La guerra de las batas blancas revienta el atasco hist¨®rico para especializar a los m¨¦dicos
Aspirantes al MIR se presentan hasta 14 veces y el 34% ya trabajaba en la sanidad p¨²blica
Obtener una plaza MIR no es una oposici¨®n a notar¨ªas, pero se empieza a parecer. Hasta 14 veces -14 a?os consecutivos- se ha llegado a presentar al examen alg¨²n licenciado en Medicina para acceder a una formaci¨®n de especialista. El problema es que no hay para todos. Entre 10.000 y 15.000 m¨¦dicos engrosan la bolsa hist¨®rica de aspirantes por culpa de un importante desajuste entre las aulas y la capacidad hospitalaria. El 36% de ellos ha trabajado como generalista en la sanidad p¨²blica. El resto se busca la vida entre las medicinas alternativas, las sustituciones temporales y la expedici¨®n de certificados.
La guerra de las batas blancas se ha desatado a ¨²ltima hora. Apenas un mes antes de que entre en vigor la directiva europea de 1986 que exige formaci¨®n de especialista a los m¨¦dicos generales. Pero han conseguido reventar la herida purulenta abierta en Espa?a hace 20 a?os.El a?o pasado se presentaron al examen MIR unos 17.000 licenciados. S¨®lo para algo m¨¢s de 3.000 era su primera convocatoria. Un 23% se hab¨ªa presentado dos veces; el 18%, en tres ocasiones; el 12,5%, cuatro. Otros 42 aspirantes iban por su d¨¦cimo intento. Y as¨ª hasta encontrar al ¨²ltimo, inasequible al desaliento, por su decimocuarta tentativa. Son datos de la primera encuesta realizada por la Administraci¨®n sobre esta prueba selectiva, en la que tambi¨¦n se puso de manifiesto una circunstancia conocida: que parte de la bolsa hist¨®rica, un 36% exactamente, hab¨ªa ido subsistiendo con trabajos temporales en la sanidad p¨²blica como m¨¦dicos generales. A partir de 1995 no ser¨¢ posible.
Otro porcentaje de estos opositores tambi¨¦n ha ejercido como especialista, porque se da una perversi¨®n en el sistema, a juicio de varios expertos, que permite que un joven que ha cursado sus tres, cuatro o cinco a?os de especialidad se vuelva a presentar al MIR para la misma u otra, s¨®lo con el objetivo de asegurarse otros tantos a?os de trabajo remunerado. Y sacan la plaza.
Alumnos en las aulas
La distancia en Espa?a entre licenciados y cupos de formaci¨®n produce v¨¦rtigo desde mediados de los setenta. Entre 1976 y 1979 entraban en las facultades de Medicina m¨¢s de 20.000 alumnos cada a?o. Las promociones anuales de licenciados rondaban los 8.000, y las primeras plazas MIR, en 1980, apenas superaban las 2.000. Se dio, adem¨¢s, la parad¨®jica circunstancia de que entre 1983 y 1987, con un incremento sustancial de licenciados, se redujeron a¨²n m¨¢s las plazas de formaci¨®n de posgrado.El Gobierno niega estos d¨ªas que haya existido falta de previsi¨®n en este tema. Pero lo cierto es que algunos preve¨ªan la avalancha. Jos¨¦ Mar¨ªa Segovia Arana, uno de los principales art¨ªfices del sistema MIR y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Aut¨®noma de Madrid durante aquellos a?os, recuerda: "En 1974 hab¨ªa 24.000 alumnos de Medicina en las facultades. Nosotros quer¨ªamos restringir la entrada en la nuestra como m¨¢ximo a 250. Pero hubo huelgas, presiones, y, al final, Educaci¨®n nos oblig¨® a admitir a muchos m¨¢s. S¨®lo pretend¨ªamos empezar a adaptar las posibilidades docentes de la facultad a lo que el pa¨ªs necesitaba".
"Hubo un desajuste total entre quien forma y quien da la asistencia sanitaria", afirma Jos¨¦ Ram¨®n V¨¢zquez, presidente de la Sociedad Espa?ola de Medicina de Familia y Comunitaria. Segovia Arana da un paso m¨¢s. "Los pol¨ªticos de entonces no se atrevieron, o no quisieron, o no se percataron de que hab¨ªa que limitar el n¨²mero de estudiantes porque las necesidades del pa¨ªs eran otras".
La realidad es que hoy Espa?a figura junto con Italia a la cabeza mundial de n¨²mero de m¨¦dicos por habitante: 3,9 y 4,2 por cada 1.000, respectivamente. El Reino Unido tiene 1,4 por cada 1.000 habitantes, Francia, 2,7; EE UU, 2,3, y Jap¨®n, 1,6.
?Por qu¨¦ tantas vocaciones de repente? Segovia Arana opina que influy¨® el vertiginoso desarrollo de la medicina en Espa?a a partir de los a?os sesenta y el atractivo que ejercen las posibilidades cient¨ªficas e intelectuales ole esta profesi¨®n. "Desde 1980 se han creado en Espa?a 140 nuevos hospitales, y la socializaci¨®n progresiva de la medicina fue haciendo que el sector p¨²blico fuera predominando cada vez m¨¢s".
Otras explicaciones m¨¢s pedestres recuerdan que en aquellos a?os la televisi¨®n se inund¨® de series estadounidenses sobre macrohospitales, m¨¢s parecidos a los tinglados de Hollywood que a los sanatorios que luego se encontraban los hijos espa?oles del doctor Ganon.
Fue tanta la fascinaci¨®n, que alg¨²n peri¨®dico public¨® entonces una vi?eta en la que un parroquiano se enfrentaba as¨ª al a?o nuevo: "Brindo porque el a?o que viene todos los espa?oles puedan ser m¨¦dicos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.