AIegr¨ªa por sevillanas
La abuela de la infanta Elena, do?a Mar¨ªa de las Mercedes, viv¨ªa ayer una de las sobremesas m¨¢s felices de los ¨²ltimos anos. Sentada con 11 comensales m¨¢s en una mesa de La Parrala, uno de los locales de El Rastrillo de Nuevo Futuro, en Madrid, paladeaba una ternera con guarnici¨®n y pur¨¦ de espinacas al tiempo que saboreaba el compromiso matrimonial de su nieta. Disfrutaba de una noticia tan dulce como su postre de tarta de manzana.La condesa del Asalto, presidenta del local, la abordaba en los primeros minutos de la sobremesa:
-Se?ora, ?es verdad la informaci¨®n sobre la boda de la Infanta?
-S¨ª, s¨ª.
-Enhorabuena.
-Gracias. Estoy muy contenta.
La condesa de Barcelona celebraba su felicidad en su ambiente favorito. Las sevillanas de Rafael del Estad animaban su esp¨ªritu andaluz. Dos carteles taurinos con una tipograf¨ªa para ciegos le recordaban a esta gran aficionada a los toros las tardes de pena y gloria en el paIco de Las Ventas.
Muy feliz pasaba la tarde-noche de ayer la nobleza espa?ola, embutida en delantales y trajes de faena, en el segundo s¨®tano del centro comercial La Vaguada de Madrid. A la condesa del Asalto la noticia le pareci¨® maravillosa. Conoce personalmente a do?a Elena. Sus hijas estudiaban en el mismo colegio de la infanta, el centro Santa Mar¨ªa del Camino.
A treinta pasos de La Parrala, la infanta Pilar compart¨ªa mesa con tres personas en El Caser¨ªo de Bilbao. C¨¢maras y fot¨®grafos esperaban a la hermana del Rey como a una estrella de Hollywood la noche de los Oscars. Pero ten¨ªa una agenda muy apretada. Sobre el tema del d¨ªa, de la semana o del a?o -ya se ver¨¢ qu¨¦ dictaminan las revistas del coraz¨®n- dec¨ªa a una compa?era de Nuevo Futuro: "Yo transmito la enhorabuena a mi sobrina". Y segu¨ªa comiendo.
La noticia le quitaba el hambre a Mar¨ªa Zurita, la hija de la infanta Margarita: ?No tengo ni ideaaaa". Mientras arrastraba la palabra, le¨ªa un teletipo de cinco l¨ªneas. "Esto me deja at¨®nita". Su rostro blanquecino cambiaba de color; dudaba de la autenticidad de la informaci¨®n: "Si es verdad, me parece estupendo". Despu¨¦s de dos horas de trabajo, esta joven de 19 a?os, con una mochila azul al hombro, emprend¨ªa el camino de la universidad. A cada paso comentaba con alg¨²n conocido la noticia. ?Qu¨¦ caras gastaban a esas horas?
Los rostros de los grandes de Espa?a confirmaban su destreza en el manejo del naipe: ?cu¨¢nta cara de p¨®quer! La duquesa de Santo, Btiono, prima del. difunto Luis G¨®mez Acebo, y la condesa de Orgaz lanzaron el grito de guerra de la tarde: "!Es fant¨¢stico!". Los hijos de la condesa son amigos del novio, y le han contado "lo inteligente, trabajador y encantador" que es el novio de do?a Elena.
En el puesto vecino, la condesa de Adanero, que. ha compartido con la hija del Rey muchas tardes de h¨ªpica, casi no suelta palabra. S¨®lo dijo cuatro: "Me parece muy bien". En boca cerrada...
A ¨²ltima hora, el Rastrillo era una- hervidero de comentarios. La temperatura emocional alcanzaba el mismo grado de cocci¨®n que la ternera que com¨ªa, la feliz abuela.
La marquesa de la Vega de Anzo depart¨ªa con la infanta unos horas antes del anuncio del compromiso, durante la tarde del martes. All¨ª, en El Rastrillo, la hija del Rey le comunicaba su intenci¨®n de salir de caza los pr¨®ximos d¨ªas.
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