La n¨¢ufraga francesa asegura que s¨®lo piensa en "dar la vuelta a la p¨¢gina"
"Le¨ª muchos libros de joven y sab¨ªa que otra gente sobrevivi¨® en el mar aliment¨¢ndose s¨®lo con agua. Yo sobreviv¨ª porque ten¨ªa conmigo una nina peque?a Con una incre¨ªble entereza, siempre sonriente y aspecto saludable, Louise Longo, ha decoradora francesa de 36 a?os, que fue hallada con vida tras permanecer 15 d¨ªas en una balsa a la deriva frente, a las costas gallegas, pas¨® ayer la prueba de contar a la prensa su terrible odisea. Louise, que navega desde los 10 a?os, no derram¨® ni una l¨¢grima y s¨®lo estuvo a punto de derrumbarse cuando musit¨®: "Lo peor es pensar que el pr¨®ximo s¨¢bado ser¨ªa el cumplea?os de mi hija". A pesar del trauma de haber perdido a su esposo, Bernard Huyghe, y a la ni?a, Gaella Angela, de cinco a?os, la mujer se?al¨® con enorme determinaci¨®n: "Ahora s¨®lo queda dar la vuelta a la p¨¢gina y pensar en otra cosa".Tras permanecer una semana ingresada en el hospital Juan Canalejo de La Coru?a, Louise fue dada de alta ayer. Su relato fue tranquilo, pero no exento de contradicciones y de puntos sin aclarar. El m¨¢s confuso es que ella -y los informes del puerto franc¨¦s de La Rochelle, de donde parti¨® el 30 de septiembre- asegura que el yate Jan Van Gent s¨®lo llevaba una lancha auxiliar y otra salvavidas, la que utilizaron los n¨¢ufragos. Sin embargo, el remolcador de Salvamento Mar¨ªtimo, Alonso de Chaves, inform¨® que, cuando hall¨® el barco a la deriva el pasado 12 de octubre, ten¨ªa dos botes a su costado.
La noche del naufragio
"Era la medianoche del 5 al 6 de octubre. Naveg¨¢bamos a unas 40 millas de La Coru?a y el mar estaba realmente duro. Una ola golpe¨® los cristales del puente y el barco se inund¨®. Yo estaba al tim¨®n. Mi marido sufri¨® heridas en las manos, en las piernas y en la espalda", record¨® Louise. "Lanzamos un SOS pero no obtuvimos respuesta. El alcance de la radio es corto, era de noche y posiblemente no hab¨ªa barcos cerca". La familia Huyghe abandon¨® el yate ante el temor de que el temporal destruyese la lancha salvavidas y el barco naufragase.La superviviente siempre crey¨® que el yate se hab¨ªa hundido. "Tem¨ªa que por eso nos diesen definitivamente por muertos", expres¨®. "Nunca llegu¨¦ a ver ning¨²n barco porque las olas imped¨ªan divisarlos, excepto cuando est¨¢bamos en la cresta de una ola. S¨®lo ten¨ªa la referencia del olor del humo de alg¨²n carguero o el ruido de sus m¨¢quinas, pero me faltaba una linterna. La ¨²nica que hab¨ªa se qued¨® sin pilas a la segunda noche".
Louise llevaba a la ni?a en su regazo mientras las heridas de su marido empeoraban a causa del agua salada. Muri¨® entre los d¨ªas 10 y 11. "Lo se porque siempre procur¨¦ llevar un calendario mentalmente. Es algo fundamental en el mar", explic¨®.
En esos d¨ªas interminables la mujer mantuvo siempre la determinaci¨®n de sobrevivir porque, seg¨²n subray¨®, "ten¨ªa a mi hija conmigo' y pensaba en todo momento en mi familia y mis amigos". Hasta que el pasado d¨ªa 20 la lancha fue avistada por el mercante ruso Petrovski. En ese momento lo peor a¨²n estaba por venir. Un marinero "que arriesg¨® s¨² vida", se desliz¨® por una escalera e intent¨® izar a Louise y a su hija. "Eso fue lo m¨¢s doloroso, ver que ten¨ªamos un medio de salvarnos, pero que el estado del mar lo imped¨ªa". En un momento dado, la lancha volc¨® y el mar se llev¨® a la peque?a.
Poco despu¨¦s, un helic¨®ptero de salvamento mar¨ªtimo, ya con sus reservas de combustible al l¨ªmite, lograba izar a Louise y conducirla al hospital. "Me di cuenta entonces de que ten¨ªa los pies sobre la tierra. Una persona se puede romper en ese momento pero los m¨¦dicos lograron evitarlo".
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