De compras navide?as
Paseo infantil por el mercado de la plaza Mayor
"?C¨®mo molan!". Los ojos fascinados de dos ni?os de nueve anos giran al comp¨¢s de una hilera de luces rojas, azules y verdes: imaginan que muy pronto colgar¨¢n de un pino que su padre les comprar¨¢ por 1.700 pelas y que acaban de ver inclinado sobre un corralito cercano de maderos cruzados. Las bombillas que capturan sus miradas encienden de colorido el interior de una caseta del mercado navide?o de la plaza Mayor.Sobre una bola plateada, los ni?os se ven muy grande la nariz y muy peque?os los ojos. Detr¨¢s de sus cabezas, que la bola deforma y abomba, descubren el brillo de las guirnaldas de estrellas amarillas que techan de luz la plaza, abarcada por un fr¨ªo h¨²medo que penetra hasta los tu¨¦tanos. Ellos apenas lo sienten: su imaginaci¨®n viaja c¨¢lida y enso?ada hacia el mundo sin tiempo de los regalos y de la Navidad. Su nariz aspira el aroma del musgo fresco, mientras sus o¨ªdos escuchan el golpeteo de la piel cremosa de una pandereta cercana y sus miradas se hunden en los pliegues gris¨¢ceos del corcho para los belenes, atentas tambi¨¦n al destello a?il del ropaje de un rey mago que permanece pensativo sobre un dromedario.
Gorros rojos y blancos e Pap¨¢ Noel reci¨¦n llegados de Jap¨®n (250-400 pesetas); juegos de luces persecutorias, de China (de 200 a 1.700 pesetas); bolas decoradas, de Italia (200); cortezas de alcornoque, de Portugal (500); figuritas de nacimiento, de Murcia (600); pinos, de la serran¨ªa de Cuenca (l. 200-8.000 pesetas); ¨¢rboles artificiales (1,35 metros 1.800 pesetas); espumillones de espirales doradas y blancas, hechos a mano en Madrid (150 pesetas): una abigarrada colecci¨®n de objetos se exhibe en las 104 casetas de la plaza Mayor de Madrid, que desde el a?o de gracia de 1619 escucha las pisadas de los madrile?os sobre sus acharolados adoquines, hoy ba?ados de luz y gala por las fiestas navide?as que ya se avecinan.
Blas Calatayud, de 51 a?os, nacido en Cascorro, sonrisa socarrona y don de gentes, preside la Asociaci¨®n del Mercado Tradicional navide?o de la plaza Mayor. Cada m¨®dulo de las 104 casetas all¨ª dispuestas en hileras, de unos dos metros de frente por 2,30 metros de fondo, cuesta unas 170.000 pesetas, dice un vendedor. "Luego vendr¨¢n Hacienda y el impuesto sobre el valor a?adido". Los tenderos, a quienes asisten sus familias -"contratar personal resulta imposible", dicen-, permanecen en sus puestos desde las diez de la ma?ana hasta la medianoche, entre el primer d¨ªa y el ¨²ltimo de diciembre. Una contrata instal¨® este a?o las casetas, que recoger¨¢ puntillosamente para dejar lista la plaza antes de la Cabalgata de Reyes, el 5 de enero.
Mar¨ªa Corsino, de 81 a?os, pelo blanco y ojos verdes, elegante, es quiz¨¢ la decana del mercado madrile?o de Navidad. Sus ojos se abren con atenci¨®n -"no lo toqu¨¦is todo"- y con afecto -?"cu¨¢l os gusta m¨¢s?"- cuando los ni?os se acercan a su caseta a comprarle algo. Los precios no parecen haber trepado mucho este a?o. "Hemos intentado adaptarlos a los tiempos que corren", se?ala otra vendedora. Los ni?os se han detenido ante una caseta en la que un cartel anuncia "art¨ªculos de broma y cachondeo": labios delatores (200 pesetas), polvos picapica (50), caretas verdosas de Frankenstein (3.500), bombas f¨¦tidas (100) y ojos virojos (250 pesetas), que saltan accionados por muelles, provocan su sorpresa. "?Cu¨¢nto cuesta este reloj vejetal?", preguntan por un aparato digital de pl¨¢stico, mientras escarban en los bolsillos de sus trencas. "No mola", dicen al conocer el precio. Sus sonrisas. se ensimisman al contemplar un grupo de pastores ante una diminuta figura rubicunda del Ni?o Jes¨²s. Ahora sienten un poco de fr¨ªo. La v¨ªspera que hoy viven cargada de deseo acabar¨¢ con el madrug¨®n de Reyes: saben que los regalos que reciban entonces siempre podr¨ªan haber sido un poco mejores que los que, ya, les est¨¢n esperando.
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