Papeleos y otros incordios
Hace tiempo empec¨¦ mi propio negocio. Yo era una de esas personas que quieren independizarse, que no quieren tener jefes. Naturalmente no sab¨ªa nada del asunto. Si lo hubiera sabido habr¨ªa continuado trabajando para los dem¨¢s. S¨ª, empec¨¦ mi propio negocio y empezaron las dificultades. Tuve que rellenar tantos papeles para el Ayuntamiento, para Hacienda, para la Seguridad Social de los trabajadores que me ayudaban que casi me volv¨ª loco.De hecho ten¨ªa dos empleados que trabajaban para m¨ª y siete que trabajaban en mi oficina no para m¨ª, sino para el Gobierno; estaban ocupados todo el d¨ªa contestando cartas, rellenando impresos, haciendo cuentas o atendiendo a los inspectores de todos los ministerios que ca¨ªan sobre mi negocio como una plaga de langosta sobre un campo de trigo.
A pesar de todo este esfuerzo y de tener a siete personas trabajando para ellos, los inspectores siempre encontraban que algo estaba mal y naturalmente me multaban. Cada multa que recib¨ªa representaba no s¨®lo dinero que pagar, sino tambi¨¦n trabajo que realizar. Ten¨ªa que ir al Ayuntamiento o a los ministerios y hacer cola durante horas despu¨¦s de solucionar el terror¨ªfico problema de encontrar la ventanilla correcta. Y cuando por fin me llegaba el turno para que me atendieran, siempre suced¨ªa que hab¨ªa olvidado algo o que hab¨ªa alg¨²n espacio de los impresos sin rellenar debidamente. En resumen, adquir¨ª complejo de imbecilidad y me hice tan sumiso como un cordero, y cuando pasaba frente a un edificio oficial me quitaba el sombrero respetuosamente, tratando de engatusarlos con mi humildad y buenos modales para que no me arruinaran.
Por la noche so?aba con Torquemada y con la Inquisici¨®n, pero con una nueva Inquisici¨®n donde en lugar de utilizar fuego y l¨¢tigos para torturar a la gente utilizaban papeles, monta?as de papeles, impresos, declaraciones y notificaciones.
Al final resolv¨ª el problema. Desped¨ª a las dos ¨²nicas personas que trabajaban para m¨ª y mantuve a las otras siete que trabajaban para el Gobierno. Mi negocio ya no es lucrativo, pero todo est¨¢ en orden. En poco tiempo me arruinar¨¦, me quedar¨¦ pobre pero ser¨¦ un pobre feliz, ya. que mis relaciones con las autoridades marchan a pedir de boca. Ahora mi negocio consiste solamente en mantener las posas perfectamente en orden para que los inspectores del Gobierno no me multen. Un negocio nuevo y original, ?no es verdad?.
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