Verg¨¹enza ante las v¨ªctimas
Los ¨²ltimos episodios de la interminable crisis bosnia vuelven a poner de actualidad los an¨¢lisis ya efectuados respecto a la impotencia internacional para cambiar el curso del conflicto, a m¨¢s de 960 d¨ªas desde que se inici¨® el cerco de Sarajevo. La salvaje ofensiva serbia y la situaci¨®n desesperada en que se encuentran los restos del enclave de Bihac, la rid¨ªcula respuesta de la OTAN a las reiteradas y grav¨ªsimas violaciones por parte serbia (desde Bosnia y desde Croacia) de esa zona protegida, reflejan una vez m¨¢s hasta qu¨¦ punto parecemos m¨¢s empe?ados en evitar nuestro rid¨ªculo que en lograr el triunfo de la raz¨®n en nuestras fronteras orientales.Y sin embargo, hasta los que s¨®lo quieren salvar la cara, import¨¢ndoles muy poco lo que sucede en esa guerra, lo van a tener dif¨ªcil. Si las cosas contin¨²an como hasta hoy, los serbios de Bosnia (y sus padrinos de Belgrado, t¨¢ctica y cosm¨¦ticamente alejados del escenario por varios intereses, incluidos los del Grupo de Contacto) habr¨¢n logrado, al menos, seis importantes victorias.
La primera, la evidente: 70% del terrritorio de Bosnia, combinada con la matanza de dos centenares de miles de personas, en su mayor¨ªa civiles; la expulsi¨®n de varios cientos de miles m¨¢s y la destrucci¨®n de todo signo de cultura no serbia en dichos territorios.
La segunda, haber puesto en evidencia las divisiones, cobard¨ªas, inconsciencias y falta de pol¨ªtica com¨²n de la Uni¨®n Europea (todav¨ªa representada por lord Owen en este conflicto y al que, espero, la historia juzgar¨¢), agravando las tensiones y recelos internos en la Uni¨®n y dej¨¢ndonos con el culo al aire para enfrentar nuevas y potencialmente abundantes crisis en el espacio de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica.
La tercera es la gran victoria contra Naciones Unidas, prisioneras en sus contradicciones entre un Unprofor que es casi reh¨¦n permanente de los serbios, con una obsesi¨®n obsoleta, modelo Cruz Roja Internacional, de ser neutrales entre criminales y v¨ªctimas, y las resoluciones del Consejo de Seguridad (m¨¢s de 60, ya he perdido la cuenta) que no se aplican por falta. de voluntad de sus miembros permanentes que han bloqueado y bloquean cualquier intento de avanzar en una l¨ªnea coherente.
La cuarta, ridiculizar y poner fuera de combate la en¨¦sima iniciativa internacional de ni el Grupo de Contacto, que, incluyendo a Rusia, hab¨ªa no s¨®lo preparado un plan de paz sino dado ultimatos a los que no lo firmaran. No creo necesario insistir en que lo firmaron los de siempre, no lo firmaron los de siempre y, como siempre, no pas¨® nada, s¨®lo la rutina de artilleros y francotiradores disparando contra la poblaci¨®n civil, lo mismo de siempre. La quinta derrota est¨¢ siendo el mostrar hasta qu¨¦ punto la fabulosa organizaci¨®n que garantizaba la seguridad de Occidente frente al bloque sovi¨¦tico es incapaz de dar el suficiente miedo a una banda de asesinos de ni?os como para hacerles sentarse a firmar un beneficioso acuerdo de paz. Que la OTAN lleve haciendo el rid¨ªculo por meses en Bosnia Herzegovina es, me parece, una de las principales y m¨¢s peligrosas victorias de los serbios hasta el momento.
Me gustar¨ªa quiz¨¢ detenerme un poco m¨¢s en la sexta derrota infligida por los criminales de Karadzic a la llamada comunidad internacional: La divisi¨®n entre Estados Unidos y Europa (?) respecto a c¨®mo enfrentar el problema del embargo ha permitido la consiguiente ruptura de vestiduras de europe¨ªstas convencidos, defensores de supuestas grandezas pasadas, tardo izquierdistas, gestores cobardes, analistas de librillo, meapilas, pacifistas trasnochados, aduladores de impotencias varias, explicadores de imposibles, justificadores de barbaries, te¨®ricos de la neutralidad, agentes de la confusi¨®n, decidores de est¨²pidas insensateces, observadores ciegos, nost¨¢lgicos de M¨²nich, revisionistas cotidianos de la historia cotidiana, olvidadores del desembarco de Normand¨ªa, nost¨¢lgicos de la guerra fr¨ªa que lo dejaba todo tan clarito, escribidores a sueldo, cobardes sin fronteras, oportunistas sin l¨ªmite, mediocres ansiosos de grandezas, repetidores de sinsentidos biensonantes, que se lanzan, ante este peque?o y cobarde gesto americano, como perro al hueso, como si de una nueva guerra del Vietnam se tratara, ansiosos de reencontrar sus se?as de identidad o su motivo de indignaci¨®n f¨¢cil y sencillito; magn¨ªfica excusa para desviar el debate real, que no es lo que han hecho bien o mal los americanos, sino lo que no estamos haciendo nosotros. Esta deplorable orquesta de malos m¨²sicos que tienen, sin embargo, casi el monopolio de la programaci¨®n, est¨¢ logrando ¨²nicamente (algunos quiz¨¢ lo pretendan) dar m¨¢s ¨¢nimo a los que matan en Bosnia, crecidos de sus, por el momento, seis grandes victorias.
Y entre tanto, y por si fuera poco, la dudos¨ªsima firmeza internacional de proteger las zonas protegidas a trav¨¦s de la OTAN siembra explicables dudas entre nuestros dirigentes y facilita la demagogia cobarde y escapista entre los que aspiran a serlo, para hacernos caer en la trampa de un chantaje: amenazar a las v¨ªctimas con retirar a los cascos azules, porque nos da miedo la reacci¨®n de los agresores. ?sta ser¨ªa la s¨¦ptima victoria. Un brillante 7 a 0 a favor de la barbarie, contra la democracia.
Qu¨¦ verg¨¹enza ante las v¨ªctimas, qu¨¦ verg¨¹enza ante nosotros mismos. Pronto, y no creo que haya que tener esperanza alguna en que se evite, se cumpliran los 1000 d¨ªas del cerco de Sarajevo. Mil d¨ªas de verg¨¹enza para los que todavia la tenemos. Y todo ese tiempo no parece haber sido suficiente para que los que nos representan hayan logrado entender que estamos todos jugando al juego del director de la orquesta Milosevic, que batuta y canon en mano, impone su voluntad contando con complicidades, cobard¨ªas y silencios criminales.
No dejemos pasar esta triste conmemoraci¨®n sin revolvernos. No dejemos que se siga muriendo en silencio en Sarajevo. Que todo Europa sea un clamor de indignaci¨®n este fin de a?o, bajo las bombas dirigidas contra todos nosotros en Sarajevo. Todos somos ciudadanos de Sarajevo.
Porque si seguimos en la misma l¨ªnea de actuaci¨®n, un d¨ªa de estos nos desarticulan y toman Venecia.
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