Los observadores internacionales destacan la limpieza de las primeras elecciones libres en Mozambique
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ENVIADO ESPECIAL
"El pueblo de Mozambique ha dado una lecci¨®n de democracia. No se ha producido ninguna irregularidad verdaderamente destacable", declar¨® ayer Mateo Zuppi, representante en Maputo de la comunidad de San Egidio, uno de los mediadores que m¨¢s contribuyeron a la firma del acuerdo de paz de 1992 entre el Gobierno y la guerrilla. Para Joe Hanlon, portavoz de la Asociaci¨®n de Parlamentarios Europeos en favor de ?frica Austral (AWEPA), cuyos observadores han visitado m¨¢s de 1.200 colegios electorales, "las elecciones no s¨®lo han sido un ejemplo. de participaci¨®n, sino que incluso han estado mucho mejor organizadas que las que pusieron fin al r¨¦gimen de apartheid en Sur¨¢frica". Los tres d¨ªas de votaci¨®n concluyeron ayer con una tasa de participaci¨®n que ronda el 90%, seg¨²n la Comision Nacional de Elecciones.
La retirada temporal de la Resistencia Nacional Mozambique?a (Renamo), el antiguo grupo guerrillero encabezado por Afonso Dhlakama, el ¨²nico candidato capaz de inquietar al actual presidente, Joaquim Chissano -l¨ªder del Frente de Liberaci¨®n de Mozambique (Frelimo)-, no parece haber influido en el escrutinio, de acuerdo con los observadores de la AWEPA. El temor de las Naciones Unidas y de la comunidad internacional, que ejercieron sobre Dhlakarna una presi¨®n irresistible para que revocara su peligros¨ªsima decisi¨®n de boicotear las elecciones, es que Dhlakama se ampare en el fraude para restar validez a las elecciones y enjugar as¨ª el posible coste de la derrota.
"La guerra no volver¨¢"
Dhlakarna ya hab¨ªa puesto las cosas dif¨ªciles a la misi¨®n de las Naciones Unidas en Mozambique con peticiones de dinero, pero el pu?etazo en la mesa de la v¨ªspera de las elecciones fue fruto de la desconfianza, el miedo a encontrarse en una situaci¨®n similar a la de Jon¨¢s Savimbi (el l¨ªder de la guerrilla angole?a, derrotado en unas elecciones que la ONU consider¨® limpias) y las exigencias de sus asesores m¨¢s recalcitrantes. En cualquier caso, Dhlakama nunca puso en cuesti¨®n el acuerdo de Roma. Tras la firma de la paz, el 4 (le octubre de 1992, y salvo un incidente, el confronto militar ha desaparecido de la vida pol¨ªtica mozambique?a. Si en algo coinciden observadores, mediadores, pol¨ªticos y ciudadanos es en que "la guerra no volver¨¢".Para las Naciones Unidas y otros mediadores, lo prioritario ahora es ayudar a salvar la cara a Dhlakama. "No hay que olvidar que, adem¨¢s de un pol¨ªtico, Dhlakama es tambi¨¦n un guerrero. Est¨¢ claro que al sabotear las elecciones hizo una jugada arriesgada. En Europa, su retirada del campo y su regreso despu¨¦s le descalificar¨ªan como l¨ªder pol¨ªtico, pero en ?frica hay que tener en cuenta otros factores", se?ala un observador militar internacional, "Es preciso que se cumplan las garant¨ªas otorgadas a Dhlakama de que todas sus quejas de irregularidades ser¨¢n investigadas, aunque ninguna de ellas tiene la entidad' suficiente como para poder respaldar una acusaci¨®n de fraude".
Un enviado del representante del secretario general de la ONU en Mozambique, Aldo Ajello, pas¨® la noche del jueves en casa del l¨ªder de la Renamo, cuando las elecciones en Mozambique estaban en el aire, esperando -"como un africano, el tiempo que haga falta"- ser recibido. Dhlakama se hab¨ªa negado a hablar con los embajadores de Estados Unidos y del Reino Unido. En el entorno de Dhlakama el nerviosismo era visible. El anuncio de la retirada no hab¨ªa tenido efecto sobre el electorado, e incluso los delegados de la Resistencia Nacional Mozambique?a hab¨ªan votado en su mayor parte y permanecido en los colegios. O no hab¨ªan recibido la noticia o se negaban a darle cr¨¦dito. De Maring¨¹e, basti¨®n de la Renamo en la provincia de Zambezia, llegaban datos de una alt¨ªsima participaci¨®n. Entonces, Dhlakama se dej¨® convencer de que ten¨ªa una salida f¨¢cil y se le dieron garant¨ªas de que todas sus quejas ser¨ªan examinadas. A la ma?ana siguiente (el viernes) convoc¨® a la prensa y anunci¨® su regreso a la liza electoral. La Comisi¨®n Nacional de Elecciones, que hab¨ªa sufrido las cr¨ªticas de Dhlakarna, cedi¨® su parte y concedi¨® la prolongaci¨®n de las votaciones hasta ayer. El escollo se salv¨®. Pero a¨²n falta por conocer su reacci¨®n cuando las urnas hablen. Hasta dentro de 15 d¨ªas no habr¨¢ resultados oficiales. Mientras tanto, la carta de la acusaci¨®n de fraude sigue en la manga de Dhlakama.
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