El Papa pide a los jesuitas que sean "d¨®ciles" con la autoridad de la Iglesia

Dos llamamientos a la "docilidad" y un amplio reclamo a la "concordia" y a la "armon¨ªa eclesial" marcaron el discurso dirigido ayer por el papa Juan Pablo II a los 233 jesuitas -18 de ellos espa ?oles- que iniciaron la 34? Congregaci¨®n General de la Compa?¨ªa de Jes¨²s con el objetivo declarado de reformar la orden, fundada en 1541 por san Ignacio de Loyola, para adaptarla a la "nueva evangelizaci¨®n" que promueve Karol Wojtyla.

El Pont¨ªfice alab¨® la historia de la compa?¨ªa, pero expuso una amplia lista de "peligros" que resumen las grandes diferencias que los jesuitas han representado durante la pasada d¨¦cada dentro de la Iglesia. "La Compa?¨ªa de Jes¨²s ( ... ) ha dado a lo largo de toda su existencia una contribuci¨®n significativa, incluso con sangre de m¨¢rtires, a la realizaci¨®n de la tarea misionera de la Iglesia", dijo el Papa, que exhorta as¨ª a los jesuitas: "No teng¨¢is miedo de ser cada d¨ªa hijos m¨¢s aut¨¦nticos de san Ignacio". Pero advierte acto seguido: "Todo esto pone por s¨ª mismo en evidencia el primado de la espiritualidad y la plegaria".Juan Pablo II, que, al parecer por falta de salud y exceso de trabajo, no celebr¨® ayer la misa inaugural de esta 34? congregaci¨®n, oficiada por el cardenal Eduardo Mart¨ªnez Somalo, prefecto de la Congregaci¨®n para los Institutos de Vida Consagrada, entr¨® r¨¢pidamente en los temas que hace 20 a?os, con motivo de la 32? Congregaci¨®n General, generaron una ruptura sin precedentes entre Pablo VI y Pedro Arrupe, entonces prop¨®sito general de la compa?¨ªa. "Sin duda, la compa?¨ªa debe sentirse fuertemente comprometida en el plano social y en el servicio a los m¨¢s desfavorecidos. ?C¨®mo podr¨ªa no hacerlo? ( ... ) Pero tal dimensi¨®n no, deber¨¢ ser nunca extrapolada de un servicio global a la misi¨®n evangelizadora de la Iglesia, que se hace cargo de la salvaci¨®n de todos los hombres y de cada hombre, a partir de su destino sobrenatural", afirm¨® el Papa. Imposible no evocar la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, que expres¨® la vivencia de Jos¨¦ Ellacur¨ªa y sus compa?eros asesinados en El Salvador la pasada d¨¦cada, cuando el Papa alude a "la investigaci¨®n teol¨®gica, que el jesuita animado por el esp¨ªritu de la fe desarrollar¨¢ en d¨®cil sinton¨ªa, con las indicaciones del magisterio". 0 cuando, acto seguido, el Papa advierte que "es preciso vigilar atentamente para que no ocurra que los fieles sean desorientados por ense?anzas dudosas, por publicaciones o discursos en abierto contraste con la fe y la moral eclesial, por actitudes que ofenden la moral del esp¨ªritu".

Pero la lista de peligros que,Juan Pablo II ve en el camino de esa peculiar vocaci¨®n de inserci¨®n en el mundo que siempre ha caracterizado a los jesuitas es enorme. "Los nuevos nacionalismos, las ideolog¨ªas radicalizadas, el sincretismo religioso, ciertas interpretaciones teol¨®gicas del misterio de Cristo y de su obra soteriol¨®gica, la dificultad de encontrar el equilibrio entre las exigencias de la inculturaci¨®n del Evangelio y la unidad contenida en ¨¦l, como otras circunstancias de car¨¢cter pol¨ªtico, sociol¨®gico y religioso", son algunos se?alados ayer por el Papa, quien, no obstante, anim¨® a la compa?¨ªa a "perseverar en la misi¨®n de anunciar el Evangelio", aunque destac¨®, una l¨ªnea maestra: "Resistiendo a cualquier tentaci¨®n de individualismo, de independencia y de paralelismo

[la compa?¨ªa] est¨¢ llamada a expresar un gran testimonio de concordia y de armon¨ªa eclesi¨¢stica", dijo Wojtyla.

Para ello, los jesuitas deber¨¢n "vencer cualquier tentaci¨®n de cerrarse, de provincialismo o regionalismo", que, precis¨® el Papa, casan mal con el car¨¢cter internacional de instituciones encomendadas a la compa?¨ªa, como la Universidad Gregoriana o la Radio Vaticana. Pero deber¨¢n tambi¨¦n "compartir d¨®cilmente las preocupaciones de los pastores" all¨ª donde trabajan.

La 34? Congregaci¨®n General se consagrar¨¢ esencialmente a discernir la aportaci¨®n espec¨ªfica de la compa?¨ªa a la nueva evangelizaci¨®n", garantiz¨® el prop¨®sito general, Hans-Peter Kolvenbach, que cree que las tensiones pasadas entre el Vaticano y los jesuitas fueron consecuencia de una mala comunicaci¨®n que ser¨¢ restablecida ahora.

Los 233 delegados presentes ayer en el Vaticano, todos ellos con alzacuellos por respeto del protocolo, pero casi ninguno con sotana, debatir¨¢n y votar¨¢n las propuestas, como m¨¢ximo hasta el 25 de marzo.