Ganadores por puntos

Dos jugadoras entre las tres primeras del mundo y dos jugadores entre los ocho primeros es un resultado halagador para el tenis espa?ol. Esa es la situaci¨®n real que se ha producido al final de 1994 en las clasificaciones de la WTA y de la ATP. Sin embargo, estos n¨²meros habr¨ªan mejorado si ambas clasificaciones se establecieran con la suma de los puntos conseguidos en todos los torneos disputados. Arantxa S¨¢nchez habr¨ªa acabado como primera jugadora mundial. Sergi Bruguera ser¨ªa el tercero y Alberto Berasategui, el s¨¦ptimo. Los tres ascender¨ªan un puesto.Cuando se crearon los circuitos masculino y femenino, las clasificaciones no ten¨ªan ninguna dificultad. Todos los puntos ganados se contabilizaban, tal como ocurre en la mayor¨ªa de ligas de f¨²tbol. Pero, a medida que el tenis se fue profesionalizando, las clasificaciones fueron complic¨¢ndose. Tanto la WTA (Asociaci¨®n de Jugadoras de Tenis) como la ATP (Asociaci¨®n de Tenistas Profesionales) intentaron buscar canales para hacer m¨¢s justas las clasificaciones.

La ATP estableci¨® un sistema: que favorec¨ªa la regularidad. Los puntos ganados en los torneos se divid¨ªan por el n¨²mero de torneos disputados. El coeficiente establec¨ªa la clasificaci¨®n. Ese modelo fue adaptado por la WTA y todav¨ªa sigue vigente. En cambio, la ATP lo ha cambiado y ha impuesto un nuevo orden en el que s¨®lo valen los 14 mejores torneos.

Pero los modelos de clasificaci¨®n utilizados por la WTA y por la ATP no satisfacen a casi nadie. En el circuito femenino no se acepta que una tenista como Arantxa, que ha ganado dos Grand Slam, ocho torneos y es l¨ªder de la clasificaci¨®n por puntos y de la de ganancias, no sea la n¨²mero uno. Y en el circuito masculino, voces tan calificadas como las de Courier o Edberg claman para conseguir que cada partido disputado incida directamente en la clasificaci¨®n.

Volver a la clasificaci¨®n por puntos -mantenida siempre en el circuito femenino de forma complementaria- tal vez no fuera un error. Potenciar¨ªa a los jugadores que m¨¢s torneos disputaran y obligar¨ªa a los mejores a inscribirse en m¨¢s competiciones. Sin embargo, en 1994 la clasificaci¨®n masculina apenas habr¨ªa cambiado si se hubiera establecido este sistema. Entre los 10 primeros, s¨®lo los espa?oles Sergi Bruguera y Alberto Berasategui habr¨ªan mejorado su ranking: de cuarto y octavo habr¨ªan pasado a tercero y s¨¦ptimo.

Entre las chicas, en cambio, todo se habr¨ªa modificado. Steffl Graf habr¨ªa perdido su condici¨®n de primera jugadora mundial en favor de Arantxa. Gabriela Sabatini habr¨ªa ascendido del s¨¦ptimo al quinto puesto, empatada a puntos con la francesa Mary Pierce, cuarta. Jana Novotna descender¨ªa del cuarto al s¨¦ptimo puesto. Y Anke Huber subir¨ªa del 12? al 9? lugar.

Por el momento, todo eso no es m¨¢s que una hip¨®tesis. Pero no debe descartarse la posibilidad de que ambos circuitos regresen alg¨²n d¨ªa a las f¨®rmulas elementales. Resulta dif¨ªcil demostrar que las actuales sean m¨¢s justas.