Acto de fe a costa de la NBA

La NBA ya no levita. Est¨¢ por encima, pero el baloncesto europeo es capaz de divisarla en el horizonte. Cada vez se observa menos aire celestial en la suficiencia de los jugadores americanos. Son mejores, lo saben hacer y vender con m¨¢s estilo, pero tendr¨¢n que aprender de una vez que algunos jugadores europeos se la pueden dar con queso. El Joventut desenroll¨® la alfombra, pero no como acto de pleites¨ªa, sino por pura urbanidad.El Joventut aprovech¨® la l¨²dica y poco habitual jornada -fue el primer amistoso que jug¨® un equipo de la NBA en Espa?a, Open McDonald's al margen- e hizo un acto de afirmaci¨®n en su colectivo y, sobre todo, en la calidad intr¨ªnseca de varios de sus jugadores: Tom¨¢s Jofresa, Villacampa, Albert... De acuerdo, el Golden State gan¨®, por una diferencia abultada si se quiere, pero tuvo que sudar; caliente por la exigencia f¨ªsica, fr¨ªo por el miedo que le meti¨® en el cuerpo el Joventut durante varias fases del segundo cuarto.

Cierto es que el Golden State -en plena pretemporada- no est¨¢ en su mejor momento, que le faltaban jugadores de la talla del p¨ªvot Chris Weber y que no les dio excesivos minutos a sus titulares. Tan cierto como que el Joventut tampoco est¨¢ plet¨®rico, que Morales reapareci¨® con m¨¢s ilusi¨®n que posibilidades tras una larga lesi¨®n y que el partido fue el sexto en la serie de 10 que completar¨¢ en 23 d¨ªas el pr¨®ximo 29 de octubre.

Atenuantes al margen, el Joventut ayud¨® ayer al proceso de normalizaci¨®n del baloncesto NBA en Europa. Lo que separa ambos conceptos se est¨¢ quedando cada vez m¨¢s en los fundamentos individuales de los jugadores. La potencia, la rapidez, los recursos t¨¦cnicos de Mullin, Hardaway, o Sprewell marcan la diferencia. Pero el sentido t¨¢ctico, el descaro, la habilidad y la astucia -?qu¨¦ c¨¢ndidos son a veces los jugadores americanos!- se reparten cada vez con mayor igualdad.

Los equipos de gala protagonizaron un primer cuarto monocorde en el que los americanos marcaron una diferencia de punto por minuto. Fue cuando mejor se observ¨® la disparidad en la forma de coger el bal¨®n, de atrapar el rebote, de pasar, de intercambiarse en los marcajes, de conseguir llegar al contraataque o de taponar un lanzamiento en superioridad num¨¦rica entre unos y otros.