Apuestas comprometidas

Muy seguros parecen estar en el Gobierno de que el juez Garz¨®n no podr¨¢ demostrar una vinculaci¨®n entre el aparato del Estado y la creaci¨®n del GAL. "El Gobierno ha actuado siempre de acuerdo con la legalidad", ha dicho Felipe Gonz¨¢lez. "El Gobierno ha combatido siempre el terrorismo con la ley en la mano", remach¨® ayer el ministro de la Presidencia, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba. Esta es la primera afirmaci¨®n comprometida. La segunda es la defensa cerrada en torno al ex ministro del Interior, Jos¨¦ Barrionuevo. "No tiene por qu¨¦ dejar su esca?o", dice Gonz¨¢lez, mientras el diputado visita las c¨¢rceles donde permanecen por orden de Garz¨®n personas que estuvieron a su servicio.El Gobierno, seg¨²n su estrategia, no debe comparecer en el Parlamento para un asunto como el del GAL respecto al cual se niega la mayor. Es decir, no saben de que les hablan. "No podr¨¢ demostrarse algo que no existe", ha dicho Felipe Gonz¨¢lez. Si no estuviera tan mal visto, alguien del. Gobierno hubiera dicho ya que en La Moncloa se supo de la existencia del tal grupo terrorista por los peri¨®dicos. El PP conf¨ªa en que a Gonz¨¢lez se le ocurra algo que les evite tensar la cuerda en este asunto y les justifique de su decisi¨®n inicial de no sumarse a la petici¨®n del PNV y de Izquierda Unida de que haya una comparecencia parlamentaria, al menos, de Felipe Gonz¨¢lez. CiU sigue ayudando, y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, despide el 94 asegurando en la cadena radiof¨®nica Onda Cero que Gonz¨¢lez se comer¨¢ en Moncloa el turr¨®n del a?o 1995.

Este asunto ha provocado tal v¨¦rtigo en las fuerzas pol¨ªticas que el PP conf¨ªa en que alguien le haga el trabajo y no tener que aparecer ante su electorado como el fustigador del Ejecutivo por un asunto de "terrorismo de Estado", tal y como lo llaman sin ambages los portavoces de Izquierda Unida y del PNV.

Los peneuvistas han sido rotundos en su condena al "terrorismo de Estado" y en privado han comentado a los socialistas que en un asunto como este no pueden quedarse callados, sino situarse a la cabeza de las exhortaciones de esclarecimiento.

IU no va a dejar este hueso y si el ministro del Interior no atiende sus requerimientos de comparecencia desgranar¨¢ otras iniciativas, paralelas m¨¢s dif¨ªciles de eludir, como la presentaci¨®n de preguntas en el Congreso. Ayer mismo, el coordinador general de IU, Julio Anguita, ech¨® m¨¢s le?a fuego en C¨®rdoba, y dijo que si ¨¦l estuviera en la piel de Barrionuevo ya se habr¨ªa presentado ante el juez Garz¨®n, y que el ex ministro deber¨ªa ser "el primer interesado en dejar claro este asunto tan delicado".

El mensaje que ha transmitido el Partido Popular al Gobierno ha sido claro: no hag¨¢is que tengamos que pedir la comparecencia del ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, y, quiz¨¢ la del presidente del Gobierno. Lo primero que ha hecho ¨¦ste ¨²ltimo ya les ha parecido mal. Esto es, hacer sus primeras declaraciones en una residencia de ancianos y declinar opinar sobre el asunto un d¨ªa antes en los pasillos del Congreso. Por otra parte, han sido notables las muestras de solidaridad que el ex ministro Barrionuevo ha recibido de un grupo de diputados del PP.