Luz en las profundidades

Por segundo a?o consecutivo, el programa Danza en el Metro facilit¨® que algunos creadores de danza contempor¨¢nea espa?ola mostraran trabajos originales y frescos. El programa tuvo su presentaci¨®n en las nuevas y flamantes instalaciones de las cocheras de Miguel Hern¨¢ndez, en Vallecas, donde se alternaron las cuatro piezas en un algo ca¨®tico ir y venir de gente entre vagones, cables y un cruelmente arisco suelo de hormig¨®n donde se ve¨ªan obligados a evolucionar los artistas. Aquello fue una fiesta y propiamente, para disfrutar las coreograf¨ªas en d¨ªas sucesivos hubo que pasear por Ventas, Callao, Sol, Embajadores y Plaza de Espa?a.M¨¦rito al que lo tiene: quien primero en Espa?a baj¨® a una estaci¨®n de metro y cre¨® coreograf¨ªas para un espacio tan ins¨®lito fue la catalana, Avelina Arg¨¹elles en 1981, en la c¨¦ntrica estaci¨®n barcelonesa de Muntaner; all¨ª se vio aquella vez Zapatos: seducci¨®n en el metro, donde la irregular pero sin duda inspirada core¨®grafa ya se hacia acompa?ar de un jovenc¨ªsirno pero prometedor Joaquim Sabat¨¦. Conviene tambi¨¦n recordar que la primera obra creada por Ram¨®n, Oller, y que dio nombre a su compa?¨ªa, fue precisamente Metros, cuyo argumento eran estaci¨®n, andenes y vagones.

Muchos a?os han pasado y las piezas de hoy son m¨¢s complejas, con otra ambici¨®n y perspectivas est¨¦ticas. Muy interesante el proceso creador de Teresa Nieto, que ahonda en el lenguaje intercomunicado de lo propiamente contempor¨¢neo con el acento racial espa?ol. Igual inter¨¦s despert¨® Carmen Werner con una pieza dura e intimista, ambigua y golpeante, en la que el vestuario femenino igualaba a los int¨¦rpretes de ambos sexos en un tercer estadio lleno de duda, golpes y tensi¨®n: el argumento no es nuevo para esta core¨®grafa, que se interesa profundamente en las relaciones ¨ªntimas.

Las chicas de la compa?¨ªa Contratiempo, con la m¨²sica de flamenco en directo, provocaron entusiasmo, risas y un estado de divertimento que quiz¨¢s es el m¨¢s adecuado para quien transita apresuradamente entre una l¨ªnea y otra dentro del tubo.

Elena Alonso hac¨ªa una propuesta con di¨¢logos y un ininteligible argumento demasiado pesado y machac¨®n para las circunstancias. Lo que est¨¢ claro es que la nueva danza espa?ola recibi¨® del m¨¢s que poderoso Festival de Oto?o apenas unas migajas bajo las alcantarillas, mereciendo como merecen salir un poco m¨¢s a la luz.