?Transici¨®n cubana?
Cuba no estar¨¢ presente. fisicamente en la Cumbre de las Am¨¦ricas, a celebrarse en M¨ªami en diciembre pr¨®ximo, pero s¨ª en la mente de todos sus participantes. La potencialidad de una tragedia en el acto final de la revoluci¨®n cubana urge la adopci¨®n de medidas imaginativas y constructivas. Una transici¨®n pac¨ªfica en Cuba hacia la democracia ha llegado a ser un objetivo de alta prioridad para Estados Unidos, Espa?a y los pa¨ªses de Latinoam¨¦rica y el Caribe. Todos comparten una preocupaci¨®n sobre el riesgo de un desenlace violento de la actual crisis cubana, pero hay serias discrepancias entre sus respectivas pol¨ªticas. Para Estados Unidos, el peor de los casos ser¨ªa un ba?o de sangre en la isla acompa?ado por una migraci¨®n masiva e incontenible, una verdadera cat¨¢strofe.La palabra crisis, de empleo frecuente, tiene varias dimensiones. La salida de Cuba de m¨¢s de 32.000 balseros provoc¨® una crisis entre Washington y La Habana hasta que se firm¨® el acuerdo de migraci¨®n, r¨¢pidamente improvisado el mes pasado. Pero la crisis pol¨ªtica que afecta a la Administraci¨®n del presidente Bill Clinton no ha desaparecido. La detenci¨®n indefinida de los balseros en bases militares norteamericanas en Panam¨¢ y Cuba (Guant¨¢namo) es motivo de protesta por parte del exilio cubano y de un pleito contra el Gobierno norteamericano presentado el 24 de este mes en un tribunal federal de Miami por abogados que pertenecen mayormente al exilio cubano. Las malas condiciones en que viven los que est¨¢n en Guant¨¢namo han sido objeto de cr¨ªtica dura por miembros del clero de la archidi¨®cesis de Miami. Sin embargo, la entrada en Estados Unidos de miles de asilados, fuera de un n¨²mero reducido de casos humanitarios, ir¨ªa directamente contra las fuertes corrientes de xenofobia y antimigraci¨®n del panorama pol¨ªtico de aquel pa¨ªs. Es m¨¢s, no se puede descartar la posibilidad de que desatara otro ¨¦xodo masivo de cubanos.M¨¢s peligrosa a¨²n es la crisis dentro de Cuba, de la cual los balseros son un s¨ªntoma. Un deterioro econ¨®mico severo comenz¨® durante la segunda mitad de la d¨¦cada de los ochenta, se aceler¨® con la desaparici¨®n de las enormes subvenciones sovi¨¦ticas y contin¨²a incesantemente. Seg¨²n los c¨¢lculos de economistas tales como Carmelo Mesa-Lago, el producto bruto nacional se ha contra¨ªdo en m¨¢s del 50% desde 1989. El valor del comercio exterior se ha reducido en un 75%. La calidad de vida de los ciudadanos ha ca¨ªdo dr¨¢sticamente en t¨¦rminos de empleo, atenci¨®n m¨¦dica y educaci¨®n. Han aparecido numerosos casos de enfermedades causadas por una alimentaci¨®n insuficiente. El consumo de calor¨ªas diarias ha bajado a dos tercios del m¨ªnimo requerido.
El consenso entre casi todos los observadores de la situaci¨®n econ¨®mica cubana es que, sin reformas fundamentales liberalizadoras, el deterioro seguir¨¢. Este criterio lo comparten no s¨®lo norteamericanos, sino parlamentarios y empresarios europeos y asesores como el ex ministro de Econom¨ªa espa?ol Carlos Solchaga. La llegada de cierto nivel de inversi¨®n extranjera, procedente principalmente de M¨¦xico y de Espa?a, no podr¨¢ aliviar la crisis sin cambios estructurales, seg¨²n los expertos. Tampoco tendr¨ªa mucho impacto econ¨®mico inmediato, el levantamiento del embargo econ¨®mico impuesto por Estados Unidos.
Espa?a ha desempe?ado un papel activo. Ha servido de foro neutral para di¨¢logos entre exiliados (como la reuni¨®n de la Plataforma Democr¨¢tica, en mayo de 1994) o entre exiliados y representantes del Gobierno cubano (el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Roberto Robaina, se reuni¨® con representantes de tres grupos de exiliados de Miami en Madrid en septiembre de 1994). Tambi¨¦n Espa?a ha empleado sus buenos oficios diplom¨¢ticos con EE UU en un esfuerzo para estimular negociaciones. Ha protagonizado la idea del di¨¢logo en la Uni¨®n Europea y en las cumbres iberoamericanas. Ha actuado como fuerza catalizadora dentro de Cuba para estimular cambio y apertura (las visitas de Solchaga, de parlamentarios, empresarios y otros).Existe en Cuba un grupo de llamados reformistas o aperturistas, que entienden la necesidad de cambios radicales. No se trata de un grupo homog¨¦neo ni existe consenso entre ellos sobre si hay necesidad de cambios pol¨ªticos o s¨®lo de cambios econ¨®micos. Frente a ellos est¨¢n las fuerzas monol¨ªticas de la ortodoxia, a veces llamados minimal¨ªstas o hist¨®ricos, encabezado por nada menos que Fidel Castro. Ellos temen perder su control pol¨ªtico si las reformas de mercado se aceleran y pro fundizan, pues restar¨ªan poder econ¨®mico al Gobierno. Por eso, Castro no ha dado respuesta positiva sustancial ni a la l¨ªnea dura de Washington ni a la l¨ªnea blanda de otros pa¨ªses que aconsejan reformas.
Estados Unidos ha mantenido la misma postura frente al r¨¦gimen de Castro desde 1961, cuando rompi¨® relaciones diplom¨¢ticas e impuso un embargo econ¨®mico. Hasta la ca¨ªda del comunismo, en 1989, EE UU ten¨ªa una gama de causas geopol¨ªticas contra el castrismo. Durante todo este periodo ve¨ªa la isla como una extensi¨®n del poder militar sovi¨¦tico. Castro busc¨® la expansi¨®n del comunismo en el ¨¢rea de Centroam¨¦rica y el Caribe mediante su ayuda a grupos guerrilleros. Luego envi¨® unidades regulares de sus Fuerzas Armadas a pa¨ªses africanos.
En lo dom¨¦stico, Cuba ha mantenido un r¨¦gimen represivo, violador de derechos humanos, que en los ¨²ltimos a?os ha recibido el repudio hasta de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Hoy, en las Am¨¦ricas, Cuba es un caso excepcional como el ¨²nico pa¨ªs sin jefe de Gobierno libremente electo.
De estos pleitos norteamericanos contra Castro, s¨®lo queda el ¨²ltimo: la naturaleza de su r¨¦gimen. Sin embargo, EE UU no ha modificado su pol¨ªtica del embargo econ¨®mico y la falta de relaciones diplom¨¢ticas normales, aunque lo ha hecho en otros casos, notablemente el de Vietnam. El exilio cubano en EE UU no es homog¨¦neo, y hay quienes apoyan un cambio de postura, hasta el di¨¢logo directo con el Gobierno cubano. La Plataforma Democr¨¢tica propone un levantamiento parcial del embargo (alimentaci¨®n y medicinas) por razones humanitarias. La posici¨®n mayoritaria del exilio, representado por la Fundaci¨®n Nacional Cubano-Americana, es de mantenerlo, y tiene un peso enorme sobre la pol¨ªtica interna del pa¨ªs. Es su pol¨ªtica la que Clinton hasta ahora ha seguido, a pesar de la discrepancia de legisladores fuertes de su propio partido, ta-
Pasa a la p¨¢gina siguiente Viene de la p¨¢gina anterior
les como Claiborne Pell y Lee H. Hamilton, presidentes de las comisiones de relaciones exteriores del Senado y de la C¨¢mara de Representantes, respectivamente. Ellos han, sugerido el levantamiento gradual del embargo, comenzando con el turismo. Sin embargo, el secretario de Estado, Warren Christopher, ha manifestado que est¨¢ dispuesto (y autorizado por la ley vigente) a dar "respuestas cuidadosamente calibradas" a cualquier iniciativa positiva por parte del Gobierno cubano.
La posici¨®n mayoritaria latinoamericana se opone al embargo y favorece el di¨¢logo. El Grupo de R¨ªo, asociaci¨®n de 14 democracias, en su octava cumbre, el verano pasado, declar¨® que "...reiteran la necesidad de que se levante el embargo a Cuba", aunque tambi¨¦n expres¨® que "...es indispensable una transici¨®n pac¨ªfica hacia un r¨¦gimen democr¨¢tico y pluralista en Cuba, que respete los derechos humanos y la libertad de opini¨®n, en consonancia con la voluntad. popular". El ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, expuso un punto de vista id¨¦ntico la semana pasada en Madrid. Aunque no lo ha dicho p¨²blicamente, el Gobierno de Estados Unidos podr¨ªa beneficiarse con una iniciativa de apertura democr¨¢tica cubana estimulada por Espa?a y otros pa¨ªses que comparten su pol¨ªtica. Por ahora, mucho, tal vez todo, en dicha apertura depende de la voluntad de un hombre muy obstinado, Castro, y cualquier cambio en su posici¨®n ser¨ªa muy especulativo. Pero si ocurriera ese cambio, obligado por el deterioro econ¨®mico y pol¨ªtico en la isla, Washington tendr¨ªa que estar preparado para dar una respuesta constructiva.,
En este caso, habr¨ªa que explicarle al p¨²blico norteamericano que un cambio de rumbo en la pol¨ªtica hacia Cuba, incluyendo un di¨¢logo directo con su Gobierno, ser¨ªa compatible con sus propios intereses nacionales.
Ambler Moss Jr. es director del Centro Norte-Sur. Universidad de Miami.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.