Estupor

Veo con estupor que en mi art¨ªculo Morir mejor, publicado en la p¨¢gina 12 de la edici¨®n de ayer, falta un folio entero, me imagino que por un fallo en la transcripci¨®n. Dicho folio dec¨ªa:"Este universo ser¨¢ arrasado por el triunfo del cristianismo, que -como los dem¨¢s monote¨ªsmos- est¨¢ re?ido con la autonom¨ªa moral del individuo, y legisla sobre el campo reservado por los paganos a la intimidad, impartiendo normas sobre dieta alimenticia y farmacol¨®gica, sexualidad, ideas, lecturas o administraci¨®n del tiempo. El pagano considera que tanto ¨¦l como su pr¨®jimo son singularidades soberanas, mientras el monote¨ªsta reserva la soberan¨ªa siempre a otro, que desde el todopoderoso ¨²nico se derrama selectivamente sobre el monarca ¨²nico, el pont¨ªfice ¨²nico y el jefe policial no menos ¨²nico. Como adivinando con siglos de antelaci¨®n el triunfo del dios-gendarme,

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apoyado en quemas de bibliotecas e inflexible dogma, comentaba Arist¨®teles 'que las substancias singulares son dioses, lo divino abarca a la naturaleza entera, y el resto fue a?adido luego, para seducir al vulgo y servir intereses' (Met., 1074 b 20-23).

Ante tantos males del mundo -empezando por la larga vida de inquisidores y otros verdugos-, uno no acaba de entender bien qu¨¦ gana lo divino siendo omnipotente; seg¨²n Spinoza, tras ello est¨¢ 'querer que Dios no sea Dios y, por tanto, querer entristecerse'. Pero la tristeza sirvi¨® a algunos para mandar todopoderosamente, por delegaci¨®n del Todopoderoso, decidiendo que la eutanasia era un crimen de lesa majestad, un desaf¨ªo a la omnipotencia divina. De ah¨ª que desde la alta Edad Media se castigue al suicida, tanto frustrado como consumado; los cuerpos de los muertos son expuestos a los buitres, sus bienes se confiscan (a favor de la ofendida Iglesia), y sus nombres se tachan de los registros por infames; los suicidas frustrados hacen frente al mismo saqueo, junto con picota y galeras, o -en comarcas benignas- con destierro a perpetuidad. Esta normativa pervivir¨¢ en el mundo occidental hasta ser derogada, por los revolucionarios de America y Francia, aunque el pudiente llevara siglos recibiendo funerales y sepultura cristiana, si su familia alegaba que antes de perpetrar el pecaminoso acto sufri¨® un ataque de locura.

No s¨¦ que atenta m¨¢s profundamente contra la condici¨®n humana: creer que la eutanasia es un crimen contra lo divino, o creer que deriva de un entendimiento disminuido. En cualquier caso, quienes apoyan su castigo pertenecen a una secta que durante casi dos milenios ha torturado y exterminado a millones de personas, bas¨¢ndose en su manera de pensar; herej¨ªa traduce airesis, que significa 'manera de pensar, opini¨®n'. Malas credenciales tiene esa secta, para presentarse como embajador universal de la vida".-