El Bolsh¨®i se enfrenta al Gobierno ruso y se niega a aceptar los criterios renovadores
La c¨¦lebre compa?¨ªa de ballet amenaza con nuevas 'huelgas de advertencia'
Despu¨¦s de la peque?a huelga de advertencia realizada el jueves por el colectivo del famoso Bolsh¨®i, tanto la administraci¨®n del teatro como los artistas se preparan para la guerra. El elenco de este santuario de la ¨®pera y el ballet rusos amenaza con una huelga de mayor envergadura s¨ª se ignoran sus exigencias, mientras que la Administraci¨®n toma medidas para castigar a los organizadores de la inusitada acci¨®n de anteayer. Los artistas se niegan a aceptar la implantaci¨®n de un sistema de contratos en vez del ordenamiento funcionarial vigente.
El amor imposible entre la campesina Giselle y el conde Alberto fue elegido para la primera huelga en la historia del Bolsh¨®i: Irina P¨ªatkina y Yuri Vasiuchenko, que encaman a los h¨¦roes principales de la c¨¦lebre tragedia bailable de Adam, aparecieron el jueves en escena con veinte minutos de retraso. Antes, los espectadores escucharon por los altavoces al tenor Yevgueni Raikov -jefe del comit¨¦ de huelga que habl¨® sin aparecer ante el p¨²blico- quien explic¨® que los artistas protestan por la indiferencia del Gobierno ruso hacia sus necesidades y piden el cese del director general, Vlad¨ªmir Kokonin.El conflicto entre el elenco del Bolsh¨®i y la Administraci¨®n dura ya casi un a?o. Kokonin es partidario de introducir el sistema de contratos en el teatro, pr¨¢ctica com¨²n en la mayor¨ªa de las instituciones extranjeras an¨¢logas al Bolsh¨¢i, y de elegir por concurso tanto al director art¨ªstico, como al core¨®grafo, director de orquesta y decorador titulares. Esto, de hecho, significar¨ªa el fin de los treinta a?os de gobierno autoritario del Bolsh¨®i por parte de Yuri Grigor¨®vich, que es tanto director art¨ªstico como core¨®grafo titular del teatro.
No es de extra?ar, pues, que el instigador principal de la huelga del jueves -y probablemente tambi¨¦n de las futuras batallas que se perfilan- sea Grigor¨®vich, quien se niega a dejar su puesto. Con este core¨®grafo ha florecido el favoritismo, seg¨²n acusan ex famosas estrellas del Bolsh¨®i, y se han cerrado las puertas a todo intento renovador. Por conflictos con las "pr¨¢cticas dictatoriales" de Grigor¨®vich abandonaron el Bolsh¨®i muchos grandes artistas, entre los que destacan la bailarina Maya Plis¨¦tskaya.
La huelga de advertencia fue realizada a pesar del llamamiento del ministro de Cultura, Yevgueni S¨ªdorov, que escribi¨® una carta al elenco del Bolsh¨®i tratando de convencerle de que la acci¨®n de protesta planeada ser¨ªa contraproducente.
"Ruego al colectivo del teatro que no se deje llevar por las emociones y no ponga en una situaci¨®n inc¨®moda y absurda el nombre y el honor del Bolsh¨®i", dijo S¨ªdorov en el mensaje que envi¨® el mismo jueves para tratar de impedir la primera huelga en la historia de este teatro. S¨ªdorov asegur¨® que hace todo lo posible para que "las reformas se realicen de manera razonable" y para impedir que la administraci¨®n del teatro las fuerce", y advirti¨® que el elenco, con su acci¨®n, "s¨®lo puede da?ar al core¨®grafo principal y al planeado festival de sus ballets consagrado a los 30 a?os de Yuri Grigor¨¦vich en la escena del Teatro Bolsh¨®i".
Los artistas del Bolsh¨®i prefieren que las cosas sigan como antes y, aunque eso signifique la perpetuaci¨®n de Grigor¨®vich, que no se pase al sistema de contratos como lo establece un decreto del presidente Bor¨ªs Yeltsin promulgado en septiembre pasado, pues temen por sus puestos.
"La gente tiene miedo al cambio y al hecho de que el sistema de contratos obligar¨¢ a los artistas a estar siempre en buena forma", coment¨® Vitaldis Taranda, miembro del ballet.
La actitud de los artistas es poco comprensible para un occidental, sobre todo, si se tiene en cuenta que los sueldos que reciben son simplemente irrisorios en comparaci¨®n con los de sus colegas europeos. El salario de una estrella del Bolsh¨®i no alcanza actualmente los 600.000 rublos, es decir, 25.000 pesetas mensuales, y s¨®lo las giras por el extranjero les permiten mejorar sus ingresos.
El Ministerio de Cultura, por su parte, no ha actuado con decisi¨®n para impulsar las reformas y, hasta el momento, no ha nombrado a los integrantes de la direcci¨®n art¨ªstica colegiada que debe reemplazar al "sistema sovi¨¦tico" -dictatorial por esencia- vigente hasta hoy. Una portavoz de este ministerio dijo la semana pasada que Vas¨ªliev reemplazar¨ªa a Grigor¨®vich, pero al d¨ªa siguiente tuvo que desdecirse. Ahora los observadores esperan nuevas escaramuzas en la guerra entre la administraci¨®n y el elenco, ya que es poco probable que Yeltsin derogue su decreto de septiembre ni que sacrifique a Kokonin, su hombre de confianza.
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