Ken Loach pulveriza en 'Ladybird' la actual epidemia de falso cine violento
Nanni Moretti logra en su 'Querido diario' una genuina pel¨ªcula de autor
Dos pel¨ªculas artesanales, hechas con m¨ªnimo presupuesto y m¨¢xima ambici¨®n, han puesto por todo lo alto el arranque de esta 39a Semana de Cine de Valladolid. En la primera, Querido diario, el italiano Nanni Moretti alcanza con sorprendente facilidad algo que infinidad de directores de pel¨ªculas buscan y muy pocos encuentran: el genuino cine de autor. En la segunda, Ladybird, el brit¨¢nico Ken Loach representa un aspecto de la violencia real en lavida cotidiana de su pa¨ªs con tal fuerza y tanta verdad que pulveriza y desenmascara la falsedad que hay dentro de la actual moda de violencia y de muerte, convertidas por el cine norteamericano en diversi¨®n de masas.
Tanto Moretti como Loach son cineastas solitarios e independientes y, cada uno a su manera, radicales y poco contemporizadores. Son gente que trabaja a su aire, de espaldas a las cambiantes demandas de entretenimientos prefabricados por las t¨¦cnicas de marketing y por las campa?as de las oficinas de manipulaci¨®n de los mercados del cine.A ambos les gusta nadar contra la corriente. Ignorar lo adocenado, pero no por ello caen en el capillismo ni en la busca de la originalidad por la originalidad, que es otra forma -a¨²n m¨¢s insidiosa- de adocenamiento. Y sacan adelante, con talento, con astucia y contra viento y marea, proyectos de pel¨ªculas que los sondeos en las demandas ambientales de cine consideran sobre el papel descabellados.
En Querido diario, Moretti lleva a cabo una incursi¨®n dentro de s¨ª mismo, de su vida privada, y en clave de comedia logra que un divertido y aparentemente ligero ejercicio de cine l¨ªrico se convierta en una inesperadamente grave radiograf¨ªa del atolladero social y pol¨ªtico, del naufragio en que se mueve, alrededor de un punto inm¨®vil, la Italia de ahora mismo. Parece Innecesario a?adir que el grado de libertad y de inventiva que hace falta para que un ejercicio de prestidigitaci¨®n como ¨¦ste no se quede en un simple chiste es m¨¢s que considerable.
Prueba de que este tipo de pel¨ªculas contra la corriente funciona es que Querido diario triunf¨® en el Festival de Cannes y Ladybird en el de Berl¨ªn, lo que pone de manifiesto que dos pel¨ªculas humildes hasta la pobreza y artesanales hasta los bordes del cine casero pueden derrotar en su propio terreno a las m¨¢s opulentas superproducciones de la gran industria audiovisual europea y norteamericana, cuando el ingenio de sus creadores logra compensar la pobreza de medios con la riqueza de fines.
Con cuatro meses de vida, Querido diario se ha convertido en una obra cl¨¢sica del cine italiano, al que no para de abrirle caminos y nuevas posibilidades. Por su parte, y con s¨®lo nueve meses de vida, Ladybird se ha convertido en una obra cl¨¢sica del cine brit¨¢nico y abre para el cine de su pa¨ªs m¨¢s y m¨¢s horizontes.
Si la pel¨ªcula italiana cuenta con humor, dolor y desparpajo una comedia ¨ªntima, la brit¨¢nica representa una tragedia individual en forma de grave documento. Es un atroz reportaje, una exploraci¨®n aparentemente fr¨ªa, pero en realidad encendida como un ascua, de la interioridad de una salvaje forma de violencia institucionalizada en la "normalidad" de la sociedad brit¨¢nica. Y viendo Ladybird se siente la tentaci¨®n de deducir que las torturas mentales y morales que en su d¨ªa imaginaron las fiebres cerebrales de Kafka y Dostolevski son en realidad juegos de ni?os comparados con el retorcimiento y la crueldad que hay dentro del dispositivo jur¨ªdico brit¨¢nico destinado, as¨ª como suena, a la protecci¨®n de los ni?os.
La violencia ver¨ªdica -se trata de un suceso real- representada por Loach en Ladybird es de tal intensidad y magnitud, que pulveriza y desenmascara como un degradante y falsario espect¨¢culo de barraca de feria a la moda del cine no sobre la violencia, sino sobre la salsa de tomate, una plaga de im¨¢genes sangrientas, falsas, embrutecedoras e informes que estos d¨ªas est¨¢ llegando a su apogeo con las aportaciones de Oliver Stone, Quentin Tarantino y colegas, a los cementerios del celuloide mentiroso y oportunista.
Y tras ver Querido diario y Ladybird estamos, por tanto, ante el regalo de dos peque?as pel¨ªculas, cuya peque?ez engrosa el libro de oro del gran cine.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.