Un tribunal surcoreano condena a la horca a seis asesinos can¨ªbales
Un tribunal de Se¨²l conden¨® ayer a la horca a los seis componentes de una banda criminal, todos con poco m¨¢s de 20 a?os, culpables de secuestro, violaci¨®n en algunos casos y posterior asesinato de cinco personas, con el agravante de que luego com¨ªan parte de los cad¨¢veres. "Todos merecen la pena capital, porque han cometido el m¨¢s cruel de los cr¨ªmenes", dijo el juez Lee Kwang Yol al leer la sentencia, informa Reuter. Secuestraban con el prop¨®sito de matar. Los rescates no bastaban. Las v¨ªctimas ten¨ªan que pagar con su vida por ser ricas. Para los miembros de esa banda - que respond¨ªa al nombre de Chijon-pa, cuya traducci¨®n aproximada ser¨ªa "la banda de su majestad"-, tener dinero es por s¨ª solo un pecado digno de muerte. Las v¨ªctimas eran mutiladas y quemadas en el horno que ten¨ªan en un s¨®tano. Uno de los condenados confes¨® en el juicio haber comido pedazos de carne de los cad¨¢veres para "aumentar el coraje".
El odio que sent¨ªan los acusados por la opulencia era tan fuerte que consiguieron una lista con los nombres de 1.396 grandes clientes de unos conocidos almacenes del sur de Se¨²l, la capital de Corea del Sur, compraron armas y planearon matarlos a todos despu¨¦s de las vacaciones del 19 al 21 de septiembre, que coincide con la festividad coreana de Acci¨®n de Gracias.
Afortunadamente, la espantosa historia termin¨®, antes de que alcanzase las cifras planificadas por los g¨¢nsteres can¨ªbales, el 19 de septiembre, cuando la polic¨ªa irrumpi¨® en el escondite de la Chijon-pa en Yonggwang, Cholla Namdo, en el suroeste de la pen¨ªnsula coreana, y captur¨® a los seis miembros de la banda gracias a las informaciones de una mujer que fue secuestrada y violada por sus raptores antes de que lograra escapar.
Las primeras investigaciones revelaron que al menos cinco personas hab¨ªan muerto a manos de los seis criminales, a pesar de que su l¨ªder estuviera en prisi¨®n acusado de violaci¨®n. El jefe, Kim Ki Hwan, de 26 a?os, dijo despu¨¦s a la polic¨ªa que hab¨ªa sido ¨¦l quien plane¨® el secuestro y asesinato de un hombre de negocios de 42 a?os y de su mujer, cuyos cad¨¢veres fueron quemados m¨¢s tarde en el incinerador instalado por la banda en su escondite.
El caso levant¨® un gran revuelo y suscit¨® una enorme preocupaci¨®n por la aparente degradaci¨®n social. Un profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad Nacional de Se¨²l manifest¨® en un programa de televisi¨®n que lo m¨¢s inquietante era que los miembros de la banda hab¨ªan sacado la idea de cometer los asesinatos, y de reunir con el tiempo m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares en rescates, de las novelas de cr¨ªmenes y las pel¨ªculas violentas.
"Lo espeluznante de esta banda es que ten¨ªa la intenci¨®n de asesinar a sus v¨ªctimas incluso despu¨¦s de hacerse con el rescate. Hasta construyeron un incinerador para deshacerse de las pruebas. Dedicaban mucho tiempo par planear matar una y otra vez", dijo.
Despu¨¦s de su captura, los seis confesaron a la polic¨ªa que no se arrepent¨ªan de haber matado a "todos esos ricos", especialmente a los de la generaci¨®n m¨¢s joven de acaudalados esnobs que frecuentan los caros centros de diversi¨®n de la parte sur de Se¨²l.
"Ten¨ªamos pensado asaltar comisar¨ªas de polic¨ªa, robar armas y tomar una emisora de radio. Ahora es demasiado tarde", dijo Kim Hyon-yang con una sonrisa mientras hac¨ªa recuento de los asesinatos de la banda.
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