Gonz¨¢lez comparece.
FELIPE GONZ?LEZ intent¨® ayer transmitir un mensaje de serenidad y confianza a la sociedad durante la conferencia de prensa convocada al t¨¦rmino de la reuni¨®n del Consejo de Ministros. Si el aplomo y la tranquilidad mostradas por el presidente en su comparecencia ante los medios de comunicaci¨®n pudieran transmitirse sin m¨¢s a los ciudadanos -a trav¨¦s del aire o por las ondas hertzianas-, ninguna duda cabe de que habr¨ªa conseguido su objetivo.Pero, no siendo as¨ª, existen fundadas dudas de que el mensaje presidencial haya sosegado enteramente a una opini¨®n p¨²blica estupefacta ante los sucesivos esc¨¢ndalos y sometida en los ¨²ltimos d¨ªas a un bombardeo de "memorias" y "seriales" sobre la guerra sucia contra ETA que en modo alguno incitan al sosiego.
La comparecencia de Gonz¨¢lez, aunque enmarcada en una rueda de prensa m¨¢s o menos convencional, ten¨ªa en s¨ª misma un valor pol¨ªtico innegable en unos momentos en que amplios sectores de la sociedad y los agentes econ¨®micos nacionales e internacionales otean con inquietud el inmediato futuro. Psicol¨®gicamente era importante que el presidente demostrara que sigue al frente del tim¨®n y con ganas de continuar gobernando que su Gobierno sigue contando con el s¨®lido apoyo parlamentario de CiU y que est¨¢ en marcha una recuperacion econ¨®mica con expectativas de consolidarse en el pr¨®ximo a?o. En este sentido, el medio era el mensaje; la principal virtud de la comparecencia de Gonz¨¢lez era el mismo hecho de comnarecer.
El problema estriba en que la opini¨®n p¨²blica y los agentes econ¨®micos perciban la situaci¨®n como la percibe Gonz¨¢lez y que se convenzan de que el presidente tiene raz¨®n. Es un problema de credibilidad que va m¨¢s all¨¢ de los datos, indudablemente Ciertos, que manej¨® el presidente del Gobierno. Sin embargo, la primera reacci¨®n de los mercados a las declaraciones de Gonz¨¢lez fue m¨¢s bien de escepticismo. Y la situaci¨®n pol¨ªtica es tan preocupante que ya son muchos, y muy diversos, los sectores que piden o, la convocatoria, de elecciones o la dimisi¨®n del presidente.
En todo caso, es obligado que el presidente del Gobierno tambi¨¦n aborde los temas que ahora inquietan a la ciudadan¨ªa desde la. tribuna m¨¢s adecuada, que es el Parlamento. La comparecencia parlamentaria, hoy, del ministro Belloch para hablar del asunto de los GAL marca el camino a seguir, aunque Gonz¨¢lez haya adelantado que la informaci¨®n de que dispone el Gobierno sea "parca". Por lo dem¨¢s, es una iron¨ªa del desti?o que sea el ministro que en su etapa de juez denunci¨® con firmeza las acciones de los GAL el que deba pasar por el amargo trance, de acuerdo con sus actuales funciones, de dar explicaciones sobre el asunto. Pero el Parlamento y la opini¨®n p¨²blica merecen todas las explicaciones posibles, por m¨¢s exiguas que puedan ser, sobre asuntos tan graves.
El n¨²cleo de lo dicho por Gonzalez ante los periodistas en relaci¨®n con los GAL fue que la justicia siga su curso con toda independencia, anunciar que el procedimiento judicial no va a influir para nada en la acci¨®n del Gobierno, negar que este caso implique ning¨²n tipo de responsabilidad pol¨ªtica para su persona y su Gobierno.y descartar que la situaci¨®n Creada exija su dimisi¨®n o el adelanto de las elecciones. Y ello, explic¨®, por respeto a las reglas de funcionamiento del Estado de derecho y en aras de la estabilidad pol¨ªtica. Quienes, ingenuamente, esperaban que Gonz¨¢lez fuera m¨¢s lejos de lo que los jueces han ido hasta ahora se habr¨¢n sentido defraudados.
En este escabroso asunto, Gonz¨¢lez parece haber confiado su suerte y la de su Gobierno en manos de la justicia, en la absoluta certeza de que "no hay pruebas ni las habr¨¢" que puedan implicarles con la guerra sucia de los GAL. Sin duda, hay que estar muy seguros de que ello es as¨ª para apostar tan fuerte. Pero mientras la justicia no diga su ¨²ltima palabra. sobre los GAL no podr¨¢ evitarse que los ciudadanos se sientan inc¨®modamente situados entre la credibilidad que les pide el presidente del Gobierno y la imposibilidad de conocer cu¨¢l ser¨¢ el resultado final de una investigaci¨®n judicial todav¨ªa abierta.
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