Una m¨¢quina casi perfecta
Los an¨¢lisis biomec¨¢nicos de Sergi Bruguera realizados por el CAR demuestran su fuerza y su excelente coordinaci¨®n
Casi sin darse cuenta, Sergi Bruguera se ha convertido en una m¨¢quina de hacer tenis, que roza la perfecci¨®n. Llu¨ªs, su padre, lleva 23 a?os pensando en la formaci¨®n de su hijo y pocos menos puliendo todos sus defectos. Vi¨¦ndole jugar ahora resulta f¨¢cil comprender por qu¨¦ ha ganado dos veces consecutivas en Roland Garros y por qu¨¦ es el cuarto tenista en la clasificaci¨®n mundial. Sin embargo, diseccionado por los ordenadores del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat, Bruguera se convierte en una m¨¢quina a¨²n mejorable. Pero la potencia de sus golpes y su incre¨ªble coordinaci¨®n ratifican su incuestionable calidad.Cuando uno se sit¨²a ante una pantalla de ordenador y observa al detalle c¨®mo realiza Sergi sus golpes de drive o de rev¨¦s, llega a la conclusi¨®n de que eso puede aprenderse. Un tenista no puede estar meditando sobre el momento en que debe armar su brazo para preparar un golpe, ni pensar cu¨¢ndo debe imprimir la m¨¢xima velocidad a la raqueta, ni establecer la perfecta coordinaci¨®n de todas las partes del cuerpo que intervienen para conseguir que la pelotita amarilla salga despedida a la m¨¢xima velocidad.
Eso es imposible. Eric van Harpen, uno de los entrenadores m¨¢s prestigiosos del mundo y el principal art¨ªfice de la imparable ascensi¨®n de Conchita Mart¨ªnez en el circuito femenino, explica que para que un tenista de ¨¦lite consiga automatizar un golpe necesita practicarlo entre 30.000 y 50.000 veces. Pero los a?os de pr¨¢ctica no son suficientes para hacer a un campe¨®n. Jugadores que se han pasado entre cinco y ocho horas diarias entrenando nunca llegar¨¢n a la ¨¦lite mundial. Y otros que han trabajado mucho menos McEnroe, por ejemplo, embellecen con sus nombres la historia del tenis mundial.
El estudio que Llu¨ªs Bruguera, padre del jugador, y el de partamento de Biomec¨¢nica del CAR decidieron llevar a cabo con Sergi deja entrever algo de todo eso. ?Qu¨¦ es lo que lleva a Bruguera a dar la m¨¢xima velocidad a su hombro una d¨¦cima de segundo antes de pegar un drive? ?C¨®mo se explica que su codo se mueva a 21,67 kil¨®metros por hora s¨®lo cuatro cent¨¦simas de segundo m¨¢s tarde?
?Por qu¨¦ dos cent¨¦simas m¨¢s tarde es su mu?eca la que alcanza la m¨¢xima velocidad? ?Y c¨®mo es posible que gracias a todo eso consiga que en el momento del impacto su raqueta vaya a 90,32 kil¨®metros por hora, su m¨¢xima velocidad?
Son preguntas sin respuesta. Todo eso no puede pensarlo Sergi mientras se defiende de los constantes ataques de sus rivales. Lo que le lleva a realizar todas estas operaciones de una forma tan matem¨¢tica es su intuici¨®n. No hay otra explicaci¨®n. S¨®lo algunos privilegiados lo consiguen. Andr¨¦s Gimeno, uno de los m¨¢s legendarios tenistas espa?oles, asegura que la distancia que separa a un gran jugador de otro mediocre es un palmo. "Parece rid¨ªculo, pero es lo que va de pegar a una bola en el momento justo a pegarle a destiempo, asegura.
Todos estos resortes, invisibles si no es a trav¨¦s de un sistema inform¨¢tico tan perfecto como el Sandoz Sport Research utilizado en el CAR, son los que hacen posible que una bola salga despedida a velocidades de v¨¦rtigo y con una precisi¨®n matem¨¢tica. El golpe de drive elegido para realizar el estudio dio una velocidad de 126 kil¨®metros por hora a la bola. Pero ¨¦sa no es una marca para Sergi. En aquel golpe no realiza buenos apoyos de los pies -el pie izquierdo vuela en el momento del impacto- y, por otra parte, seg¨²n el informe, tiene una p¨¦rdida de potencia por la velocidad lateral, que resta fuerza a la velocidad frontal.
Su rev¨¦s es tambi¨¦n un portento de coordinaci¨®n. Pero desarrolla unas velocidades inferiores. La raqueta se mueve a 65,52 kil¨®metros por hora en el momento del contacto con la bola.. Y ¨¦sta sale despedida a 108 por hora. Su golpe m¨¢s veloz es el servicio. El codo alcanza los 28,16) kil¨®metros por hora; la mu?eca, los 43,56, y la raqueta, los 108,11 en el momento del impacto. La ATP ha detectado servicios de Bruguera a velocidades oscilantes entre los 170 y los 180.
"Llu¨ªs Bruguera quer¨ªa realizar un estudio de los gestos t¨¦cnicos de su hijo para conocer posibles errores y aplicar correcciones", explica Xavier Balius, miembro del departamento de Biomec¨¢nica del CAR. "Esto es s¨®lo una primera aproximaci¨®n. Ahora hace falta profundizar m¨¢s y establecer comparaciones con otros jugadores. Nos gustar¨ªa analizar el saque de Sampras y la derecha de Berasategui, entre otros".
Balius asegura que ellos s¨®lo pretenden ofrecer una nueva herramienta de trabajo a Llu¨ªs Bruguera. "?l, como t¨¦cnico, debe decidir lo que es aplicable y lo que no". El CAR pretende profundizar m¨¢s a¨²n y realizar, el pr¨®ximo mes de febrero, un estudio de los aspectos f¨ªsiol¨®gicos de Sergi Bruguera que determine su fuerza y su, estructura muscular.
Sin embargo, la aplicaci¨®n de este caudal de conocimientos puede resultar problem¨¢tica en figuras como Bruguera. Son personas que han alcanzado ya unas metas importantes y que suelen cerrarse en sus propios conceptos. Pretender introducir mejoras t¨¦cnicas ha provocado verdaderas empanadas mentales a algunos campeones.
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