"La primera Rep¨²blica ha llegado a su fase final, pero perdura"
En la villa en la que reside el antiguo l¨ªder del Partido Socialista Italiano y ex primer ministro, Bettino Craxi, de 60 a?os, en la localidad tunecina de Hamamet el ambiente es familiar. El patr¨®n de casa cojea, con pantalones de felpa y unas viejas chanclas -tiene un pie vendado-, y parece reacio a salir. Craxi ha sido uno de los principales protagonistas de la I Rep¨²blica italiana, para bien o para mal. Su quinquenio forma parte de la historia de Italia y no puede eliminarse. El c¨®mputo de m¨¦ritos y culpas, los enfrentamientos con los sucesores, las reprobaciones sobre los m¨¦todos, pertenecen a otro capitulo. Que la Magistratura haga su trabajo. La conversaci¨®n empieza as¨ª.
Pregunta. ?Qu¨¦ ha dejado como herencia la I Rep¨²blica a esta que dudamos en llamar segunda?
Respuesta. ?De qu¨¦ rep¨²blica estamos hablando? ?De la que se har¨¢? ?De la que habr¨ªa que hacer? La actual no es m¨¢s que la primera, que ha llegado a su etapa final y que todav¨ªa, pese a los cambios habidos, perdura. Su s¨ªmbolo es el jefe del Estado. Nunca se ha visto una nueva rep¨²blica con el jefe de Estado de la vieja. Tanto m¨¢s cuanto se trata de qui¨¦n [Giulio Andreotti] en la primera hab¨ªa visto de todo como parlamentario desde 1948, y, con el transcurso del tiempo, como organizador de la Democracia Cristiana (PC), subsecretario, pluriministro y todo lo dem¨¢s que ya se sabe. El jefe del Estado, elegido por el Parlamento anterior, desbaratado por los centenares de Parlamentarios encausados, por no hablar de los que se podr¨ªa encausar, quiz¨¢ habr¨ªa debido rendir homenaje al nuevo renunciando a su mandato. No lo ha hecho y ha preferido maniobrar. Pero as¨ª no durar¨¢ mucho. La II Rep¨²blica podr¨ªa comenzar a dar se?ales de vida nombrando precisamente a un nuevo presidente de la Rep¨²blica. Usted duda en llamarla II Rep¨²blica, y tiene motivos.
P. Despu¨¦s del vuelco provocado por Berlusconi en la RAI, hay quien habla de "continuismo". De hecho, algunos de los llamados "craxianos de hierro" est¨¢n en auge. ?Sabe algo de esto?
R. El craxismo es un invento de otros, no m¨ªo. Me parece que' los vuelcos en la RAI est¨¢n todav¨ªa en marcha. En el pasado, en la RAI siempre hab¨ªa aires de. compromiso hist¨®rico. No puedo sino esperar que los vuelcos se sucedan hasta que alguien consiga que se respete la objetividad de la informaci¨®n.
P. Su amigo Berlusconi, ?es todav¨ªa su amigo? Pol¨ªticamente, quiero decir.
R. Yo no soy un sujeto pol¨ªtico. Tengo mis opiniones sobre lo que habr¨ªa que hacer para que hubiera un futuro italiano menos lleno de riesgos e inc¨®gnitas. Ciertamente, son opiniones un poco distintas de las que ha mostrado hasta ahora Berlusconi.
P. Las centrales sindicales convocaron primero una huelga general; despu¨¦s, una manifestaci¨®n en Roma para obligar al Gobierno a revisar los presupuestos. En una circunstancia an¨¢loga, usted impuso una maniobra igualmente dolorosa de contenci¨®n del gasto p¨²blico y obtuvo el consentimiento de los sindicatos para el bloqueo de la escala m¨®vil. ?Qu¨¦ acciones, en su opini¨®n, habr¨ªa que emprender, para reencontrar la paz social?
R. La cuesti¨®n va bastante m¨¢s all¨¢ del conflicto sobre las pensiones y sobre los presupuestos. Hay un malestar social mayor que nace tanto del desempleo, de la crisis que atenaza a tantos sectores productivos, como de la incertidumbre por el porvenir inmediato. Todo sazonado con una oposici¨®n pol¨ªtica numerosa, no s¨®lo por parte de los ex comunistas, sino tambi¨¦n del centro e incluso del ¨¢rea gubernamental. Est¨¢ disposici¨®n contraria crea una situaci¨®n de gran dificultad. En su momento me encontr¨¦ en la misma situaci¨®n y con la misma oposici¨®n. En honor a la verdad, en el quinquenio de los Gobiernos que dirig¨ª, Italia conoci¨® el n¨²mero m¨¢s bajo de horas de huelga de la posguerra.
P. La nueva ley electoral no ha resuelto el problema de c¨®mo garantizar una mayor¨ªa estable. ?Podr¨¢ este Parlamento podr¨¢ producir otra m¨¢s eficaz?
R. Siempre he pensado que el sistema proporcional corregido limitar¨ªa los da?os patentes en el proporcional puro y garantizar¨ªan la dial¨¦ctica necesaria en la democracia parlamentaria. Se han querido seguir otros caminos y los resultados est¨¢n a la vista de todos. No sabr¨ªa decir qu¨¦ se puede hacer ahora, pero no llego al punto de repetir lo que dijo un alma bendita: "No es dif¨ªcil gobernar a los italianos, es in¨²til".
P. ?Qu¨¦ pol¨ªtica econ¨®mica Sugerir¨ªa a Berlusconi para poder mantener sus promesas?
R. Sin un clima de estabilidad, de confianza, de correcto funcionamiento de los poderes del Estado, dudo que sea posible organizar una recuperaci¨®n eficaz. Si a pesar de todos estos factores negativos se produjera una recuperaci¨®n, con un mill¨®n de puestos de trabajo, se tratar¨ªa entonces de otro milagro italiano, esta vez realmente milagroso.
P. ?Y Europa? ?Y el papel de Italia, que dentro de poco m¨¢s de un a?o tendr¨¢ que asumir la presidencia de la Uni¨®n Europea?
R. No s¨¦ en qu¨¦ punto est¨¢ Europa.. Pero en la ¨¦poca del poscomunismo, la Europa comunitaria parece una construcci¨®n de otros tiempos.
P. Volvamos a la pol¨ªtica interna: ?con qui¨¦n gobernar¨ªa usted hoy? ?A qu¨¦ manos, las de la derecha, las del centro, las de la izquierda, confiar¨ªa el pa¨ªs?
R. Le agradezco la pregunta, pero no est¨¢ dirigida a la persona adecuada. Yo s¨®lo gobern¨¦ el pa¨ªs en un momento particularmente dif¨ªcil, y, lo hice con quien, pude, seg¨²n un principio de realismo pol¨ªtico que, naturalmente, no es siempre el mejor de los principios. Ahora veo a muchos renovadores que se lanzan a juicios sumarios del pasado sin ni siquiera tener autoridad para ello. Espero que consigan hacerlo mejor, lo que ciertamente es posible.
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