Tres soberbias faenas

Hubo tres soberbias faenas de diferente corte. Fue una tarde memorable donde se disfrut¨® del se?or¨ªo de Mej¨ªa, la naturalidad de Guti¨¦rrez y el embrujo de Julio Aparicio.Con el que abri¨® plaza Aparicio empez¨® mostrando su clase en unas chicuelinas que remat¨® con una larga dibujada. Con la muleta permiti¨® que el noble astado se entregara imprimi¨¦ndole a su labor exquisitez y perfecci¨®n. En los naturales baj¨® y corri¨® la mano girando la cintura cadenciosamente encadenando los pases en el mismo sitio. Por el derecho, templ¨® y mand¨® con sabor, derrochando arte. Desafortunadamente, no acert¨® con la toledana y perdi¨® el trofeo. Al problem¨¢tico enemigo que cerr¨® el festejo lo lidi¨® d¨¢ndole la distancia, pero no se expuso y lo, traste¨® de pit¨®n a pit¨®n.

En el segundo, Jorge Guti¨¦rrez hizo sonar la m¨²sica al ejecutar armoniosas chicuelinas antiguas. Con la pa?osa se esforz¨® por acoplarse a un burel punteaba. Al descastado cuarto le sac¨® recorridos a base de tenacidad. Con el tercero, tardo, cabeza alta y prob¨®n, Manolo Mej¨ªa hizo sus mejores esfuerzos para meterlo en el enga?o. Con el quinto, demostr¨® conocer los secretos de la lidia. A base de t¨¦cnica, pudo transformar a una res tarda, suelta y bronca en una con alegr¨ªa y fijeza. Tras ejecutar espectaculares pares de banderillas, en la faena esculpi¨® su tarea con tersura e inspiraci¨®n. Lig¨® series por alto y por abajo que remat¨® siempre con art¨ªsticos y toreros medios pases y cambios de mano.