La ¨²ltima bomba de Amedo y Dom¨ªnguez

Michel Dom¨ªnguez y Jos¨¦ Amedo, ex polic¨ªas condenados a 108 a?os por su implicaci¨®n en los Grupos Antiterroristas de Liberaci¨®n (GAL), hicieron estallar su ¨²ltima bomba el viernes, 16, cuando nadie se lo pod¨ªa imaginar. Esta vez en forma de una declaraci¨®n explosiva ante el juez Baltasar Garz¨®n -precisamente el magistrado cuyo ah¨ªnco les hab¨ªa llevado a prisi¨®n-, en la que denunciaban a sus antiguos superiores: el ex secretario para la seguridad del Estado Juli¨¢n Sancrist¨®bal, el ex jefe del Mando ¨²nico de la Lucha Antiterrorista Francisco ?lvarez, el ex jefe superior de polic¨ªa en Bilbao Miguel Planchuelo y el ex jefe de informaci¨®n de la brigada antiterrorista Julio Hierro. Los dos miembros m¨¢s famosos de los GAL implicaron a sus jefes en la primera acci¨®n terrorista de este grupo: el secuestro del ciudadano espa?ol Segundo Marey, en 1983. Comparecieron voluntariamente, seg¨²n su abogado, Jorge Manrique.Dom¨ªnguez ya hab¨ªa realizado un amago de arrepentimiento en abril del a?o pasado. Su defensor inform¨® a Garz¨®n que quer¨ªa declarar sobre este secuestro, la ¨²nica causa abierta entonces en relaci¨®n con los GAL, pero cuando lleg¨® la hora de comparecer ante el juez se desdijo y manifest¨® que no quer¨ªa testificar. Sin embargo, ambos, magistrados y condenado, conversaron informalmente largas horas con el abogado como ¨²nico testigo. Nunca se revel¨® el contenido del encuentro, aunque se dio por supuesto que Dom¨ªnguez buscaba convertirse en arrepentido.

D¨ªas m¨¢s tarde, Amedo comparec¨ªa ante el fiscal general del Estado, entonces Eligio Hern¨¢ndez. La visita, gestada por Juli¨¢n Sancrist¨®bal, que acompa?¨® al recluso, buscaba conseguir y agilizar los indultos de los dos ex polic¨ªas. Mandos de Interior entendieron ambos encuentros como avisos de que la paciencia de los dos condenados por la guerra sucia anti ETA llegaba al l¨ªmite: exig¨ªan el indulto.

En agosto de 1993, cuando Garz¨®n se encontraba fuera de la carrera judicial y desempe?aba el puesto de delegado del Plan Nacional sobre Drogas, el juez Carlos Bueren interrog¨® a los dos agentes. La causa se reactiv¨® por una denuncia de la fiscal¨ªa para evitar que los delitos prescribieran.

De esta comparecencia cabe extraer una conclusi¨®n. El sumario conten¨ªa muy endebles indicios contra Dom¨ªnguez y Amedo. Jean-Pierre Echalier y Mohamed Talbi, dos de los mercenarios que intervinieron en el secuestro de Marey, s¨®lo testificaron que, tras el secuestro, se entrevistaron en un lujoso hotel de Bilbao -presumiblemente el Ercilla- con dos hombres, quienes les indicaron que se hab¨ªan equivocado de v¨ªctima, pese a lo cual recibieron 10.000 francos cada uno. Uno de los interlocutores espa?oles, a?adieron, dec¨ªa llamarse Pepe. Tambi¨¦n declararon que un grupo de polic¨ªas espa?oles acudi¨® al paso fronterizo de Dantzarinea a hacerse cargo del reh¨¦n, una vez que llamaron a sendos tel¨¦fonos del Gobierno Militar y de la Brigada de Informaci¨®n de Bilbao. En su poder se hall¨® anotado, al lado del tel¨¦fono policial: "Pepe".

El elemento crucial era averiguar qui¨¦n era el Pepe del hotel Ercilla. El juez Manuel Garc¨ªa Castell¨®n, que asumi¨® el caso durante la aventura pol¨ªtica de Garz¨®n, intent¨® localizar a todos los mercenarios franceses para promover una comisi¨®n rogatoria con el fin de interrogarles y mostrarles fotos de Dom¨ªnguez y Amedo. No pudo ser. Las autoridades francesas nunca lograron localizarles.

Amedo y Dom¨ªnguez parec¨ªan estar a cubierto. Pero en enero de 1994, Antoni Asunci¨®n, entonces ministro del Interior, propici¨® la salida del departamento de Rafael Vera, secretario de Estado para la Seguridad. Con ello, Amedo y Dom¨ªnguez perd¨ªan a su ¨²ltimo valedor en Interior, labor que Vera -que manejaba el grueso de los fondos reservados- dec¨ªa asumir "por responsabilidad de Estado". El abogado de ambos condenados ratifica que desde entonces se rompieron todos los hilos y contactos con el ministerio.

En julio de este a?o, en medio de una tormenta pol¨ªtica y acusaciones al Gobierno de comprar su silencio, los dos presos obtuvieron el tercer grado, lo que les ha permitido regresar a la c¨¢rcel s¨®lo a dormir. El premio, sin embargo, lo consideraron insuficiente. Prend¨ªa la desmoralizaci¨®n. Adem¨¢s, ese mismo mes les llegaba una nueva bofetada: el anuncio de que se estudiaba embargar sus sueldos para pagar a las v¨ªctimas de los GAL. Hoy cobra valor un dato que en octubre pas¨® inadvertido. Amedo y Dom¨ªnguez se ven comiendo las uvas de la ira un a?o m¨¢s, pese a aquella esperanzadora declaraci¨®n oficial: "El Gobierno se pronunciar¨¢ sobre el indulto antes de fin de a?o". El Ejecutivo les hab¨ªa vuelto a traicionar. Es p¨²blica y notoria, desde mayo, la oposici¨®n del actual equipo de Interior a concederles el perd¨®n.

?Explica esto la ¨²ltima actuaci¨®n de Amedo y Dom¨ªnguez? Su abogado rebate cuatro argumentos para insistir en que sus clientes dieron este paso "libre y espont¨¢neamente". No hab¨ªa "temor jur¨ªdico", dice, a supuestas incriminaciones nuevas en el sumario Marey, no tem¨ªan perder el tercer grado, no actuaron motivados por Mario Conde y tampoco lo hicieron en conexi¨®n con un medio period¨ªstico [El Mundo, al que Garz¨®n pidi¨® colaboraci¨®n].

Este letrado, sin embargo, deja en el aire dos interrogantes. ?Ambos temen que la investigaci¨®n abierta en Suiza aflore y neutralice sus dep¨®sitos bancarios procedente de los fondos reseirvados? ?El actual equipo de Interior les ha cortado el flujo econ¨®mico, v¨ªa fondos reservados y esto les ha puesto en el disparadero? Un ex alto cargo de Interior reconoce que ha habido pagos regulares a ambos condenados; Vera y otros cargos prefieren no pronunciarse.