Rechazo un¨¢nime a la instalaci¨®n de un radar militar en el Mulhacen

Nadie, excepto el Ministerio de Defensa, cree ventajosa la instalaci¨®n de un radar en el Mulhac¨¦n, el pico m¨¢s alto de la Pen¨ªnsula. D¨ªa a d¨ªa, desde que el pasado verano se conociera el prop¨®sito de Defensa, la oposici¨®n al radar se ha incrementado. Incluso los socialistas andaluces han plantado cara al ministerio. La protecci¨®n legal de Sierra Nevada impide cualquier construcci¨®n en el Mulhac¨¦n, excepto cuando sea necesaria para la defensa nacional. La Federaci¨®n Andaluza de Monta?ismo ha recogido ya 25.000 firmas contra el proyecto.

A comienzos del pasado verano dos mandos del Ej¨¦rcito visitaron al alcalde de Trev¨¦lez, una poblaci¨®n de la Alpujarra cuyo t¨¦rmino abarca parte de Sierra Nevada. Sumariamente explicaron que iban a construir un radar en el Mulhac¨¦n. Joaqu¨ªn ?lvarez, el alcalde, replic¨®: "?Tienen ustedes licencia?".Los dos militares replicaron que daba igual, el radar era un instrumento estrat¨¦gico para la defensa nacional y estaba por encima de cualquier norma urban¨ªstica. El radar forma parte de un proyecto espa?ol que a su vez est¨¢ incluido en otro de la OTAN para renovar la red espa?ola de defensa a¨¦rea.

Poco despu¨¦s de la visita a Trev¨¦lez comenzaron unas catas geol¨®gicas en la cima. La Junta de Andaluc¨ªa reaccion¨®, al principio, con cierta cautela. Reconoci¨® que hab¨ªa autorizado la prospecci¨®n pero que desconoc¨ªa su objetivo final. La Federaci¨®n Andaluza de Monta?ismo fue la primera en advertir la presencia de militares en Sierra Nevada.

Desde entonces, la oposici¨®n al radar no ha hecho sino crecer. Adem¨¢s el deterioro que el radar supondr¨ªa para una zona declarada Reserva de la Biosfera y que la Consejer¨ªa de Medio Ambiente pretende convertir en parque nacional, los pol¨ªticos de la Junta han esgrimido, al menos como raz¨®n moral, todo el aparato legal que protege la sierra granadina.

Interferencias

Los cient¨ªficos del Instituto de Radioastronom¨ªa Milim¨¦trica, situado en la sierra y cogestionado por varios pa¨ªses europeos, opinan que el radar podr¨ªa interferir gravemente sus observaciones.El Mulhac¨¦n tiene, adem¨¢s, un valor simb¨®lico. Con el Veleta, son los dos picos cuya silueta representa en los carteles tur¨ªsticos a Granada. Es la cima donde Muley-Hacen, padre de Boabdil, el ¨²ltimo rey moro granadino, mand¨® a su amante que le diera sepultura.

Manuel Pezzi, consejero de Medio Ambiente, se ha convertido en el adalid de la Junta contra la instalaci¨®n militar. Hace dos semanas mantuvo un nuevo contacto con Defensa y, a sabiendas de que el ministerio puede llevar adelante el proyecto si se empe?a, les recomend¨® que desistieran, pues la resistencia popular lo hac¨ªa inviable. Pezzi ofreci¨® enclaves alternativos en Granada, como la sierra de L¨²jar o la Contraviesa. Defensa a¨²n no ha contestado.

Mientras, los partidos pol¨ªticos han rechazado un¨¢nimemente el radar. La ¨²nica tibieza la manifest¨® el diputado del PP por Granada, Gabriel D¨ªez Berbel, quien confes¨® que aunque el radar era una barbaridad comprend¨ªa los argumentos del ministerio. Desde su partido, sin embargo, han salido voces mucho m¨¢s tajantes.

Pezzi anunci¨® hace pocos d¨ªas que el Grupo Socialista plantear¨¢ en el Parlamento aut¨®nomo una moci¨®n contra la instalaci¨®n, o a consensuarla con IU-Los Verdes.

Bares y calles de Granada est¨¢n hoy cubiertos con carteles contra el radar promovidos por los monta?eros: "Mulhac¨¦n, ?civil o militar?". Defensa tiene la respuesta.