Memorable faena de Manolo Mej¨ªa

Manolo Mej¨ªa se consagr¨® como gran figura del toreo con una faena memorable al toro Zalamero, de la ganader¨ªa de Mart¨ªnez Ancira. El toro fue indultado porque al romper e irse entregando a los vuelos de la muleta, mostr¨® una bravura extraordinaria en su acometividad y un asombroso son en sus 61 embestidas. El encierro fue duro para los de a caballo, y por su estilo descompuesto fue complicado para los de a pie.Al que abri¨® el festejo, Manolo Mej¨ªa lo llev¨® al caballo con suavidad. Conocedor de su vicio, con la sarga se esforz¨® por sujetar al tardo gazap¨®n, pero como ¨¦ste tiraba derrotes a diestra y siniestra, decidi¨® despacharlo.

Al serio y alegre cuarto, que sali¨® con patas, el diestro de Tacuba lo recib¨ªo con una vistosa larga capeada para continuar con ajustados mandiles y terminar en los medios con impresionantes chicuelinas. Expuso con las banderillas, sobre todo en el ¨²ltimo par, saliendo de tablas, y la concurrencia lo ovacion¨® de pie.

Con la franela cuaj¨® una faena redonda e interpret¨® una sobria concepci¨®n del arte de torear. Hubo conjunci¨®n entre la bravura del ejemplar y la tersura, elegancia y empaque del maestro. Las series de cl¨¢sicos naturales, de templados derechazos, los embrujos en los desdenes y la alegr¨ªa en los adornos, fueron verdaderas obras de arte. Demostr¨® Mej¨ªa la importancia de saber andarles a los toros y siempre estuvo por encima de la clase de su colaborador. El j¨²bilo y la emoci¨®n se apoderaron de los 30.000 espectadores y flamearon sus pa?uelos pidiendo el indulto del astado, que fue de menos a m¨¢s y as¨ª acrecent¨® su nobleza y codicia.

Al segundo, Enrique Ponce lo lance¨® con desahogo. Con la muleta cuadrada en la cara del tardo adversario y a base de aguantarlo, le carg¨® la suerte para dominar su calamocheo. Deleit¨® a la afici¨®n por la calidad de su toreo por bajo y por ambos lados. Con emotivos ayudados por bajo, flexionando la rodilla, ahorm¨® la cabeza de la fiera y la prepar¨® para la suerte final. Hizo la cruz en el volapi¨¦, ense?ando con hombr¨ªa el pecho. Su trofeo fue ganado a ley.

El quinto desarroll¨® sentido y no tuvo recorrido, pero el espada valenciano no se inmut¨®, mostr¨® seguridad y recursos, y con decoro lidi¨® al bicho.

Arturo Manzur batall¨® con el tercero, un corn¨²peta que rebrincaba. A base de ponerse en la cara del bovino porfi¨¢ndole, le sac¨® algunos recorridos. En varios pases; el adversario se quedaba a la mitad del viaje y con mucho valor y, sobre todo, tranquilidad, el regiomontano lo aguantaba hasta terminar el muletazo. Cuando lidiaba al top¨®n que cerr¨® plaza, el viento, que hab¨ªa soplado tenuemente desde el segundo toro, arreci¨®, y tuvo que abreviar.

En las 48 temporadas del coso de Insurgentes, se han indultado 14 toros. El anterior fue Samurai, de Bego?a, el 6 de mayo de 1986, con el que se consagr¨® Ni?o de la Capea.