El Bundesrat: Una plataforma de participaci¨®n
El federalismo alem¨¢n ha ejercido, y ejerce a¨²n, un poderoso atractivo en la configuraci¨®n de la Espa?a de las autonom¨ªas. Admira, y hasta puede deslumbrar, la brillantez, te¨®rica y pr¨¢ctica, con la que los alemanes han sabido encontrar el punto de equilibrio entre los polos de unidad y autonom¨ªa, que es cuesti¨®n en la que todos los sistemas compuestos se juegan su ¨¦xito o su fracaso. Tal equilibrio, que da como resultado un Estado fuerte compatible con unos Gobiernos aut¨®nomos tambi¨¦n fuertes, se construye a partir de un encadenamiento de ideas simple y coherente, hilvanadas sobre una cultura pol¨ªtica de consenso en lo estructural y de leal tad en la actuaci¨®n de todas las partes; la unidad es fruto de la integraci¨®n, y ¨¦sta se consigue mediante la participaci¨®n. Y la pieza clave, aunque no exclusiva, de la participaci¨®n es el Bundesrat.El Bundesrat no es propiamente un ¨®rgano parlamentario, ni en su composici¨®n, organizaci¨®n y funcionamiento, ni tampoco en sus funciones, aun cuando interviene, junto al Bundestag, en la elaboraci¨®n de las leyes. Es m¨¢s bien la plataforma de los l?nder para participar en aquellos asuntos federales que puedan afectarles no s¨®lo en el terreno legislativo, sino tambi¨¦n en el del Gobierno y la Administraci¨®n. Es una, instituci¨®n federal, pero pensada y dise?ada para que la comunidad de los l?nder pueda hacer presente su punto de vista en las principales decisiones generales federalizando de este modo la formaci¨®n de la voluntad estatal. Esta idea ha encontrado su expresi¨®n en el art¨ªculo 50 de su Constituci¨®n: "A trav¨¦s del Bundesrat, los l?nder participan en la legislaci¨®n y la administraci¨®n de la federaci¨®n y en los asuntos de la UE".
El Bundesrat, en efecto, ejerce un amplio abanico de funciones, que se extiende m¨¢s all¨¢ de la estricta l¨®gica parlamentaria: en el terreno legislativo, debe emitir un primer dictamen sobre los proyectos de ley del Gobierno federal, y despu¨¦s es necesaria su aprobaci¨®n en aquellas leyes que afectan directamente a los L?nder (hoy un 60%), mientras que en las restantes dispone de un veto de efectos suspensivos y devolutivos, que obliga al Bundestag a volver a pronunciarse sobre las mismas con mayor¨ªas reforzadas, despu¨¦s de un proceso de negociaci¨®n entre ambas C¨¢maras. Pero, adem¨¢s, se requiere su aprobaci¨®n para gran parte de los reglamentos que dicta el Gobierno federal, e interviene decisivamente tambi¨¦n en algunos asuntos administrativos, incluido el nombramiento de ciertos altos cargos de la Administraci¨®n federal. Y desde la reforma constitucional de 1992 asume la participaci¨®n de los l?nder en la formaci¨®n de la voluntad federal respecto de la Uni¨®n Europea, vinculando en algunos casos la posici¨®n que Alemania debe llevar a Bruselas, pudiendo incluso designar al jefe de la delegaci¨®n alemana en algunas negociaciones.
Tan amplias, varias e incisivas funciones, presentadas a veces como la compensaci¨®n por la erosi¨®n de los poderes individuales de los l?nder, s¨®lo pueden llevarse a cabo disponiendo la composici¨®n, organizaci¨®n y funcionamiento del Bundesrat de forma adecuada: los alemanes han optado claramente por una exclusiva representa ci¨®n gubernamental de los l?nder, en el que cada uno cuenta con un n¨²mero determinado de votos (de tres a seis), emitidos unitariamente, seg¨²n las instrucciones de los Gobiernos respectivos. Puede criticarse, sin duda, esta composici¨®n, que hace aparecer al Bundesrat como una Dieta de los Gobiernos de los l?nder, pero no desde el punto de vista de la representatividad y el pluralismo: el momento de los partidos y las opciones pol¨ªticas generales est¨¢ en el Bundestag, y el del pluralismo y la representaci¨®n territoriales, en el Bundesrat. De la adecuada integraci¨®n de ambos nace, en gran parte, la fuerza del Estado.
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