Cient¨ªficos de EE UU logran alterar el esperma por ingenier¨ªa gen¨¦tica
El hallazgo suscita controversias ¨¦ticas
Un equipo de cient¨ªficos de EE UU ha logrado por primera vez desarrollar una t¨¦cnica para alterar los genes en el esperma de ratones, lo que supone pasar los cambios gen¨¦ticos inducidos a la progenie del animal. Esto, advierten los especialistas en ¨¦tica, aproxima los riesgos m¨¢s temidos de la manipulaci¨®n gen¨¦tica y suscita delicadas cuestiones acerca de los avances de la ciencia, y c¨®mo la sociedad debe afrontar las nuevas tecnolog¨ªas, con un enorme potencial para mitigar el sufrimiento humano, pero tambi¨¦n para su uso indebido.
Hasta ahora, las terapias g¨¦nicas se han hecho ¨²nicamente manipulando c¨¦lulas, como las del pulm¨®n, que desaparecen cuando el individuo muere, y, por tanto, los cambios realizados en los genes no pasan a los hijos. Muchos expertos en gen¨¦tica pensaban que las modificaciones gen¨¦ticas de las c¨¦lulas germinales (¨®vulos o esperma) estaban todav¨ªa muy lejos. Pero ahora Ralph Brinster, de la Universidad de Pensilvania (EE UU) y sus colegas han hecho el nuevo experimento en ratones y aseguran que todav¨ªa hay muchos pasos que desarrollar antes de intentarlo en otros animales, como caballos y ganado vacuno, o tal vez incluso en humanos. La universidad ha solicitado ya la patente de la t¨¦cnica. El equipo de Brinster ha dado a conocer su investigaci¨®n en la revista Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias (EE UU).Las implicaciones del experimento son tan profundas que un especialista en ¨¦tica ha pedido ya que se convoque una reuni¨®n nacional de genetistas, bio¨¦ticos y juristas para decidir si se debe seguir esta v¨ªa, y, en caso afirmativo, las precauciones a tomar.
Brinster se centr¨® en su experimento en un tipo de c¨¦lulas precursoras que est¨¢n en los test¨ªculos y generan todo el esperma que el macho produce. Estas c¨¦lulas precursoras se van dividiendo y acaban formando espermatozoides. Como son el origen gen¨¦tico de todos los espermatozoides, sus genes estar¨¢n en todas las c¨¦lulas reproductoras masculinas del individuo y, por tanto, en todas las c¨¦lulas de los descendientes. Es decir, que cualquier alteraci¨®n en los genes de estas c¨¦lulas precursoras aparecer¨¢ en toda su, descendencia.
Este tipo de manipulaci¨®n gen¨¦tica s¨®lo es factible en el macho, ya que no hay c¨¦lulas precursoras de este tipo en el caso de los ¨®vulos, que son producidos todos durante el periodo embrionario, de modo que una hembra nace con todos los ¨®vulos, que ir¨¢n madurando pero no produci¨¦ndose como los espermatozoides.
El equipo de la Universidad de Pensilvania cogi¨® c¨¦lulas precursoras del esperma -con genes marcadores- de los test¨ªculos de unos ratones, las inyect¨® en los test¨ªculos de otros animales y verific¨® los efectos de los genes marcadores en la siguiente generaci¨®n. En uno de los ensayos, los investigadores utilizaron un gen que hace que las precursoras presenten una coloraci¨®n azul y pudieron ver que las c¨¦lulas hab¨ªan heredado dicho gen.
Luego trasplantaron c¨¦lulas precursoras de esperma con ese gen marcador en animales que hab¨ªan esterilizado previamente y pudieron hacer el seguimiento del mismo en dos generaciones.
Esta nueva tecnolog¨ªa abre tres importantes v¨ªas de investigaci¨®n, seg¨²n ha declarado Brinster: el estudio de la biolog¨ªa b¨¢sica de la producci¨®n de espermatozoides; las c¨¦lulas precursoras de esperma, cultivadas en laboratorios, pueden ser diarias id¨®neas para experimentos de ingenier¨ªa gen¨¦tica y terapia g¨¦nica, puesto que las manipulaciones realizadas pasar¨ªan rutinariamente a las siguientes generaciones; y la posibilidad de introducir c¨¦lulas precursoras de otras especies en ratones para estudiar funciones, gen¨¦tica y desarrollo, informa Reuter. Las posibilidades abiertas por este experimento apuntan en diferentes direcciones, seg¨²n han destacado ya los expertos: por un lado, puede haber conclusiones potencialmente beneficiosas, pero, por otro, pueden crear serias complicaciones.
Ronald M. Green, profesor de religi¨®n y director del Instituto de ¨¦tica del Dartmouth College, afirma que una cosa es introducir nuevos genes, en un intento desesperado por tratar una enfermedad, 37 otra completamente diferente alterar el linaje de una persona. "Esto abre la posibilidad de crear nuevos y graves desordenes gen¨¦ticos". Sin embargo, Alta Charo, jurista de la Universidad de Wisconsin, en Madison, ha subrayado que existe un aut¨¦ntico debate acerca de si los cient¨ªficos deben siquiera intentar eliminar las enfermedades gen¨¦ticas mediante terapias g¨¦nicas de las c¨¦lulas germinales.
Pero algunas enfermedades, dice Charo, "son tan devastadoras que el intento de prevenirlas siempre justificar¨¢ [el desarrollo de] nuevas t¨¦cnicas, incluidas las terapias de la l¨ªnea germinal". En el mismo sentido se ha manifestado Ronald Munson, de la Universidad de Missouri, en St. Louis: "Estoy encantado con la posibilidad de eliminar literalmente miles de enfermedades hereditarias y me parece moralmente err¨®neo no explorar dichas oportunidades".
"Creo que no hay forma de detener el avance del conocimiento", dijo Brinster. Seg¨²n ¨¦l, es mejor conocer cuanto antes el alcance de lo que se avecina, "de forma que podamos decidir c¨®mo manejar las cosas".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.