De un Senado de segunda lectura...
El Senado previsto en la Constituci¨®n de 1978 es fundamentalmente una c¨¢mara legislativa de segunda lectura, muy devaluada pol¨ªticamente, porque reitera el mismo debate del Congreso de los Diputados y las enmiendas que aprueba son asumidas o rechazadas por la C¨¢mara Baja por mera mayor¨ªa relativa. Adem¨¢s, en los debates repetitivos del Senado no se privilegia la problem¨¢tica auton¨®mica.En cuanto a la composici¨®n, adem¨¢s de los senadores residuales designados por los parlamentos auton¨®micos, la base electoral son cuatro senadores por provincia, sea cual sea su poblaci¨®n, excepto en las provincias insulares, en las que se elige alg¨²n senador m¨¢s. La disoluci¨®n conjunta del Congreso y el Senado, dada la hegemon¨ªa pol¨ªtica del segundo, desprovee los procesos electorales al Senado de contenido auton¨®mico.
En el debate sobre el estado de las autonom¨ªas celebrado en septiembre todos los grupos pol¨ªticos coincidieron un¨¢nimemente en la necesidad de reforma constitucional del Senado en lo referido a su "composici¨®n y atribuciones", para lo que pidieron colaboraci¨®n.
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