Miedo y banderas blancas
Banderas blancas coronan las casuchas de adobe y paja de las comunidades ind¨ªgenas de Los Altos y de la selva Lacandona. En esta semana, s¨®lo las gallinas cruzaban las veredas serpenteantes, habitualmente salpicadas de ni?os despeluchados que saludan con furor desde los terraplenes.
La guerrilla acababa de abandonar sus posiciones. Ahora las tanquetas del Ej¨¦rcio recorr¨ªan las polaciones. "El EZLN cuenta con el apoyo de las comunidades. Los zapatistas son parientes suyos, mientras que los soldados ni siquiera hablan su idioma", comenta Pablo Romo, del obispado de San Crist¨®bal de las Casas.
"El Gobierno est¨¢ preparando un escenario que conduce a la represi¨®n" afirma en su parroquia de Bachaj¨®n el jesuita Carlos Camarena, a quien ¨²ltimamente su condici¨®n de religioso le acarrea m¨¢s preguntas de las debidas en los controles militares. "Lo, ¨²nico que le preocupa es su imagen y no tanto resolver de ra¨ªz el conflicto".
En las poblaciones nadie sabe nada. Nadie ha visto nada. Y todos son del Partido Revolucionario Institucional. Excepcionalmente, el miedo se ha exorcizado. El mi¨¦rcoles pasado, en San Andr¨¦s, antes de la llegada del Ej¨¦rcito, un hombre aleccionaba a un grupo de mujeres tzotziles de gesto impert¨¦rrito sobre los modos de producci¨®n y las habilidades femeninas en la revoluci¨®n, a saber: espionaje y sanidad.
En las comunidades m¨¢s aisladas, gana el terror: hasta la iglesia de Ocosingo siguen llegando desplazados. "Normalmente simpatizan con el EZLN, pero no quieren enfrentamientos" explica Jorge, un dominico que trabaja all¨ª.
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