Una alquimia 'a lo De la Rosa'
Si como dice Otto Lambsdorff, al Westdeutsche Landesbank le gusta comprar empresas industriales como quien colecciona sellos, podr¨ªa agregar ahora, a la luz del affaire espa?ol, que la entidad ha comenzado a aficionarse a los agujeros. Karl Otto B?rn, el ex director general de Espa?a, pasaba por ser amigo del presidente del banco de D¨¹sseldorf, Friedel Neuber, art¨ªfice de la expansi¨®n del citado banco, pero fue destituido de modo fulminante el 22 de agosto. "Estaba en J¨¢vea con mi familia, recib¨ª una citaci¨®n del responsable de Europa y nos reunimos en Madrid: me dijo que yo me hab¨ªa enriquecido con las operaciones... El 22 de agosto recib¨ª la carta de despido".Seg¨²n B?rn, fue ¨¦l mismo quien inform¨® a D¨¹sseldorf de las irregularidades existentes a trav¨¦s de una carta enviada el 12 de agosto, tras descubrir -seg¨²n dijo a este peri¨®dico- la verdadera situaci¨®n. Cuando se le pregunta qui¨¦n pudo encubrir riesgos de 17.000 millones sin que ¨¦l lo supiese, admite que deber¨ªa tratarse de alguna persona del banco.
La secuencia de los hechos sugiere que una vez que B?rn se encontr¨® al descubierto, para utilizar una expresi¨®n bancaria, decidi¨® informar de las irregularidades. Como director general s¨®lo pod¨ªa autorizar por su cuenta riesgos de 800 millones de pesetas. Seg¨²n el informe de la inspecci¨®n especial del Banco de Espa?a se han detectado riesgos y operaciones en el mercado de valores con el grupo econ¨®mico de Manuel Rein que, tanto por las graves irregularidades en su procedimiento de concesi¨®n como la situaci¨®n econ¨®mico del grupo beneficiario, pueden ser de dudosa recuperaci¨®n. Son 17.000 millones.
Cuando los sabuesos del banco emisor empezaron a husmear a primeros de julio pasado en los libros del WestLB, B?rn consult¨® con abogados y esper¨® un tiempo. Una parte de las operaciones con sociedades de Rein (Ticiano, Inmaresa, la instrumental Fora y otras) fueron disfrazadas para que no apareciesen como riesgo de WestLB. El mecanismo fueron tres dep¨®sitos: uno de 6. 000 millones en el Santander; otro de 1.500 millones en Paribas y un tercero d¨¦ 1.600 millones en el Banco Urquijo. Con esos dep¨®sitos, los citados bancos aceptaban pagar¨¦s de Ticiano Trading Ltd. (sociedad de Rein). Si al vencimiento, en los meses de enero, febrero y julio de 1995, esos pagar¨¦s no se hac¨ªan efectivos, las tres entidades bancarias, se cobraban con los mencionados dep¨®sitos. En uno de los bancos, Paribas, los inspectores pudieron confirmar que tras, el acuerdo de dep¨®sito inicial, los ejecutivos de WestLB introdujeron, por su cuenta, una cl¨¢usula complementaria falsa que les permit¨ªa salvar la situaci¨®n.
B?rn asegura qu nunca conoci¨® las condiciones de estos dep¨®sitos. Problema: las operaciones fueron firmadas y autorizadas por ¨¦l. Con ¨¦stas se buscaba maquillar un riesgo de WestLB y hacerlo pasar como si fuese de los bancos citados. "Si yo hubiese querido, el contrato con los tres bancos no se hubiese conocido y entonces todo habr¨ªa pasado inadvertido. Era yo quien estaba sentado sobre la bomba", razona B?rn. Dos pegas: primera, al llegar la fecha de vencimiento, en 1995, los pagar¨¦s de Rein no se hubieran pagado y, entonces, todo hubiera saltado por los aires; pero, segunda y m¨¢s importante, el Banco de Espa?a ya conoc¨ªa la situaci¨®n. Fue en este contexto que B?rn decidi¨® confesar que hab¨ªa un muerto en el armario del WestLB Madrid y que ¨¦l no sab¨ªa como hab¨ªa llegado all¨ª.
D¨¹sseldorf estima que el agujero es de 7.000 millones, cifra que incluye las nuevas garant¨ªas que Rein se ha visto obligado a aportar. El joven Rein consigui¨® por unos meses ser todo un De la Rosa, con un banco a su disposici¨®n. B?rn ya hab¨ªa tenido problemas en el Deutsche Bank, en Madrid y Bonn. Ambos tendr¨¢n que explicarse, tarde o temprano, ante un juez,
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