Iberia, para qu¨¦
Me gustar¨ªa que la contienda alrededor de Iberia no se convirtiese en una lucha sobre su cad¨¢ver. Para que los contendientes entren en raz¨®n voy a decir unas cosas muy sencillas: las cosas que se le ocurren a un economista que cree que en el mercado competitivo la ¨¦tica de la libertad lleva a favorecer los intereses de todos -incluso de los pilotos-.Iberia es una empresa de servicios. Quiere decirse que est¨¢ para servir. Por lo tanto, en Iberia el consumidor es rey. La misi¨®n del grupo no es salvar puestos de trabajo, ni mejorar las cuentas de Teneo (?saben lo que es Teneo?), ni pasear la bandera espa?ola, ni servir a la pol¨ªtica iberoamericana del presidente del Gobierno. Iberia est¨¢ para servir al cliente.
Siguiendo con mi brillante y abstruso razonamiento, paso a preguntar: ?qu¨¦ quiere el consumidor? El viajero quiere destinos, frecuencias, baratura, y aceptable comodidad. El transportista de mercanc¨ªas por v¨ªa a¨¦rea quiere seguridad y rapidez. El cliente quiere saber que va a encontrar sitio en el Fluente A¨¦reo a un precio que no sea extorsionador; y que no le van a perder el Tois¨®n de Oro del emperador de Jap¨®n.
Ocurre sin embargo que el viajero y el transportista no est¨¢n ligados a una compa?¨ªa a¨¦rea, ni siquiera a un medio de transporte dado, vista la creciente competencia. Incluso influye en el grado de competencia la mayor facilidad de telecomunicaciones, pues se reduce la necesidad de enviar documentos por un propio (o por courier, que dicen los cursis).
La competencia a¨¦rea cada vez m¨¢s agresiva ha sido un hecho, en Europa desde que empezaron a liberalizarse los servicios: todas las compa?¨ªas a¨¦reas la est¨¢n sufriendo. Anteayer anunciaba Austrian Airlines una reducci¨®n del 15% de todos los sueldos y salarios de su personal. Lo mismo ocurri¨® en EE UU, cuando el presidente Carter (fue ¨¦l y no Reagan) decidi¨® acabar con el cartel de las grandes l¨ªneas a¨¦reas y nombr¨® al profesor Fred Kalin para que abriera el mercado desde la presidencia de la Agencia Federal de Aviaci¨®n. Kalin le hab¨ªa dicho que aceptaba el encargo, si al presidente no le importaba que quebrara una de las grandes compa?¨ªas. "Lo que no sab¨ªa yo", me dijo el gran Kalin hace poco, "?es que iban a suspender pagos las dos, Pan Am y TWA!".
?Puede sobrevivir Iberia? Mi impresi¨®n es que s¨ª. Como avezado viajero que soy creo que Iberia puede prestar los servicios que exige el rey, es decir, un servidor, y de manera sostenible, si reduce sus costes y aumenta su productividad. Luego, es posible que tenga que llegar a acuerdos, o fusionarse, con otras l¨ªneas a¨¦reas; podr¨¢ hacerlo si toma las medidas pertinentes desde una posici¨®n s¨®lida, que no implique la malventa de sus activos.
Los consumidores de transporte tenemos ahora un aliado que no esper¨¢bamos: la Comunidad Europea. La Comisi¨®n y el Consejo de Ministros de la Comunidad han decidido desempe?ar el papel de defensores del consumidor y poner un l¨ªmite a las pr¨¢cticas oligopol¨ªsticas que caracterizaban el transporte europeo. Nada pueden hacer para salvar las malas pr¨¢cticas de Iberia los sindicatos, la direcci¨®n de Iberia, Teneo, ni el Gobierno espa?ol, sin permiso de Bruselas. La CE defiende al consumidor, al impedir que quienes est¨¢n permanentemente colgados de las ubres del Estado compitan con ventaja con las compa?¨ªas con beneficios, capaces de dar el servicio demandado a costes ajustados.
Iberia necesita aplicar un plan de cambio tan profundo que empiece a ganar dinero, no s¨®lo con el movimiento de maletas y de mercanc¨ªas, sino con los vuelos. Las cifras muestran que los beneficios del handling justo compensan las p¨¦rdidas operativas de los vuelos. Hay que ganar dinero en ambas partes del negocio. Carezco de los datos necesarios para decir en qu¨¦ ha de consistir el plan de salvamento de Iberia. Pero s¨ª s¨¦ de un indicador infalible de un buen plan: que al final del proceso aparezcan capitalistas privados, inversores en Bolsa, dispuestos a comprar la mayor¨ªa del capital de Iberia porque les va a dar unos buenos dividendos.
?Dejen de fumar y apri¨¦tense el cintur¨®n!
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