Mosaicos
El que a uno le publiquen a comienzos de semana las columnas escritas d¨ªas antes tiene la desventaja de que los acontecimientos del domingo (como, por ejemplo, unas elecciones auton¨®micas) pueden desvirtuarlas, lo que suele ser frecuente en un escenario pol¨ªtico tan cambiante e imprevisible como el nuestro. Pero a cambio tiene la ventaja de que, si deseas luego recapitular a la semana siguiente esos mismos hechos, dispones de mayor distancia y perspectiva, sin tener que caer en la miop¨ªa de la urgencia inmediata.Los recientes comicios del 23-O pueden haber supuesto un cierto giro en la evoluci¨®n pol¨ªtica del Pa¨ªs Vasco,como si se hubiese sobrepasado un punto de inflexi¨®n. Al menos, as¨ª cabe plantearlo a t¨ªtulo de hip¨®tesis, partiendo del an¨¢lisis de los resultados. Tres son los cambios que cabe destacar, a grandes rasgos. Ante todo, el fuerte declive del socialismo vasco, en parte debido a que contin¨²a influyendo gravemente la progresiva deslegitimaci¨®n del PSOE por su incapacidad para explicar la corrupci¨®n. Pero ha sido tanta la ca¨ªda del PSE, si lo sumamos a EE, que cabe deducir que tambi¨¦n ha fracasado, adem¨¢s, la confusa oferta de un nuevo socialismo vasquista, que se ha revelado incapaz de entusiasmar al electorado. De este modo, el partido de J¨¢uregui y Onaind¨ªa ha dejado, de suponer un punto alternativo de referencia, por oposicion al liderazgo nacional del PNV. Y ese papel lo han heredado ahora el PP y UA, por la derecha, e IU por la izquierda.
El segundo cambio es el de un cierto declive del nacionalismo vasco, que ha perdido claramente posiciones en relaci¨®n a partidos de direcci¨®n estatal o localista (como UA). ?Ha comenzado el posnacionalismo, como dice J¨¢uregui? ?O se trata s¨®lo del cansancio acumulado tras d¨¦cadas de sobresaturaci¨®n ideol¨®gica? Bien pudiera ser, en efecto, que comenzase a declinar la estrella del nacionalismo, pues algo an¨¢logo puede comenzar a suceder en Catalu?a, tras el descr¨¦dito que supondr¨¢n para CiU las secuelas del caso De la Rosa. Pero el hecho es que; en Euskadi el PNY pare ce incapaz de articular una hegemon¨ªa nacional integradora, por lo que la creciente diversidad de las afiliaciones pol¨ªticas se encamina hacia un mosaico pluralista de estilo suizo, austro-h¨²ngaro, o incluso belga, con fragmentaci¨®n territorial y duplicaci¨®n ¨¦tnica de cada sector del espectro electoral: en vez de valones, vascongados; en un lugar de flamencos, abertzales. Y el tercer rasgo es quiz¨¢ el m¨¢s esperanzador: me refiero a que el voto de HB se ha mantenido casi (incluso crece si lo comparamos con las europeas), a pesar de la ausencia de atentados terroristas. Hasta ahora, la reserva del voto radical depend¨ªa del poder letal de ETA, cuyas acciones lo realimentaban y cuyas ca¨ªdas lo reduc¨ªan. Eso dec¨ªa muy poco (o dec¨ªa demasiado) del civismo vasco, pero as¨ª eran los hechos: con atentados crec¨ªa el voto a HB y sin atentados ca¨ªa. Pues bien, esto ya no parece ser as¨ª. Por
primera vez, el voto a HB parece sostenerse solo, sin depender de ninguna demostraci¨®n homicida.
La conclusi¨®n es que el mosaico pol¨ªtico vasco se parece cada vez m¨¢s al conjunto del mosaico espa?ol (?incluso en su austro-h¨²ngara falta de vertebraci¨®n territorial!), con una representaci¨®n del PSOE, el PP e IU (m¨¢s las inevitables siglas aut¨®ctonas) equiparable a la que pueda haber en Sevilla, Valencia, La Coru?a o Barcelona. Lo cual resulta esperanzador, si lo interpretamos como vuelta a la normalidad.
De hecho, el Pa¨ªs Vasco todav¨ªa viv¨ªa bajo una especie de estado de excepci¨®n, como si el reloj de la historia se les hubiese parado en 1981, en pleno coraz¨®n de una transici¨®n a la democracia que para ellos no hab¨ªa concluido todav¨ªa. De ah¨ª su anterior clima de crispada politizaci¨®n extremista. Pues bien, hoy el reloj vasco parece que vuelve a ponerse en hora con la ya vigente en el resto de Espa?a. Bienvenida sea esta nueva sincron¨ªa, si es que se da y dura, pues eso querr¨¢ decir que tambi¨¦n en Euskadi ha terminado por fin la transici¨®n: y que tambi¨¦n all¨ª la democracia se consolida. As¨ª sea.
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