Entre el silencio, y el 'divorcio'

"Comprendo que los temas de actualidad incidan en la vida parlamentaria pero deben tener su propio cauce". Con este razonamiento respondi¨® Felipe Gonz¨¢lez a los alfilerazos que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, Rafael Rib¨® y Pilar Rahola le hab¨ªan lanzado sobre la necesidad de que el Parlamento abordase el tema de los GAL. O m¨¢s exactamente, la situaci¨®n pol¨ªtica derivada de los ¨²ltimos acontecimientos. Aznar precis¨¦ que la actualidad estaba en la Audiencia Nacional.La verdad es que la expectaci¨®n tuvo que quedarse en los pasillos del hemiciclo, en las conversaciones de los diputados y en la ansiedad de los numerosos periodistas a la caza de grandes declaraciones.

De no haber sido por las breves menciones al problema, al hilo del debate sobre la reciente cumbre europea de Essen, el t¨®pico divorcio entre la calle y el Parlamento se habr¨ªa hecho realidad y hasta podr¨ªa haberse fotografiado.

Es cierto que, reglamentariamente, no estaba previsto hablar ayer de la detenci¨®n de Juli¨¢n Sancrist¨®bal ni de todo lo que rodea tal acontecimiento, pero lo cierto es que Aznar se?alaba con precisi¨®n que la atenci¨®n popular y, por tanto, la pol¨ªtica, no estaban en los asuntos que ocuparon el debate de ayer tarde.

Quiz¨¢ fuese ¨¦sa la raz¨®n por la que la llegada de Rib¨® a la tribuna vaci¨® los esca?os del Congreso y ni siquiera la r¨¦plica de Gonz¨¢lez, en contra de lo habitual, devolvi¨® a sus asientos a los diputados. Tambi¨¦n ellos ten¨ªan la atenci¨®n en otras cosas, pero todo se diluy¨® en alg¨²n corrillo y en insistentes di¨¢logos con compa?eros o con periodistas.

El Reglamento explica que en el Congreso se hablase ayer de otras cosas, pero la opini¨®n del pa¨ªs puede resultarle incomprensible que todo quedase en charlas de pasillo.