"La guerra contra las drogas est¨¢ perdida", afirma la Liga Internacional Antiprohibicionista

Los partidarios de despenalizar las drogas afirman que la guerra contra el narcotr¨¢fico ha fracasado. Esa conciencia explica la reciente incitaci¨®n al debate sobre la despenalizaci¨®n hecha por Carlos L¨®pez Ria?o, secretario de Estado para el Plan Nacional sobre las Drogas. La idea es que despenalizar privar¨ªa del pan y la sal al narcotr¨¢fico, y que el consumo, al estar controlado como el de cualquier otro producto del mercado, no entra?ar¨ªa los riesgos sanitarios actuales. La Liga Internacional Antiprohibicionista (IAL) ha distribuido entre 1.000 europarlamentarios su Para una revisi¨®n de la pol¨ªtica internacional sobre las drogas (Informe de las posibilidades de enmienda ylo rechazo de los convenios de las Naciones Unidas).

La Liga presenta adem¨¢s una publicaci¨®n que se pretende bianual y que busca sobre todo audiencia universitaria y especializada, Cuestionando la prohibici¨®n (Informe internacional sobre Drogas 1994), con estad¨ªsticas de diversos pa¨ªses y art¨ªculos de personalidades como, entre otros, Milton Friedman (que tambi¨¦n figura en la otra gran organizaci¨®n antiprohibicionista, la Drug Policy Foundation), Noam Chomsky, Marco Taradash, John Marks, Fernando Savater o Marco Pannella.En Para una revisi¨®n de la pol¨ªtica internacional sobre las drogas se lee: "La guerra contra las drogas est¨¢ definitivamente perdida". Es el punto de partida de una alternativa que exige acabar con los convenios de Naciones Unidas de 1961, 1971 y 1988 sobre narc¨®ticos, por entender que perpet¨²an con un entramado prohibicionista una cat¨¢strofe mundial que podr¨ªa superarse con la despenalizaci¨®n.

La IAL -nacida en 1990-, aunque federada con el Partido Radical Transnacional, intenta concienciar sobre la necesidad de legalizar las drogas a grandes sectores de la sociedad sin apoyarse en partidos o ideolog¨ªas concretos. Su estrategia es incidir tanto en las instituciones pol¨ªticas como en movimientos y asociaciones c¨ªvicos.

Antonio Contardo, italiano residente en Espa?a, empresario y miembro de la IAL, cree que la derecha debe comprometerse por la despenalizaci¨®n: "La legalizaci¨®n de las drogas parecer¨ªa en un principio una bandera l¨®gica en la izquierda, por la tradici¨®n a favor de la libertad. Pero la derecha econ¨®mica es la que deber¨ªa estar m¨¢s interesada, porque la situaci¨®n actual perjudica el mercado, que hoy deber¨ªa ser absolutamente liberal, sin trabas. Ahora, la droga transfiere unos recursos, econ¨®micos incre¨ªbles a las manos del crimen organizado. Y hay zonas del mundo, como Colombia o Sicilia, donde la legalidad democr¨¢tica ya ni existe. En Estados Unidos hay s¨ªntomas esperanzadores, como el hecho de que la Fundaci¨®n George Soros, absolutamente ultraliberal, apoye iniciativas conectadas con la IAL".

Pero hay derechas y derechas. "La derecha espa?ola se opone a despenalizar", dice Antonio Escohotado, catedr¨¢tico, "porque es a¨²n una derecha clerical, llena de mustios eunucos. No tienen idea de lo que hablan cuando hablan de drogas. Estamos en una histeria de masas, igual que las persecuciones a las brujas o a los jud¨ªos. Pero es un problema rid¨ªculo, porque hoy se compra droga en cualquier parte, por muy prohibida que est¨¦. Todo el mundo sabe que la hero¨ªna cuesta 4.000 pesetas el gramo y que la coca¨ªna mala sale a 16.000, y se sabe d¨®nde comprarla. La derecha se empe?a en que legalizar ser¨ªa connivencia con los narcotraficantes: es como decir que a Capone le conven¨ªa que se acabase la ley seca". El fil¨®sofo Fernando Savater coincide: "La derecha espa?ola s¨®lo es liberal en lo econ¨®mico, para no pagar impuestos. En lo dem¨¢s es retr¨®grada".

"La derecha sigue siendo prohibicionista por una pulsi¨®n moral, pero va contra sus intereses", insiste Contardo. "Prefiero creer que los pol¨ªticos que se oponen a legalizar lo hacen m¨¢s por ignorancia que por mala fe o por conexiones con el mundo mafioso. Se tiende a creer que la mafia es algo ajeno. A m¨ª, que soy de Mil¨¢n, me pasaba: hasta que un d¨ªa me despert¨¦ y me encontr¨¦ a la mafia en mi cama. Parec¨ªa un fen¨®meno siciliano, y hoy ha invadido hasta el este de Alemania".

Militancia

Escohotado tiene esperanzas en la din¨¢mica social: "De un tiempo a esta parte hay una efervescencia popular sobre el tema. Creo que se est¨¢ creando, y muy deprisa, una gran militancia antiprohibicionista. Hay foros por doquier, y debates, en radio y televisi¨®n. Lo que pasa es que a gente como a Fernando Savater o a m¨ª nos meten a discutir en un gallinero y luego apenas nos dejan hablar. Me gustar¨ªa un cara a cara, como el que se permite a los pol¨ªticos, contra alg¨²n adversario, con moderador. Se iba a ver que el PP no sabe nada".

"Se objeta que la legalizaci¨®n causar¨ªa muchas v¨ªctimas", se?ala Contardo. "Pero es una idea que proviene de ver la droga con la imagen de hoy: es decir, una droga contaminada, y siniestra. Quien hoy se inyecta hero¨ªna se est¨¢ inyectando realmente como mucho un 10% de hero¨ªna; el resto es a saber qu¨¦. Durante la ley seca en Estados Unidos, hubo unos 50.000 casos de ceguera y par¨¢lisis causados porque al presunto alcohol clandestino se le mezclaban otros productos nocivos; todos sabemos, en cambio, que un rioja no mata. Ni Freud ni William Borroughs se han destruido con la droga, porque han cuidado de que fuese droga pura".