Pol¨¦mica en la prensa brit¨¢nica por los m¨¦todos de 'The Guardian'

"La falsificaci¨®n es un delito grave. En el siglo XVIII as¨ª se la consideraba en el Reino Unido, y adem¨¢s, debido a la naturaleza comercial del pa¨ªs, era un delito de los m¨¢s da?inos, castigado con la pena de muerte". Con estos tintes apocal¨ªpticos analizaba Paul Johnson, columnista de The Times, la falsificaci¨®n de un fax por el diario The Guardian, que provoc¨® la llamada a comparecer ante el Parlamento del veterano director de dicho peri¨®dico pro laborista, Peter Preston (v¨¦ase EL PA?S del pasado d¨ªa 3).En paralelo con la pol¨¦mica pol¨ªtica, los diarios y programas informativos de la televisi¨®n no han dejado de comentar los aspectos profesionales del tema. ?Tiene derecho la prensa a situarse m¨¢s all¨¢ de la ley? ?Hizo algo ilegal Preston autorizando el env¨ªo de un falso fax al hotel Ritz de Par¨ªs para obtener informaci¨®n sobre una factura perteneciente al secretario del Tesoro, Jonathan Aitken?

Muchos periodistas, como el director de The Sunday Times, John Witheron, sin disculpar la acci¨®n de su colega, han insistido p¨²blicamente en que tal fallo es irrelevante en el contexto de lo que considera la misi¨®n esencial de los medios de comunicaci¨®n: investigar y destapar esc¨¢ndalos con repercusi¨®n p¨²blica.

Pero ha habido opiniones para todos los gustos. The Independent consideraba claramente inaceptable la falsificaci¨®n, en un editorial publicado el jueves. Cierto que la propia normativa de la Asociaci¨®n Etica de Periodistas, en el Reino Unido, autoriza el uso de dichos subterfugios, pero "s¨®lo en favor del inter¨¦s p¨²blico y ¨²nicamente cuando el material necesario no se puede obtener por otros medios".

"En este caso", precisa The Independent, "el peri¨®dico dispon¨ªa ya de la factura del se?or Aitken, que le hab¨ªa sido entregada por el propio Mohamed Al-Fayed, due?o del hotel Ritz. El fax fue enviado esencialmente para proteger a Al-Fayed". Al aceptar los t¨¦rminos propuestos por ¨¦ste, Peter Preston "se ha prestado a ser manipulado por su fuente".

Curiosamente, The Daily Telegraph, un peri¨®dico conservador que ha tratado el tema con notable frialdad, ha mantenido un punto de vista editorial m¨¢s favorable a Preston. En primer lugar, porque "muchos tories han aprovechado la ocasi¨®n para lanzar sus ataques contra la prensa en general". Este diario, como ya hab¨ªa precisado p¨²blicamente su director, Max Hastings, no disculpa la conducta de The Guardian, pero considera que ha prestado mejor servicio al pa¨ªs que la propia oposici¨®n.

Un papel que, en opini¨®n de William Rees-Mogg, que ha tratado el caso en The Times, ha llevado a los medios de comunicaci¨®n a considerar que se encuentran por encima de la ley.