Oportunidad perdida

Puede que a muchos les haya parecido inofensivo y casi aburrido el discurso, que hab¨ªa despertado cierta expectativa, con el que el escritor y parlamentario Stefan Heym abri¨® la 13? legislatura del Bundestag alem¨¢n ( ... ). Sin embargo, lo ofensivo del discurso de Heym no era tanto lo que dec¨ªa como lo que omit¨ªa. De un escritor desligado de consideraciones t¨¢cticas y con una biograf¨ªa tan agitada se hubiera podido esperar el coraje radical de decir la verdad. Pero Heym no desperdici¨® ni una palabra sobre las injusticias de una dictadura apenas superada ( ... ). En el Bundestag no habl¨® un testigo del siglo, sino un anciano caballero timorato que hab¨ªa hecho suyo el resentimiento de una casta de funcionarios desalojadosHeym, se desliz¨® hacia lo global y evoc¨® una crisis, estructural mundial ( ... ), dejando traslucir las pretensiones comunistas de- salvaci¨®n universal a las que Heym ha sido fiel desde su juventud. Aunque admiti¨® que el nuevo Bundestag no puede resolver estos problemas de la humanidad, Heym exhort¨® a los diputados a abordar su soluci¨®n. Pero ni Alemania ni el Bundestag alem¨¢n podr¨¢n abordar la salvaci¨®n del mundo. Occidente est¨¢ demasiado acostumbrado a trivializar injusticias que no ha sufrido y a los clich¨¦s sentimentales de los aspirantes a mejorar el mundo como para irritarse con las palabras de Heym. Baste con constatar que ¨¦ste, con su discurso perdido en generalidades, ha desperdiciado una oportunidad intelectual.