Gibraltar
En la edici¨®n de EL PA?S del 28 de noviembre pasado, el se?or Fernando Mor¨¢n ha ocupado una p¨¢gina entera para postular una propuesta que puede reducirse a pocas palabras. El Reino Unido debe ceder tarde o temprano la soberan¨ªa de Gibraltar a Espa?a; si es preciso, sin el consentimiento de los 28.000 habitantes del Pe?¨®n. Sus argumentos son sin duda muy sabios, hasta sofisticados, en cuanto a la historia, diplomacia, etc¨¦tera. Pero yo percibo una peque?a laguna: la del sentido com¨²n.?C¨®mo realmente podr¨ªa el Reino Unido permitir la anexi¨®n de Gibraltar contra la evidente voluntad casi un¨¢nime de sus habitantes? Quiz¨¢ el se?or Mor¨¢n tiene una soluci¨®n, pero no la demuestra. ?l debe de saber que ning¨²n Gobierno brit¨¢nico puede comprometerse a tal acto, que es no s¨®lo una flagrante violaci¨®n de los valores democr¨¢ticos, pero tambi¨¦n resultar¨¢ totalmente inaceptable
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al Parlamento brit¨¢nico. Es evidente que los dos Gobiernos, olvidando el pasado, deben actuar conjuntamente para poner fin a esta situaci¨®n an¨®mala de Gibraltar. El primer paso, me parece, ser¨ªa declarar que los gibraltare?os ser¨¢n consultados sobre cualquier cambio del statu quo del Pe?¨®n.
Despu¨¦s, Espa?a y el Reino Unido pueden comprometerse a respetar un nuevo estatuto de Gibraltar, incluso de independencia, que ser¨¢ negociado con los representantes de la poblaci¨®n. Los gibraltare?os, por su parte, han de aceptar varias obligaciones, como, por ejemplo, la represi¨®n del repugnante contrabando de tabaco, dinero, etc¨¦tera, y as¨ª vivir como buenos vecinos de Espa?a.
El catedr¨¢tico Jes¨²s Moster¨ªn, en su edici¨®n del 7 de agosto de 1992, resumi¨® bien la situaci¨®n, que no ha cambiado desde entonces. "El d¨ªa que dejemos de amenazarlos con la anexi¨®n", escribi¨®, "los gibraltare?os perder¨¢n su inter¨¦s por depender del Reino Unido y ser¨¢n un Montecarlo cualquiera, pac¨ªfico y pintoresco. Y si alg¨²n d¨ªa nuestra sociedad llega a ser tan amable, pr¨®spera, culta y libre... que los gibraltare?os llaman a nuestras puertas, se las abriremos: no faltar¨ªa m¨¢s".-
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