hora en Hiroshima para realizar unas faenas de ali?o, con unas marcas de segunda fila. As¨ª que han vuelto las preguntas y las sospechas. ?Por qu¨¦ las chinas han renunciado a participar en el circuito de verano de Europa, donde se gana tanto dinero como prestigio? ?Por qu¨¦ la regresi¨®n en las marcas? ?Por qu¨¦ la dificultad en encontrar hombres capaces de conseguir los mismos milagros que las atletas de Ma?
La respuesta de Ma ha sido provocativa, como siempre. Cuando le preguntaron por la excelencia de los registros de sus atletas, el entrenador contesto el pasado a?o: "Se entrenan como bestias y disponen de las ventajas de una p¨®cima secreta". Sorpresa general. Resulta que Ma era Merl¨ªn: ten¨ªa un elixir m¨¢gico. Hasta lo ha puesto en venta. Dice que el producto est¨¢ compuesto por estracto de ginseng, hierbas y sangre de tortuga. Le gusta el dinero y el modo de vida occidental, un perfil que puede costarle serios problemas con los dirigentes del deporte chino, hasta ahora complacientes y satisfechos con Ma Junren. Temen que se vuelva un heterodoxo incontrolable. "Ma habla demasiado. Le hemos advertido que se concentre en su trabajo y no en ir de un lado para otro anunciando lo que hace", ha dicho Wei Jiz-hong, secretario general del Comit¨¦ Ol¨ªmpico de China y viejo valedor del sistema colectivista."Creemos que est¨¢ muy interesado en el dinero y esto es un asunto negativo", se?al¨®. Y luego a?adi¨® la t¨ªpica sentencia lapidaria: "Trataremos de convencerle".
Los dirigentes chinos temen que Ma se les escape de las manos, que el efecto de su ¨¦xito supere los severos m¨¢rgenes impuestos por la doctrina que rige el deporte y la vida en su pa¨ªs. Pero Ma est¨¢ crecido. Mientras desmiente las acusaciones de dopaje que pesan sobre sus atletas, desliza que el dinero es tan necesario como los entrenamientos. "Un entrenador tiene que ocuparse de las ropas de sus atletas, de su comodidad, de crear un entorno favorable. Eso s¨®lo se consigue con dinero", ha comentado. Para empezar ha puesto a la venta su p¨®cima, y parece que con ¨¦xito.
Pero su figura cada vez es m¨¢s controvertida. Su r¨¦gimen dictatorial ha provocado los primeros conflictos con sus atletas. Liu Dong, campeona mundial de 1.500 metros, fue despedida del peque?o ej¨¦rcito de Ma por permitirse un corte de pelo occidental y una relaci¨®n liberal con su novio. Est¨¢ crecido, pero sus enemigos salen por todos los lados. En Occidente se sospecha de sus m¨¦todos y en China de su fama. La pugna est¨¢ servida.
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